18/03/2023, 14.27
MUNDO RUSO
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Prigozhin, el 'cocinero' del putinismo extremo

de Stefano Caprio

Durante años negó ser el fundador y comandante del "Grupo Wagner", del que hoy se enorgullece como el "mejor ejército del mundo". Su biografía -desde la cárcel hasta el negocio de la restauración, pasando por los actuales ataques contra el resto de la élite del Kremlin- ​​es una síntesis de la historia tardo y post soviética.

El desafío de Bajmut, una batalla desesperada para conquistar un 0,02% más de territorio en el cada vez más devastado Donbass, se está convirtiendo en una coyuntura crucial no tanto para el destino de la aventura militar rusa en Ucrania, sino para determinar el futuro del putinismo, que asume tonos cada vez más oscuros y satánicos, y, en consecuencia, de muchos equilibrios geopolíticos en el orden mundial. Los suministros de armas y municiones de uno y otro lado, incluso en vistas de un nuevo enfrentamiento masivo en primavera, ponen de manifiesto las dimensiones más extremas de las estrategias militares, y en Rusia encumbran cada vez más la figura de Yevgeny Viktorovich Prigozhin, ex convicto, el "cocinero" de Putin, oligarca y líder militar, ideólogo y político, y hoy también autocandidato a la presidencia de Ucrania.

La biografía de Prigozhin es un resumen de la historia tardo y post soviética. De 61 años, nacido en Leningrado -como Putin y el Patriarca Kirill-, huérfano de padre desde muy pequeño (era instructor de esquí de fondo), Yevgeny creció con su madre enfermera. Ganó algunas competencias de esquí, lo que le permitió asistir a una escuela especial para deportistas, y sus compañeros de clase lo recuerdan como alguien "a quien le gustaba mucho leer". Sin embargo, su carrera deportiva terminó muy pronto, cuando fue condenado, a los 18 años, a dos años de servicios comunitarios por robo. Antes de cumplir el plazo, sin embargo, fue acusado de diversos actos de vandalismo y condenado nuevamente a 13 años de cárcel.

La carrera empresarial de Prigozhin comenzó en la cárcel, donde se convirtió en "brigadier" de los escuadrones de autogestión de los reclusos (normalmente formados por los matones más violentos), y obligó a todos sus compañeros a preparar suvenires para venderlos afuera, acumulando unos primeros ahorros nada despreciables para los últimos años soviéticos. Según los relatos de sus compañeros de celda, “todos los días se hinchaba los músculos con ejercicios, y no paraba de leer libros”. Consiguió que le redujeran la condena y salió de prisión en el fatídico 1990 de los cambios de Gorbachov.

No continuó la carrera delictiva y se matriculó en el instituto químico-farmacéutico de Leningrado, aunque no llegó a obtener el diploma. Fue en cambio uno de los primeros que se lanzaron a la carrera desenfrenada de los negocios de los primeros años post soviéticos. Su fama de "cocinero" comenzó con puestos callejeros donde preparaba perritos calientes, símbolo de la americanización de la Rusia de Yeltsin. No tardó en abrir, en 1995, su primer restaurante, Staraya Tamozhnya ("Vieja Aduana"), en el antiguo edificio de la Kunstkamera de la rebautizada San Petersburgo, el primer restaurante elegante de la capital del norte que frecuentaban los personajes más en vista de la ciudad. Posteriormente Prigozhin experimentó con otros formatos de restaurantes: Russky Kitsch, la cadena judía Set Sorok, Blin!Donalt's ("Guau!Donalt", una parodia de Mac Donald's) y otros.

El apogeo de su fama de "cocinero" llegó en 2001, con un nuevo restaurante flotante, New Island, donde el nuevo presidente Vladimir Putin organizó un encuentro con su homólogo francés Jacques Chirac y al año siguiente con Georges W. Bush. En 2003 Putin incluso frestejó allí su cumpleaños, consolidando el vínculo privilegiado con Prigozhin y su cocina. El negocio se expandió espectacularmente con el catering, convirtiéndose en el principal empresario de Rusia en ese rubro con la empresa Konkord, que servía sobre todo los almuerzos protocolares del Kremlin e incluso las inauguraciones presidenciales. Los comedores escolares de Moscú y San Petersburgo también fueron organizados por la empresa de Prigozhin, hasta que en 2010 firmó un gigantesco contrato de exclusividad con el Ministerio de Defensa para alimentar a soldados y oficiales.

La transición de las cacerolas a las armas automáticas es en realidad bastante oscura. Prigozhin negó durante años ser el fundador y comandante del "Grupo Wagner", del que hoy se enorgullece como "el mejor ejército del mundo". Sus primeras actividades están relacionadas con el comienzo de la "guerra híbrida" en el Donbass, tras el levantamiento del Maidan de Kiev y la anexión de Crimea en 2014. Las primeras noticias públicas aparecieron en el sitio de San Petersburgo Fontanka.ru en 2015, donde se relataba que dos años antes, en 2013, dos gerentes de una agencia de seguridad privada, Moran Security Group, Vadim Gusev y Evgenij Sidorov (de hecho testaferros de Prigozhin) habían registrado en Hong Kong el Slavjansky Korpus, "Cuerpo eslavo", que se ocupaba de defender de los piratas a los barcos comerciales. El Slavjansky Korpus contrató cerca de 300 guardias para "defender minas y pozos petrolíferos" en Siria, donde en realidad participaron en la guerra civil que se estaba desarrollando en ese momento.

