Seúl evalúa suspender el informe sobre derechos humanos en el Norte para favorecer el diálogo
Por primera vez desde 2018 el gobierno surcoreano podría no publicar el documento anual que denuncia las violaciones del régimen norcoreano. La decisión, en consonancia con la política de acercamiento del presidente Lee Jae-myung, busca evitar tensiones y reactivar los contactos entre las dos Coreas. En los últimos días Pyongyang ha realizado ejercicios militares en respuesta a las maniobras conjuntas de Seúl y Washington.
Seúl (AsiaNews) – El gobierno de Corea del Sur está evaluando la posibilidad de no publicar su informe anual sobre las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte. Sería la primera vez que el documento se omite desde 2018, año en que comenzó a publicarse, y la decisión formaría parte de la política de acercamiento a Pionyang que lleva adelante el presidente Lee Jae-myung, en contraste con la posición más dura de su predecesor Yoon Suk-yeol.
El ministerio de Unificación comunicó que está "considerando varias opciones". En una reunión a puertas cerradas con periodistas un funcionario de alto nivel del ministerio explicó: "También estamos teniendo en cuenta el hecho de que no se han recogido muchos testimonios inéditos de desertores norcoreanos después de la publicación del año pasado". En los últimos años han llegado a Corea del Sur unos 200 desertores, pero la mayoría de ellos ha pasado más de una década fuera de su país, lo que dificulta obtener testimonios recientes y significativos.
En su audiencia de confirmación en el Parlamento tras la victoria electoral de Lee, el ministro de Unificación Chung Dong-young ya había declarado que "utilizar las cuestiones relativas a los derechos humanos de Corea del Norte como medio para atacar al régimen norcoreano es inapropiado". También había sugerido que tales acciones podrían constituir una violación del Acuerdo fundamental intercoreano, que establece que las dos Coreas no deben interferir en los asuntos internos de la otra.
El informe anual, compilado por el Centro para los derechos humanos en Corea del Norte, documenta los abusos cometidos por el régimen basándose en los testimonios de los desertores, una práctica que ha siempre ha enfurecido a Pyongyang. Durante la administración de Moon Jae-in, que precedió a Yoon, el informe había sido clasificado como confidencial de Nivel 3 y se mantuvo en secreto por temor a difundir información personal de los desertores.
En cualquier caso, la iniciativa se enmarca en la decisión del presidente Lee de tratar de no provocar a Corea del Norte. En su discurso de toma de posesión de junio, el presidente había prometido "dialogar con Corea del Norte" y "buscar maneras de coexistir".
Una de las medidas más significativas adoptadas hasta ahora ha sido la eliminación de las restricciones para los contactos privados entre los ciudadanos de las dos Coreas. Esta norma fue abolida a finales de julio y permite a los ciudadanos del Sur tener contactos con los norcoreanos siempre y cuando lo comuniquen previamente al Ministerio.
Sin embargo, a pesar de las aperturas de Seúl, Pyongyang realizó ayer ejercicios de artillería, en lo que parece una respuesta al Ulchi Freedom Shield (UFS), un gran ejercicio militar conjunto entre Corea del Sur y Estados Unidos programado para el 18 de agosto. La agencia de prensa oficial norcoreana KCNA informó que los ejercicios tenían como objetivo "perfeccionar la capacidad de combatir una guerra y la preparación para la batalla de todo el Ejército".
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur declaró que las recientes maniobras del Norte no parecen ser a gran escala, y citó el reducido número de armas que se emplearon y la ausencia del líder Kim Jong Un, que a menudo supervisa tales maniobras. Esta interpretación sugiere que, si bien quiere lanzar una advertencia, Pionyang está actuando con cierta cautela, y no quiere descarrilar completamente la reciente apertura al diálogo.
17/12/2016 13:14
18/12/2018 13:26