Papa, SS. Pedro y Pablo: 'Hacer de las diversidades un laboratorio de unidad'
León XIV celebró la misa en San Pedro a las 10:30. Entregó el palio a 54 obispos metropolitanos, siete de ellos de Asia: "En la unidad de la fe católica, que cada uno de ustedes pueda alimentarla en las Iglesias locales". La homilía sobre la comunión eclesial y la vitalidad de la fe: "No caer en la rutina, en el ritualismo". En el Ángelus: "Que callen las armas, hay que trabajar por la paz".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El 29 de junio, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, es día de fiesta en Roma. Se celebran los patronos de la ciudad con eventos históricos como la fiesta de las flores y la Girandola de Castel Sant’Angelo. La misa de las 10:30 en la basílica de San Pedro, presidida por el Papa León XIV, fue precedida por la vigilia vespertina de ayer. La historia de Pedro y Pablo "nos interpela de cerca también a nosotros, que somos la comunidad peregrina de los discípulos del Señor en nuestro tiempo", dijo Prevost. La unidad es uno de los temas que acompaña la jornada. Lo recordó el pontífice en la homilía: "Comprometámonos a hacer de nuestras diversidades un taller de unidad y comunión, de fraternidad y reconciliación". Y en el Ángelus: "Existe [...] un ecumenismo de la sangre, una invisible y profunda unidad entre las Iglesias cristianas".
Durante la celebración se realizó la entrega del palio - estola de lana blanca que simboliza la unión entre la Iglesia universal y la local - a 54 obispos metropolitanos. Un rito que ha sido restablecido por el Papa León XIV, porque su predecesor, Francisco, se limitaba a bendecirlos durante la liturgia de hoy. "Este signo, al mismo tiempo que recuerda la tarea pastoral que les ha sido confiada, expresa la comunión con el obispo de Roma, para que, en la unidad de la fe católica, cada uno de ustedes pueda alimentarla en las Iglesias locales confiadas a ustedes", dijo Prevost. Siete de los nuevos metropolitanos provienen de Asia: mons. Fransiskus Nipa (Makassar, Indonesia); mons. Francis Xavier Vira Arpondratana (Bangkok, Tailandia); mons. John Rodrigues (Bombay, India); mons. Udumala Bala Showreddy (Visakhapatnam, India); mons. Varghese Chakkalakal (Calicut, India); mons. Midyphil Bermejo Billones (Jaro, Filipinas); mons. Joseph Đặng Đức Ngân (Huê, Vietnam).
En la homilía, el Papa León XIV se centró en dos aspectos, inspirados en el testimonio de los dos santos: la comunión eclesial y la vitalidad de la fe. Sobre la primera, Prevost recordó que Pedro y Pablo "fueron llamados a vivir un único destino, el del martirio, que los asoció definitivamente a Cristo". Pero esta no fue una "conquista pacífica". Los santos llegaron a ella "después de un largo camino, en el cual cada uno ha abrazado la fe y ha vivido el apostolado de manera diversa". "La historia de Pedro y Pablo nos enseña que la comunión a la que el Señor nos llama es una armonía de voces y rostros, no anula la libertad de cada uno", afirmó el pontífice. Y esa enseñanza lleva a interrogarse sobre la comunión eclesial, que "nace del impulso del Espíritu, une las diversidades y crea puentes de unidad en la variedad". Una "fraternidad" que hoy es tan necesaria. "La vida pastoral, el diálogo ecuménico y la relación de amistad que la Iglesia desea mantener con el mundo la necesitan", añadió.
Con respecto a la vitalidad de la fe, el Papa León XIV explicó que en la experiencia de "discipulado" siempre se corre el riesgo "de caer en la rutina, en el ritualismo, en esquemas pastorales que se repiten". La historia de Pedro y Pablo puede ayudar a "abrirse a los cambios", para "buscar caminos nuevos para la evangelización partiendo de los problemas y las preguntas que plantean los hermanos y hermanas en la fe". Y continuó diciendo: "Como tantas veces nos ha advertido el Papa Francisco, es importante salir del peligro de una fe cansada y estática", para lo cual contamos con la ayuda del ejercicio del discernimiento. "Permite que nuestra fe y la Iglesia se renueven continuamente y que experimenten nuevos caminos y nuevas prácticas para el anuncio del Evangelio", dijo el Obispo de Roma.
Al concluir la homilía, Prevost saludó a los miembros del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana: "¡Gracias por su presencia aquí y por su celo pastoral. ¡Que el Señor le conceda la paz a su pueblo!". También hizo un llamado a la paz después de la oración mariana del Ángelus, que se rezó a las 12, como de costumbre, desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano. "Sigamos rezando para que en todas partes se silencien las armas y se trabaje por la paz a través del diálogo", dijo el Papa. También se recordó la tragedia ocurrida en el Liceo "Barthélémy Boganda" de Bangui, en la República Centroafricana, donde 29 adolescentes perdieron la vida por una explosión. "¡Que el Señor consuele a las familias y a toda la comunidad!", afirmó.
05/12/2016 17:00