Sarah Milgrim y Tech2Peace: paz y diálogo israelí-palestino, más allá de la propaganda
La joven Sarah Milgrim, junto con su novio y compañero Yaron Lischinsky, fue víctima en Washington del ataque de un agresor que les disparó mientras gritaba "lo hice por Gaza, por Palestina". Ella participaba activamente en una ONG que promueve el encuentro entre israelíes y palestinos para construir un terreno común de convivencia a partir de las nuevas tecnologías. E incluso hoy, contrariamente a los extremistas que avivan el fuego, sigue diciendo: "Miremos a las personas".
Jerusalén (AsiaNews) – Unir, fomentar el diálogo y el encuentro entre israelíes y palestinos a través de la tecnología y los emprendimientos, para construir una realidad diferente a la guerra y la violencia. Una filosofía que no es solo un eslogan vacío, sino que se traduce en acciones, iniciativas, encuentros, actividades y gestos concretos para construir una narrativa diferente en una tierra que para muchos es "santa", pero que hoy se encuentra cada vez más "atormentada". Con este espíritu opera la ONG Tech2Peace, de la cual era voluntaria "comprometida y activa" la joven de 26 años Sarah Milgrim, asesinada junto con su novio Yaron Lischinsky, de 30 años, la noche del pasado 21 de mayo cuando salían de un evento en el Capital Jewish Museum de Washington, Estados Unidos. Ambos eran empleados de la embajada de Israel –él asistente de investigación en la sección política, ella miembro del personal administrativo– y murieron por los disparos de Elias Rodriguez, de 31 años, de Chicago, quien reivindicó el acto cuando lo arrestaban gritando: "Lo hice por Palestina, lo hice por Gaza", refiriéndose al conflicto en la Franja y a la emergencia humanitaria que está viviendo.
Analistas y comentaristas señalan los "ideales" de paz y diálogo que animaban a los dos empleados de la representación diplomática del Estado judío en EE.UU. Al mismo tiempo, se multiplican los artículos y análisis sobre el homicida y el motivo que lo llevó a atacar los intereses y símbolos de Israel en nombre de la lucha por la libertad de los palestinos y en solidaridad con las víctimas en la Franja. Una muerte violenta que ya está siendo utilizada en estas horas por miembros del gobierno israelí y facciones de la extrema derecha, para alimentar en insistir en las acusaciones de antisemitismo y odio contra los judíos, además de "justificar" una vez más las razones de la guerra en Gaza.
En realidad detrás del trabajo de Sarah Milgrim y de T2P – una organización conjunta israelí-palestina que promueve la paz a través de la innovación tecnológica – hay razones e ideales muy alejados del gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu y de la ideología que lo caracteriza: son personas que trabajan en forma concreta para crear un terreno común de encuentro; que utilizan las modernas tecnologías para unir, no para destruir; y que representan una parte considerable de la sociedad israelí que lucha por el regreso de los prisioneros de Hamás y el fin del conflicto – o del asedio – en la Franja, pero se esfuerzan para encontrar una verdadera representación y fuerza política en el Parlamento, en la Knesset.
Durante los años en que colaboró con la organización, la joven llevó a cabo investigaciones sobre las teorías de construcción de la paz, con especial atención a las "iniciativas de base" en los territorios de Israel y Palestina. Desde esta perspectiva, desarrolló experiencias de campo, fomentando la discusión y el debate incluso sobre temas de geopolítica, trabajando como educadora judía y desarrollando temas relacionados con el medio ambiente, que reflejan su compromiso "de promover la comprensión entre los diferentes pueblos".
Emblemático en este sentido es el mensaje de pésame que publicó Tech2Peace para recordar la "trágica muerte" de la joven: una "voluntaria dedicada y activa en nuestra comunidad [que] participó en seminarios, apoyó a nuestro equipo con gracia y compromiso y fue una presencia significativa a lo largo de los años". "Su energía, su dedicación y su inquebrantable convicción en el diálogo, la paz y la igualdad – continúa la ONG – inspiraron a todos los que tuvieron el privilegio de trabajar a su lado". Una persona "profundamente curiosa" que sabía reunir a su alrededor personas "con empatía y visión" y una convencida dedicación al objetivo de "construir un futuro mejor".
La personalidad de la joven colaboradora de la embajada israelí en EE. UU. se refleja perfectamente en la "misión" que se describe en el sitio web de T2P: "Construir una red de israelíes y palestinos que desarrollen las habilidades de alta tecnología, las oportunidades profesionales y la comprensión mutua necesarias para trabajar juntos hacia un futuro más brillante". Entre las diversas actividades propuestas se encuentran seminarios y encuentros que se centran "en el desarrollo profesional, el diálogo, la alta tecnología y la creación de vínculos" duraderos en el tiempo. "Algunos de nuestros alumnos – afirman – siguen creando start-ups y otras iniciativas juntos, y muchos trabajan para difundir el mensaje en sus comunidades y redes locales".
Entre los fundadores de la organización se encuentran la activista por la paz palestina Abeer Bandak, nacida en Jerusalén, que durante años cultivó un profundo sentimiento antiisraelí, porque siempre le habían enseñado que eran "sus enemigos". Con ella está Noam Alon, originaria de Tel Aviv, que prestó servicio en el ejército israelí, luego asistió a la Universidad de Columbia y posteriormente regresó a la capital económica y comercial de Israel para trabajar en una start-up. Hoy ambas forman parte del equipo que dirige Tech2Peace, poniendo a disposición de jóvenes israelíes y palestinos como ellas "los conocimientos en el ámbito tecnológico que después se pueden utilizar para la resolución de conflictos". Fundada en 2017, hoy reúne casi 200 alumnos procedentes tanto de Palestina como de Israel, y ha evolucionado a partir de seminarios dictados por voluntarios hasta ofrecer hoy programas que funcionan durante todo el año con una participación equitativa en las diversas actividades propuestas.
Hasta ahora, la mayoría de los jóvenes que la organización ha logrado involucrar en los diversos programas e iniciativas tenían una orientación moderada. Sin embargo, tras la escalada en Gaza, Tech2Peace busca ahora entrar en contacto con grupos más extremistas. "Los enfrentamientos en Israel y la situación en Gaza han sido difíciles, pero ha sido muy conmovedor ver cómo la comunidad Tech2Peace se ha apoyado mutuamente", afirma Alon. "Hemos hablado de cómo Instagram y otros grupos parecen usar el algoritmo para lavar el cerebro a las personas y mostrar una visión más extremista. Cuando regresan a Tech2Peace, a nuestra comunidad –concluye – se les recuerda cómo mirar a las personas, para ir más allá de la mera propaganda. Estamos presenciando que se desarrollan verdaderas amistades [y] eso tiene un impacto a largo plazo".