ONU: el opio alcanza su nivel más alto en 10 años, la guerra civil birmana alimenta los cultivos

Según la UNODC, la superficie cultivada de adormidera ha aumentado un 17 % en un año, sobre todo en el estado de Shan. También crece el cultivo de cannabis en Sagaing, ahora epicentro de la resistencia. Mientras algunas zonas vuelven a estar bajo el control de la junta gracias al servicio militar obligatorio y a los drones suministrados por Rusia y China, continúa la inestabilidad y las críticas internacionales a las elecciones anunciadas por los militares.

Yangon (AsiaNews) - El cultivo de adormidera en Myanmar ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 10 años, según ha comunicado en los últimos días la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), al publicar su último informe sobre el tema. En el último año se ha producido un aumento del 17 % en las áreas cultivadas, pasando de 45.200 hectáreas a 53.100. Se trata de un aumento que se ha mantenido constante desde el golpe de Estado de 2021 y durante la guerra civil posterior, pero que también está disminuyendo a medida que se agrava el conflicto, por lo que la producción solo ha aumentado un 1 % con respecto al año pasado.

Los aumentos en el cultivo se han producido en varias zonas de Myanmar, pero sobre todo en el estado de Shan, donde se encuentra el 88 % de la superficie cultivada con adormidera. Según los expertos de la ONU, es probable que la trayectoria actual continúe en los próximos años. De hecho, el cultivo de la adormidera está estrechamente relacionado con el conflicto en curso, cuyo final no se vislumbra. Los pequeños agricultores de las zonas montañosas se dedican cada vez más al opio porque es un producto mucho más rentable que otros cultivos. Sin embargo, esto ha abierto mayores oportunidades comerciales para los narcotraficantes. El tráfico ilegal de drogas es una actividad a la que se dedican varios grupos, incluidas algunas de las milicias étnicas que luchan contra la junta militar.

Por primera vez, también se ha cartografiado con datos satelitales la región de Sagaing, situada en el centro del país, que antes de 2021 había permanecido al margen de los conflictos armados porque estaba habitada principalmente por personas de etnia bamar y de religión budista. Sin embargo, en los últimos cuatro años ha sido protagonista de un fuerte aumento de la violencia y hoy es uno de los epicentros de la resistencia al régimen. Según el informe de la UNODC, aquí hay al menos 552 hectáreas de superficie cultivada con adormidera.

Confirmando esta tendencia, el periódico opositor The Irrawaddy informa de que el cultivo de cannabis también está aumentando en algunas aldeas de la región de Sagaing, zonas tradicionalmente dedicadas al cultivo de arroz, frijoles, betel y algodón. «Plantar 1000 árboles de betel cuesta alrededor de 3 millones de kyats, pero el precio de mercado es de solo 20.000 kyats por viss. Por el contrario, el cannabis solo cuesta entre 3000 y 3500 kyats por planta y un viss de hojas y cogollos secos puede reportar hasta 800.000 kyats», explicó un agricultor de Myinmu. Un viss es una unidad de medida local que equivale a poco más de un kilo y medio.

En los últimos meses, varias zonas han vuelto a estar bajo el control de la junta birmana: el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang (TNLA), una de las principales milicias étnicas del país, ha devuelto Mongmit y las zonas circundantes, donde se encuentran algunas importantes minas de rubí del estado de Shan, a la junta militar como parte de un acuerdo mediado por China. Pero según un informe del Instituto ISEAS-Yusof Ishak, con sede en Singapur, varios territorios de los estados de Kachin y Kayin también han vuelto a estar bajo el control del ejército gracias a la imposición del servicio militar obligatorio (con el que se ha reclutado a 80.000 hombres desde el año pasado) y al uso masivo de drones, desplegados gracias al apoyo extranjero, en particular chino y ruso. «Las relaciones militares cada vez más estrechas con Rusia, que se remontan a la Guerra Fría, podrían haber contribuido al conocimiento de la guerra combinada y de las tácticas eficaces con el uso de drones, aprendidas de Rusia durante la invasión de Ucrania», sostiene el informe. El Gobierno de Unidad Nacional (NUG) en el exilio, que reúne a parlamentarios que formaban parte del anterior ejecutivo liderado por Aung San Suu Kyi, informó de que solo en noviembre murieron 148 personas en los bombardeos llevados a cabo por la junta.

Kachin también se considera una zona importante porque alberga varias minas de tierras raras que el ejército comercializa con China. Según el think tank ISP-Myanmar, entre enero y septiembre de este año, China importó más de 52.000 toneladas de tierras raras, de las cuales el 53 % procedía de Myanmar. A pesar de ello, algunos expertos señalan que el ejército solo ejerce control sobre entre el 20 % y el 30 % del territorio birmano, y parece difícil que pueda volver a gobernar todo el país a corto plazo. Por ello, varias organizaciones internacionales siguen criticando el plan del ejército de celebrar elecciones, previstas en varias fases a partir del 28 de diciembre, y han instado al ejército a centrarse en la resolución del conflicto.