24/10/2018, 12.18
VATICANO
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Papa: Hay que prepararse para el matrimonio, no alcanza con ‘tres o cuatro charlas’ en la parroquia

Al referirse al mandamiento “No cometerás adulterio”, Francisco afirmó que se necesita un “catecumenado” para novios. No se debe “sobrevalorar la atracción física, que, en sí, es un don de Dios, pero que está orientada a preparar el camino hacia una relación auténtica y fiel”. 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El matrimonio necesita de una preparación cuidadosa, de un “catecumenado” que no puede ser reducido a “tres o cuatro charlas” en la parroquia: “la llamada a la vida conyugal requiere de un cuidadoso discernimiento sobre la calidad de la relación y de un tiempo de noviazgo para verificarla”. La necesidad de una preparación para el sacramento del matrimonio y de “dirigirse a Cristo” para hallar su fundamento en él, fue el tema central de la reflexión del Papa Francisco, que estuvo dedicada al Mandamiento “No cometerás adulterio”.

Dirigiéndose a las casi 20.000 personas presentes en la plaza de San Pedro, el Papa dijo que por ende, no debe “sobrevalorarse la atracción física, que, en sí, es un don de Dios, pero que está orientada a preparar el camino para una relación auténtica y fiel” y que dos personas “no pueden prometerse fidelidad «en la alegría, y en el dolor, en la salud y en la enfermedad», y amarse y honrarse todos los días de su vida, basándose en la buena voluntad o en la esperanza de que “la cosa funcione”. Necesitan basarse sobre el terreno firme del Amor fiel de Dios”.

“Sólo el amor basado sobre la roca de la fe en Dios –explicó en el saludo dirigido a los fieles árabes- y sobre la confianza en el otro, puede resistir al viento de las tentaciones, a las tempestades de los cambio de humor y de las seducciones del mundo. La palabra ‘te amo’, en realidad, encierra en sí misma la promesa de la fidelidad permanente”.

El “No cometer adulterio” que se menciona en sexto lugar, había dicho el pontífice en la catequesis, es un “reclamo inmediato a la fidelidad, y, en efecto, ninguna relación humana es auténtica sin fidelidad y lealtad. No se puede amar sólo mientras ‘convenga’; el amor se manifiesta justamente cuando se va más allá del beneficio propio, cuando se entrega todo, sin reservas. Tal como afirma el Catecismo: «El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero.» (n. 1646). La fidelidad es la característica de la relación humana libre, madura, responsable. Incluso más, un amigo demuestra ser auténtico porque sigue siendo tal en cualquier eventualidad, de otra manera no es un amigo. Cristo revela el amor auténtico. Él, que vive del amor infinito del Padre, y en virtud de ello es el Amigo fiel que nos acoge aún cuando nos equivocamos y que quiere siempre nuestro bien, incluso cuando no lo merecemos”.  

“El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y quien no recibe esta acogida lleva en sí mismo cierto carácter de incompleto, muchas veces sin saberlo.  El corazón humano necesita llenar este vacío con sustitutos, aceptando compromisos y mediocridades que, de amor, sólo conservan un vago sabor. El riesgo es terminar llamando ‘amor’ a relaciones que están verdes, inmaduras, con la ilusión de hallar luz de vida en algo que, en el mejor de los casos, no es más que un reflejo de ella. Así es como se sobrevalora la atracción física, que, en sí, es un don de Dios, pero que está orientada a preparar el camino hacia una relación auténtica y fiel con la persona. Como solía decir Juan Pablo II, el ser humano “está llamado a vivir las relaciones con una espontaneidad plena y madura», que es «el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del propio corazón». Y algo que se conquista, siendo que todo ser humano «debe aprender, con perseverancia y coherencia, cuál es el significado del cuerpo» (cfr.  Catequesis, 12 de noviembre 1980)”.

“Por lo tanto, la llamada a la vida conyugal requiere de un cuidadoso discernimiento sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla. Para acceder al Sacramento del matrimonio, los novios deben madurar en la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios, que los precede y los acompaña”.

“Es por eso que antes de recibir el sacramento del matrimonio, se debe tener una preparación exhaustiva, yo diría un catecumenado”. “No se puede decir que es una preparación tener tres o cuatro charlas en la parroquia, la responsabilidad es del párroco o del obispo, que permiten estas cosas. El matrimonio es un sacramento, que debe ser preparado”.

“Son muchos los adulterios de los cuales la sexta palabra quiere salvaguardarnos. En efecto, la fidelidad es un modo de ser, un estilo de vida. Se trabaja con lealtad, se habla con sinceridad, se permanece fieles a la verdad en los pensamientos que se tienen, en el propio accionar. Una vida entramada con fidelidad se expresa en todas las dimensiones y lleva a ser hombres y mujeres fieles y confiables en cualquier circunstancia. Pero para llegar a tener una vida tan bella, no alcanza con nuestra naturaleza humana, se necesita que la fidelidad de Dios entre en nuestra existencia.  Esta Sexta Palabra nos llama a dirigir la mirada a Cristo, que con su fidelidad puede quitar de nosotros un corazón adúltero y donarnos un corazón fiel. En Él, y sólo en Él, está el amor sin reservas y sin dudas, la entrega total, sin paréntesis, y la tenacidad de la acogida hasta el fondo. De su muerte y resurrección, se deriva nuestra fidelidad; de su amor incondicional,  se deriva la constancia en las relaciones. De la comunicación con Él,  con el Padre y con el Espíritu Santo, se derivan la comunión entre nosotros y el saber vivir nuestros lazos con fidelidad”.  

Entre las personas presentes en la audiencia, a las cuales Francisco dedicó un pensamiento, estaba “el grupo de once ciclistas que han recorrido 1160 km en bicicleta, desde Zagreb hasta Roma”, a los cuales agradeció “por este testimonio de fe y de adhesión al Sucesor de Pedro”.

Al final, Francisco recordó que “el próximo domingo, la Iglesia de Polonia celebra la X Jornada de Solidaridad para con la Iglesia perseguida, organizada por la Fundación papal ‘Ayuda a la Iglesia que sufre’ junto a la Conferencia Episcopal Polaca. Este año, el sostén económico será destinado a los cristianos de Pakistán. Gracias por estas iniciativas de paz y solidaridad”.

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