Mons. Barwa escribe al gobierno: Cementerios, ayudas y justicia para los cristianos en Orissa

de Nirmala Carvalho

El arzobispo de Cuttak-Bhubaneswar, envía una carta abierta al Premier del Estado, teatro de los pogromos del año 2008. La minoría cristiana “espera aún justicia por las persecuciones sufridas, en un clima de impunidad nacido por la protección de política”. Pero no solo: necesitamos tierra para enterrar a nuestros muertos y nuevos nombramientos en las instituciones educativas regidas por las minorías.

Bhubaneswar (AsiaNews)- Tierra para enterrar en modo digno a los difuntos, nombramientos y ayudas estatales para las numerosas escuelas regidas por las minorías, justicia por los pogromos del 2008, que han causado víctimas y devastaciones todavía sin culpables. Es cuánto pide el arzobispo de Cuttak-Bhubaneswar, mons. John Barwa, al Premier del Estado de Orissa en una carta abierta en siete puntos.

En el texto, el prelado pone algunos problemas urgentes para la comunidad cristiana y las otras minorías religiosas. Y parte de un hecho real: “Los cristianos son la segunda comunidad religiosa de Bhubaneswar: aquí viven veinte mil seguidores de Jesús. Sin embargo tenemos sólo un cementerio cristiano. A los hospitales de la zona vienen muchos cristianos de Jharkland, Chhatisgarh, West Bengal y Andhra Pradesh: si mueren y no tiene familia, los debemos enterrar aquí.

No obstante esto, el gobierno no concede el espacio necesario: “En algunos casos estamos obligados a enterrar hasta cuatro personas en el mismo lote y esto es contra la ética religiosa. Le pedimos con respeto la tierra que necesitamos para nuestros muertos”.

En el segundo punto es sobre la cuestión de los docentes: “Las minorías dirigen muchas escuelas en Orissa, pero el gobierno no nombra a nuevos maestros cuando los ancianos se jubilan. Necesitamos también de ayuda económica para mantener y renovar las estructuras”. Además se necesitan nuevas y verdaderas Comisiones que apoyen a las comunidades menos representadas y a sus miembros: “Son las necesidades del momento para ayudar a los más necesitados”.

Los últimos puntos están dedicados a los pogromos que en agosto de 2008 devastaron la zona. En el distrito de Kandhamal, en base de falsas acusaciones, los extremistas hindúes han desencadenado la persecución más violenta contra la minoría cristiana jamás sucedida en India. Los pogromos, escribe el prelado: “obligaron a escapar a 56 mil fieles y causado redadas y el incendio de 5.600 casas en 415 pueblos. Según datos del gobierno los muertos oficiales fueron 38, mientras que en realidad son casi 90.

Además, subraya mons. Barwa, “la mayor parte de los culpables de esta tragedia están aún en libertad. Sobre 3.232 denuncias presentadas a la policía se atendieron sólo 825 casos, de los cuales 302 cerrados en manera arbitraria por “falta de pruebas”. Sobre 35 casos de homicidio, 33 fueron archivados. El estupro de una religiosa llevó a la condena de un solo hombre.

Este clima de impunidad, escribe aún, “nace de los fundamentalistas y grupos apoyados por los partidos políticos que arman, dirigen, instigan y llevan adelante acciones contra la minoría cristiana. Por esto los culpables gozan de un patronato político cuyo verdadero rol todavía no se lo ha entendido. Pedimos, señor, una investigación justa: todavía hoy la administración está influenciada por los daños sufridos por las pobres víctimas cristianas”.