Putin quiere nuevos inmigrantes de Kazajistán

Un nuevo decreto firmado hace unos días facilita aún más a los kazajos la obtención de la ciudadanía rusa. Una medida que afecta sobre todo a los habitantes de las regiones septentrionales de mayoría rusoparlante, que son de hecho las más pobres de todo el país. Los emigrantes son de utilidad inmediata para Rusia para reponer las filas del ejército, pero serán de mayor utilidad después de la guerra.

Moscú (AsiaNews) - El decreto firmado por el presidente ruso Vladimir Putin el pasado 18 de diciembre, que permite a los ciudadanos de Kazajistán (junto con los de Moldavia y Bielorrusia) obtener fácilmente la ciudadanía rusa, ha reavivado el empuje para emigrar a Rusia, especialmente por parte de los rusos étnicos de Kazajistán, o en todo caso atraídos por mejores condiciones de vida. Ahora ya no será necesario hacer exámenes de historia y "fundamentos de la estatalidad rusa", aunque sí habrá que demostrar el dominio del idioma.

Adquirir el pasaporte rojo con el águila bicéfala tampoco era muy difícil antes para los kazajos, pero ahora el procedimiento se ha simplificado al máximo. Según el decreto de Putin, cualquier habitante de Kazajistán puede convertirse en ciudadano ruso inmediatamente después de obtener el permiso de residencia, con un simple examen de idioma, lo que estimulará especialmente a los kazajos de las regiones septentrionales de mayoría rusoparlante, que son de hecho las más pobres de todo el país.

Según la Oficina de Estadística, la emigración de kazajos a Rusia llevaba tiempo siguiendo una curva descendente: mientras que en 2000 fueron más de 108.000, el año pasado se redujeron a 19.000, la más baja de los últimos veinte años. Sin embargo, como afirma el politólogo Gaziz Abišev, las nuevas condiciones pueden cambiar la dinámica, y los que se marchan pueden ser ahora también personas con una mayor cualificación profesional: "los técnicos especializados no buscan necesariamente emigrar, pero en su país no encuentran ofertas adecuadas, y los que podrían ser competitivos en el mercado laboral ruso se ven ciertamente atraídos".

Esto podría provocar una escasez de personal y un fuerte desequilibrio en el sector tecnológico de Kazajistán, y los estudiantes también prefieren volverse hacia Rusia, para acceder a instituciones de nivel superior, a pesar del riesgo de verse implicados en operaciones militares. Como afirma el economista Arman Bejsembaev, "sea cual sea el resultado de la guerra en Ucrania, la economía rusa se recuperará rápidamente en cuanto terminen los enfrentamientos armados. Si no se producen catástrofes a nivel planetario, con la desintegración del Estado y la guerra civil, Rusia podrá volver a los niveles anteriores al conflicto, pero para ello necesitará mucha mano de obra, en todos los campos.

Será Rusia la que necesite cada vez más a los kazajos, y no al revés, explica Bejsembaev: "el rublo seguirá depreciándose, la recuperación económica no se producirá automáticamente, pero el mercado ruso seguirá siendo siempre el más rentable de todos los países de la zona postsoviética, por ser el más grande y diversificado". Rusia necesita emigrantes en un futuro inmediato para reponer las filas del ejército, pero serán más necesarios después de la guerra.

Ahora, el gobierno de Moscú quiere evitar a toda costa tener que anunciar una nueva movilización, con el descontento que provocaría durante la campaña de las elecciones presidenciales. Ya en octubre, el jefe del Comité de Investigación, Aleksandr Bastrykin, había propuesto privar a los inmigrantes de sus pasaportes recién obtenidos si se negaban a participar en la guerra de Ucrania, pero para evitar repercusiones negativas sobre la inmigración, se decidió pasar de las amenazas a los halagos.

La oleada de nuevos emigrantes que se espera, especialmente de Kazajistán, traerá sin duda varios nuevos alistamientos en el ejército, gracias a la promesa de cuantiosas indemnizaciones. El objetivo, sin embargo, será contrarrestar el descenso de la población y la pérdida de muchos trabajadores precisamente a causa de la guerra, con sus muchos miles de muertos y heridos graves.