SIPRI: Asia a la vanguardia de la nueva carrera armamentista nuclear
Al tiempo que el ataque de Israel pone el foco en la bomba atómica iraní, el nuevo informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) muestra el crecimiento y la modernización de todos los arsenales nucleares mundiales. China, India, Pakistán y Corea del Norte tienen programas en expansión, mientras que Rusia y Estados Unidos se acercan al vencimiento de los acuerdos para limitar el número de ojivas estratégicas. Expertos: "Las armas nucleares hoy no impiden los conflictos. Por el contrario, conllevan inmensos riesgos de escalada".
Estocolmo (AsiaNews) – Mientras el mundo observa la guerra que ha emprendido Israel para impedir, entre otros objetivos, que Irán desarrolle un arma atómica, el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) ha dado a conocer algunos detalles sobre los programas nucleares de otros países con armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. El instituto de investigación afirma que todos estos países han actualizado sus arsenales con versiones más recientes a lo largo del año pasado.
El instituto publica todos los años una evaluación sobre el estado del armamento, el desarme y la seguridad internacional. En enero de este año, el SIPRI estimaba que existía un total de 12.241 ojivas nucleares en todo el mundo, de las cuales 9.614 estaban listas para ser utilizadas, principalmente en manos de Rusia y Estados Unidos, aunque también "Beijing podría ahora tener ahora algunas ojivas en los misiles, en tiempo de paz".
El SIPRI explica que la tendencia de reducción gradual de ojivas nucleares desde el final de la Guerra Fría podría revertirse en los próximos años, porque el ritmo de desmantelamiento se está desacelerando, mientras que el despliegue de nuevas armas nucleares se está acelerando. "Observamos una clara tendencia hacia el aumento de los arsenales nucleares, una retórica nuclear más acalorada y el abandono de los acuerdos de control de armamentos", explicó Hans M. Kristensen, experto en armas de destrucción masiva del SIPRI y director de un proyecto de información nuclear en la Federación de Científicos Americanos (FAS).
El arsenal chino es el que crece más rápido: según el SIPRI, Beijing posee al menos 600 ojivas nucleares, y desde 2023 produce unas 100 nuevas al año. Sin embargo, continúa el centro de investigación, "aunque Beijing alcanzara un número máximo previsto de 1.500 ojivas para 2035, esto aún ascendería aproximadamente a solo un tercio de las actuales existencias nucleares rusas y estadounidenses", que juntas componen el 90% de todas las armas nucleares que hay en el mundo.
En cuanto a Asia, el SIPRI estima que la India ha ampliado su arsenal nuclear en 2024, mientras que Pakistán sigue desarrollando nuevos sistemas de lanzamiento y acumulando material fisible, lo que sugiere que podría expandir sus reservas de armas nucleares en la próxima década.
Corea del Norte, por su parte, considera que su programa nuclear es esencial para su seguridad nacional. El país ya posee al menos 50 ojivas nucleares, pero dispone de material fisible para producir otras 40. En julio del año pasado, funcionarios surcoreanos advirtieron que Pyongyang estaba en las "fases finales" del desarrollo de un "arma nuclear táctica". En noviembre, Kim Jong Un había pedido una expansión "ilimitada" del programa nuclear.
Se cree que Israel - que no admite públicamente poseer armas nucleares - también está modernizando su arsenal nuclear, así como una planta de producción de plutonio en la ciudad de Dimona, en el desierto del Néguev.
Los investigadores del SIPRI sostienen que Francia está llevando adelante varios programas de modernización de sus misiles, y prevén sobre todo un aumento de las ojivas nucleares para el Reino Unido, que en 2023 confirmó sus planes de actualizar su límite máximo de despliegue de ojivas.
Estados Unidos y Rusia siguen ocupando las posiciones de dominio en términos de posesión de ojivas, a pesar de que ambos países están enfrentando crecientes retrasos y dificultades financieras. El número de ojivas en 2024 se ha mantenido prácticamente sin cambios hasta la fecha, señala el SIPRI, pero podría producirse un aumento en los próximos años. En Estados Unidos, en particular, los defensores de las armas nucleares creen que un aumento es necesario en respuesta a las crecientes dotaciones chinas. Además, en febrero de 2026 expira el acuerdo New START entre Rusia y Estados Unidos, que se firmó en 2010 con el objetivo de limitar el número de "armas ofensivas estratégicas", en referencia a las ojivas que pueden desplegarse en misiles estratégicos (las armas estratégicas se refieren a la disuasión mutua, mientras que los armamentos tácticos se refieren al uso concreto en un campo de batalla).
No hay señales que indiquen la voluntad de renovar o suscribir un nuevo acuerdo, según el SIPRI, que advierte sobre el riesgo de una nueva carrera armamentista nuclear. Esta "conlleva un riesgo y una incertidumbre mayores que la anterior", comentó el director del instituto, Dan Smith.
Por otra parte el rápido desarrollo de nuevas tecnologías está revolucionando las capacidades nucleares y los conceptos de disuasión y defensa. El uso de la IA en los procesos de toma de decisiones aumenta el riesgo de que estalle un conflicto nuclear debido a errores de comunicación, malentendidos o incidentes técnicos. En este contexto, las formas clásicas de cálculo ya no son suficientes para determinar la ventaja de un país sobre otro, lo que aumenta aún más la incertidumbre de la situación global.
Además, los crecientes debates en Europa, Oriente Medio y Asia Oriental sobre las armas nucleares sugieren que otros Estados podrían desarrollar sus propias armas atómicas. "Es fundamental recordar que las armas nucleares no garantizan la seguridad", subrayó Matt Korda, uno de los autores de los análisis del SIPRI. "Como ha demostrado ampliamente el reciente resurgimiento de las hostilidades en India y Pakistán, las armas nucleares no impiden los conflictos. Por el contrario, conllevan inmensos riesgos de escalada y de errores de cálculo catastróficos - en particular cuando la desinformación es generalizada - y pueden terminar haciendo que la población de un país esté menos segura, no más".