Disidentes chinos: 9 años de cárcel para Peng Lifa, el hombre de las pancartas en Beijing
El opositor que en octubre de 2022 desafió con un acto público "al dictador Xi Jinping", y que también inspiró la protesta de las "Hojas en blanco" contra la política Cero-Covid, habría sido juzgado y condenado. Las asociaciones de derechos humanos exigen que Beijing revele su paradero y los detalles del proceso. El caso se produce diez años después de la represión del 9 de julio de 2015, con medidas contra los abogados chinos de derechos humanos que todavía se mantienen.
Milán (AsiaNews/Agencias) – Peng Lifa, el disidente chino que el 13 de octubre de 2022, exactamente el día anterior a que comenzara el 20º Congreso del Partido Comunista Chino, fue protagonista de una sensacional protesta pública en la que colocó pancartas contra el presidente Xi Jinping sobre el puente de Sitong en Beijing, habría sido condenado en secreto a nueve años de prisión. No se había tenido más noticias de él desde que algunos medios estadounidenses reconstruyeron su identidad en diciembre de 2022, especificando que había sido arrestado poco después de exhibir sus pancartas y que se desconocía el lugar donde se encontraba detenido.
Según información que se considera confiable recibida a través del canal social chino Yesterday, Peng Lifa habría sido juzgado y condenado a nueve años de cárcel por diversos cargos, entre ellos "provocar disturbios y alterar el orden público" (la acusación "clásica" contra todos los disidentes) e "incendio provocado". Habría sido trasladado a un lugar de detención desconocido hace dos meses para cumplir la pena.
Peng Lifa, conocido en línea como "Peng Zaizhou", nació en 1974 en Tailai, provincia de Heilongjiang, y se cree que es un físico que trabajaba para una empresa de productos acrílicos en Beijing. Se ha convertido en un símbolo internacional por sus pancartas de protesta que, en plena política de Cero-Covid, contenían lemas contundentes: "¡Queremos comida, no hisopos! ¡Queremos libertad, no confinamientos! ¡Queremos dignidad, no mentiras! ¡Queremos reformas, no una Revolución Cultural! ¡Queremos votar, no un líder! ¡Somos ciudadanos, no esclavos!". "Huelga en las escuelas, huelga en los lugares de trabajo, fuera el traidor y dictador Xi Jinping".
A pesar de la censura y la represión, su protesta no quedó completamente aislada: en cuestión de horas, fotos y declaraciones relacionadas con su gesto se difundieron rápidamente en las redes sociales, tanto dentro como fuera de China, generando una amplia repercusión y convirtiéndose en el catalizador del movimiento de las "Hojas en blanco". A partir de noviembre de 2022 estallaron protestas en toda China contra la política de Cero-Covid, marcando un raro momento de resistencia política en los últimos años. Apenas dos meses después las autoridades de Beijing decretaron el fin de las rígidas restricciones impuestas durante la pandemia.
En estos dos últimos años, organizaciones de derechos humanos habían pedido reiteradamente al gobierno chino que diera a conocer el paradero de Peng Lifa y se le garantizara un juicio justo, pero las autoridades chinas nunca respondieron. Esta es otra razón por la que la publicación de "Yesterday" es un hecho importante. Aunque no tiene fuentes propias que puedan confirmar la noticia, la red Chinese Human Rights Defenders la considera fiable. "El supuesto 'delito' de Peng", comentó la codirectora ejecutiva Sophie Richardson, "no es más que la expresión de opiniones desagradables para las autoridades chinas, pero tanto la ley china como la internacional garantizan la libertad de expresión. Esta condena no es una acusación contra Peng Lifa, sino contra el sistema judicial profundamente politizado de Xi Jinping". "Las autoridades - añadió Richardson - deberían liberar inmediatamente al señor Peng. Mientras tanto, también deben aclarar su paradero actual, los detalles del procedimiento penal y garantizar que tenga acceso a su familia y a un abogado libremente elegido".
Cabe añadir que estas noticias sobre el caso de Peng Lifa se conocen en coincidencia con el décimo aniversario de la "represión del 9 de julio", la operación más sensacional que se haya llevado a cabo contra 300 abogados defensores de los derechos humanos, que en 2015 marcó un salto cualitativo en la represión en China en los primeros años de la presidencia de Xi Jinping. También afectó a abogados que habían luchado por causas como el escándalo de la leche adulterada o campañas anticorrupción, así como defensores de la libertad religiosa o la libertad de expresión. Muchos han cumplido años de prisión y todavía están sujetos a medidas restrictivas, que también afectan a sus familias.
"Aunque algunos abogados de derechos humanos continúan valientemente su trabajo", denuncian los Chinese Human Rights Defenders, "la represión de 2015 redujo drásticamente el número de abogados dispuestos a desafiar al Estado por sus abusos en materia de derechos humanos. Y desde entonces, el gobierno de Xi ha cometido posibles crímenes contra la humanidad en la región uigur, ha desmantelado las libertades fundamentales en Hong Kong, ha cerrado escuelas que enseñaban lengua y cultura tibetanas obligando a los estudiantes a asistir a escuelas estatales, ha modificado la Constitución para permitir que Xi Jinping gobierne de por vida, y ha intensificado la represión transnacional contra activistas y miembros de la diáspora incluso fuera de China".
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