Manila y los atacantes de Bondi Beach: 'No somos una central del terrorismo'
El presidente Marcos ha rechazado duramente las informaciones sobre el ataque de Sídney que vinculan la estancia de 28 días en el país de los dos autores de la masacre con un entrenamiento en algún campamento de milicianos. De las investigaciones resulta que en Davao se alojaron todo el tiempo en un hotel. "Tal vez hablaron con alguien, pero aquí no hubo ninguna actividad". La ong Climate Conflict Action afirmó: "Es justo evitar conclusiones apresuradas. Pero la Dawla Islamia en Mindanao no ha sido derrotada y todavía sigue reclutando".
Manila (AsiaNews) - ¿Qué hicieron realmente los dos autores de la masacre de Bondi Beach durante los 28 días que pasaron en la isla filipina de Mindanao en noviembre, antes de regresar a Australia y atacar, apenas unos días después, a los judíos reunidos en la playa para la fiesta de Janucá? ¿Y su estadía en Davao es suficiente para demostrar que —ocho años después del asedio de Marawi— el sur de Filipinas sigue siendo un centro del terrorismo yihadista global? Son preguntas que se debaten acaloradamente estos días en Manila y Mindanao.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr, habló hoy ante una sala llena de altos generales militares y rechazó enérgicamente la imagen del país como “centro de entrenamiento para el terrorismo” que se desprende de algunos informes. “Durante años —comentó— hemos actuado con decisión para desmantelar las redes terroristas, dar seguridad a las comunidades y mantener la paz conquistada con esfuerzo. Es inaceptable menoscabar estos logros con especulaciones infundadas”, declaró el presidente filipino.
Para respaldar esta tesis, Manila cita lo que ha surgido hasta el momento en las investigaciones sobre la estadía en Filipinas de Sajid Akram, de 50 años (que resultó ser originario de Telangana en la India y no de Pakistán, como se afirmó en un primer momento ndr), y de su hijo Naveed, de 24 años, los dos autores de la masacre. Como comprobó de inmediato MindaNews —un sitio de información con sede en Mindanao—, ambos se alojaron durante los 28 días de su permanencia en Davao en un hotel económico de la ciudad y mantuvieron una actitud reservada. El asesor de seguridad nacional filipino, Eduardo Año, confirmó que “todas las noches durmieron en el mismo hotel”.
Salían a correr por la mañana y regresaban al cabo de dos o tres horas. El periodo más largo que pasaron fuera fue de ocho horas. “Una lapso de tiempo —comentó el máximo responsable de la seguridad filippina— que no sería suficiente para salir de Davao. Por lo tanto, es allí donde estuvieron siempre. Tal vez usaban mucho internet, tal vez hablaban con alguien más. Pero en cuanto a actividad física, no hubo ninguna”, concluyó, excluyendo así hipótesis de entrenamiento militar por parte de grupos terroristas con base en Mindanao.
Climate Conflict Action, una ONG filipina independiente que trabaja para promover la paz en Mindanao, también invitó a la prudencia. Al mismo tiempo, sin embargo, recuerda que, aunque está debilitada respecto a unos años atrás, la Dawla Islamia (el brazo filipino del Isis ndr) no ha sido derrotada. “El gobierno y las organizaciones de la sociedad civil —dice la ong en un comunicado difundida ayer— han cuestionado la narrativa de que Filipinas siga siendo un foco del terrorismo, y con razón: la Dawla Islamia ha quedado significativamente debilitada por incesantes operaciones militares tras su apogeo durante el asedio de Marawi en 2017. No obstante, hace apenas un mes el gobierno estaba celebrando la eliminación de dos líderes del Isis, Abu Jihad y Mohammad Usman Suleiman, lo que demuestra que la amenaza extremista persiste”.
“Este episodio —continúa Climate Conflict Action— subraya la necesidad de permanecer vigilantes y de controlar constantemente el resurgimiento del extremismo violento, incluyendo su reaparición en zonas que se consideran presumiblemente libres del extremismo violento, como Basilan. Por nuestra parte hemos observado señales preocupantes de movilización y polarización, entre ellas un incremento de los esfuerzos de reclutamiento de jóvenes y la desvinculación de los jóvenes de sus familias y de sus clanes. Finalmente, tras las recientes elecciones de medio término (el pasado mayo ndr), se ha registrado un aumento de los enfrentamientos violentos entre el ejército y grupos vinculados al extremismo en la Región Autónoma Bangsamoro en el Mindanao Musulmán (BARMM)”.
Por eso invita al gobierno filipino y a las organizaciones comprometidas en la construcción de la paz en Mindanao “a reforzar los programas de reintegración de los excombatientes y miembros involucrados en el extremismo violento, evitando una atención inadecuada y limitada exclusivamente a la prevención y al combate del extremismo violento. Se requiere —sostiene la ong— intervenciones más radicadas en las comunidades, respuestas tempranas y una reintegración sostenible de los que vuelven y de sus familias, basada en un marco de justicia restaurativa”. Climate Conflict Action exhorta de todos modos a “abordar el extremismo violento sin amplificar el miedo, el odio o la desinformación. Conclusiones prematuras y especulaciones carentes de pruebas —concluye la nota— corren el riesgo de alimentar conflictos basados en la religión y la identidad y de oscurecer los factores más profundos y complejos que impulsan la violencia y la radicalización”.
26/08/2024 15:42
29/01/2024 16:27
