27/07/2016, 21.14
POLONIA – VATICANO
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Papa: "el mundo está en guerra", "guerra real", pero "no guerra de religiones"

En el vuelo que lo llevó a Cracovia por la 31ª Jornada Mundial de la Juventud, Francisco habló del asesinato del padre Jacques Hamel, el sacerdote muerto en Saint Etienne du Rouvray. El fenómeno migratorio "requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible". "Se deben solicitar colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras".
 

Cracovia (AsiaNews) - "El mundo está en guerra", "guerra real", "guerra de intereses, por dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio del pueblo", pero "no guerra de religiones", "las religiones, todas las religiones, quieren la paz. La guerra la quieren otros". Es el comentario del Papa Francisco al asesinato del padre Jacques Hamel, el sacerdote muerto en Saint Etienne du Rouvray, que hizo en  el avión que lo llevó a Cracovia, donde llegó a las 16 (hora local) para la 31 Jornada Mundial de la Juventud.

"La palabra que se repite tanto - continuó – es "seguridad", pero la verdadera palabra es "guerra". El mundo está en guerra, la guerra por partes. Fue la de 1914, con sus métodos, a continuación la de 1939 a 1945 y ahora esta". "No es orgánico, pero sí organizada. Pero es la guerra. Este santo sacerdote, que murió en el mismo momento en el que ofreció la oración por la paz. Él es uno, pero cuántos cristianos, cuántas personas inocentes, cuántos niños... Pensamos en Nigeria, por ejemplo. Decimos: ¡pero eso es África! Es guerra. No tengamos miedo a decir esta verdad, el mundo está en guerra, ya que se ha perdido la paz" y, añadió llegando a Cracovia, "Se deben solicitar colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras".

Francisco volvió sus pensamientos a los jóvenes de la JMJ. "Los jóvenes nos dice siempre la esperanza. Esperamos que los jóvenes nos digan algo que sea un poco más esperanzador en este momento".

A su llegada a Cracovia, en el aeropuerto internacional "Juan Pablo II" de Balice-Kraków, el Papa fue recibido por el Presidente de la República, Andrzej Duda, y el Arzobispo de Cracovia, Cardenal. Stanislaw Dziwisz, secretario histórica del Papa Wojtyla.

Inmediatamente después de la llegada y la ceremonia de bienvenida, el Papa Francisco fue al Wawel (foto), el castillo histórico con vistas a Cracovia, donde ha tenido la primera reunión con las autoridades, la sociedad civil y miembros del cuerpo diplomático acreditado en Polonia, en el patio, a continuación, en la Sala de los pájaros, una visita de cortesía al Presidente de la República y, por último, en la Catedral de los santos de Estanislao y San Wenceslao, los obispos.

En el único discurso público hoy, en el patio del Wawel, Francisco dijo sirven la "disponibilidad para dar cabida a los que huyen de las guerras y el hambre" y "solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar en libertad y la seguridad de su propia fe". Arribando por la tarde, a Polonia, en Cracovia, donde mañana participará en la 31ª Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco en su primer discurso ante las autoridades del país apoyó la necesidad de hacer frente a los desafíos del tiempo con "el valor de la verdad y un compromiso ético constante", de modo que siempre se respete la dignidad humana, es un principio que involucra todas las actividades humanas, incluyendo "la gestión del complejo fenómeno de la migración".

"Esto último requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible. Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia, dando facilidades a los que desean regresar. Al mismo tiempo, hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y del hambre; solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridad la propia fe. También se deben solicitar colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y su patria. Se trata, pues, de hacer todo lo posible por aliviar sus sufrimientos, sin cansarse de trabajar con inteligencia y continuidad por la justicia y la paz, dando testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos".

En su discurso, el Papa también señaló que "La conciencia de identidad, libre de complejos de superioridad, es esencial para organizar una comunidad nacional basada en su patrimonio humano, social, político, económico y religioso, para inspirar a la sociedad y la cultura, manteniéndolas fiel a la tradición y, al mismo tiempo, abiertas a la renovación y al futuro. En esta perspectiva, han celebrado recientemente el 1050 aniversario del Bautismo de Polonia. Ha sido ciertamente un momento intenso de unidad nacional, confirmando cómo la concordia, aun en la diversidad de opiniones, es el camino seguro para lograr el bien común de todo el pueblo polaco".

"También la cooperación fructífera en el ámbito internacional y la consideración recíproca maduran mediante la toma de conciencia y el respeto de la identidad propia y de los demás. No puede haber diálogo si cada uno no parte de su propia identidad. En la vida cotidiana de cada persona, como en la de cada sociedad, hay, sin embargo, dos tipos de memoria: la buena y la mala, la positiva y la negativa. La memoria buena es la que nos muestra la Biblia en el Magnificat, el cántico de María que alaba al Señor y su obra de salvación. En cambio, la memoria negativa es la que fija obsesivamente la atención de la mente y del corazón en el mal, sobre todo el cometido por otros. Al mirar su historia reciente, doy gracias a Dios porque han sabido hacer prevalecer la memoria buena: por ejemplo, celebrando los 50 años del perdón ofrecido y recibido recíprocamente entre el episcopado polaco y el alemán tras la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa, que implicó inicialmente a las comunidades eclesiales, desencadenó también un proceso social, político, cultural y religioso irreversible, cambiando la historia de las relaciones entre los dos pueblos. En este sentido, recordemos también la Declaración conjunta entre la Iglesia Católica en Polonia y la ortodoxa de Moscú: un gesto que dio inicio a un proceso de acercamiento y hermandad, no sólo entre las dos Iglesias, sino también entre los dos pueblos. La noble nación polaca muestra así cómo se puede hacer crecer la memoria buena y dejar de lado la mala. Para esto se requiere una firme esperanza y confianza en Aquel que guía los destinos de los pueblos, abre las puertas cerradas, convierte las dificultades en oportunidades y crea nuevos escenarios allí donde parecía imposible".

Última cita de este primer día de Francisco en Cracovia, será el encuentro con unos 130 obispos polacos, que se llevarán a cabo en forma de diálogo informal. Al final, el Papa Francesco se ira en coche al arzobispado, donde residirá en estos días.

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