Los miembros del grupo regresaron después a Rusia, donde fueron arrestados por "actividades mercenarias ilegales". Uno de los jefes era Dmitri Utkin, el "coronel", actualmente de 52 años, que poco después apareció en acción en Lugansk defendiendo a la población de habla rusa contra el ejército ucraniano. Con él se asoció por primera vez el nombre de “Wagner”, apodo de Utkin que evoca al músico inspirador del Tercer Reich, del cual supuestamente el ex-spetsnaz era un gran admirador. El símbolo del Grupo tiene la estrella soviética en el centro, con dos espadas entrelazadas sobre un fondo marrón rojizo, los colores del "fascio-comunismo", y las palabras "Sangre, Honor, Patria, Valor" a su alrededor. Otras fuentes atribuyen el comienzo de las operaciones a un acuerdo entre oficiales de defensa rusos y una agencia de seguridad de Sudáfrica, Executive Outcomes, que reclutaba militares formalmente retirados pero que todavía estaban plenamente activos.

De hecho, la Wagner llevó adelante la guerra en Ucrania durante ocho años, con cientos de miembros que se turnaban para apoyar a los separatistas en las luchas de ciudades y barrios, bajo el mando de un jefe mercenario, Igor Girkin, conocido como Strelkov (el Arquero), que se convirtió en la cara pública de los militantes prorrusos de Donetsk. El grupo conquistó también el aeropuerto de Lugansk y se encargó de seleccionar a los personajes locales más del agrado del Kremlin, dejando a otros fuera del juego con métodos brutales. Hasta junio de 2022 los tribunales de Moscú condenaban a quienes atribuían a Prigozhin la jefatura del Wagner, como el conocido periodista Venediktov, pero desde septiembre del año pasado el mismo "cocinero" y oligarca comenzó a acudir públicamente a distintos centros de detención para reclutar soldados para su compañía de mercenarios.

Es difícil establecer el número de mercenarios del Wagner, que obviamente nunca se ha publicado en ninguna parte. Es seguro que ha sacado de las cárceles entre dos y tres mil convictos, muchos de los cuales murieron en combate, y los efectivos del grupo podrían llegar a 15-20 mil personas entre los muchos lugares del mundo donde opera, con una rotación constante de nuevos reclutas. El mismo Prigozhin habló recientemente de la incorporación de miembros extranjeros provenientes de varios países, incluso del odiado Occidente europeo y americano. Tampoco está clara la financiación que los respalda, tanto pública como privada. Se estima en unos 200 millones de euros anuales, asegurada en parte por los restaurantes y centros comerciales de Prigozhin. El mismo fundador afirmó que "el Wagner se financia con el dinero obtenido con la venta de las lágrimas y los sufrimientos de las democracias occidentales".

Junto con Ucrania y Siria, las dos guerras en las que está oficialmente involucrado, el Grupo opera en varios países africanos: Sudán, Libia, África Central, Mozambique, Malí y Burkina Faso, apoyando de diversas formas a las partes en conflicto, en guerras civiles y luchas de poder. Por lo tanto, no es improbable que puedan tener razón los políticos europeos que acusan a Prigozhin de operar también con los flujos de migrantes, que se envían a través del Mediterráneo, vía Libia y la misma Siria, para causar dificultades a los gobiernos enemigos.

La fama más siniestra de Prigozhin está relacionada con la ejecución, en noviembre del año pasado, de un miembro del Wagner, Yevgeni Nuzhin, acusado de deserción. Nuzhin, de origen kazajo, era un criminal y asesino condenado a 25 años de cárcel, que fue reclutado por Prigozhin y después se convirtió en uno de los comandantes de campo en Ucrania, donde se había hecho muy popular entre los soldados. Se difundieron fotos de su ejecución con una kuvalda, una maza para trabajos pesados, y desde entonces la amenazadora herramienta se ha convertido en el nuevo símbolo del Wagner y del propio Prigozhin, que envía elocuentes ejemplares a sus peores enemigos. Junto con las operaciones militares, el "cocinero" también es famoso por la "fábrica de trolls", es decir, los ataques de piratas informáticos y la intromisión en las campañas electorales de los países occidentales, comenzando por Estados Unidos en la elección de Donald Trump de 2016, y ese mismo año en el referéndum del Brexit británico. Recientemente Prigozhin admitió que “hemos interferido, estamos interfiriendo y seguiremos interfiriendo… de manera precisa y quirúrgica, como lo hacemos nosotros”.

Muchos comparan a Prigozhin con Rasputín, el monje que tenía una influencia decisiva en las políticas del zar Nicolás II y hoy Prigozhin intenta enfrentar a Putin contra el resto de la dirigencia del Kremlin, que en su opinión es "una masa de incompetentes, que en realidad no quiere ganar la guerra". Rasputín fue asesinado, tras muchos intentos, por los nobles que se conjuraron en 1916, porque quería disuadir al zar de entrar en guerra. Cien años después, el espíritu del monje cuyo nombre evoca el del nuevo zar, parece querer vengarse, incitando esta vez a la violencia más extrema. Putin significa “el hombre de la ruta” (Put), Ras-putin “el hombre de la encrucijada”, donde Rusia debe elegir su destino.

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