Singapur: tolerancia cero contra el antisemitismo y la violencia confesional
El ministro del Interior anuncia medidas firmes para prevenir ataques o enfrentamientos, en un clima de «crecientes tensiones globales» por la guerra en Gaza y el conflicto entre Israel y Palestina. Encuentro con la comunidad judía en la sinagoga Chesed-El y confirmación del controvertido evento «Friends of Israel Annual Aliyah Gala Dinner». Pero el dinero recaudado no se destinará a los colonos.
Singapur (AsiaNews) - El gobierno quiere «intervenir con firmeza» contra cualquier forma de antisemitismo, tras la reciente ola de casos de acoso y actos de vandalismo contra la comunidad judía, en un contexto de «crecientes tensiones globales» por la guerra en Gaza y el recrudecimiento del conflicto israelo-palestino. Así lo declaró ayer K. Shanmugam, ministro coordinador de Seguridad Nacional e Interior de Singapur, durante una reunión con miembros de la comunidad judía en la sinagoga Chesed-El. Un evento relacionado con las celebraciones del 120 aniversario del lugar de culto, al que asistieron más de 200 invitados, entre ellos varios miembros de la Organización Interreligiosa.
Shanmugam afirmó que los incidentes ocurridos en los últimos meses, desde grafitis obscenos en los baños de las escuelas hasta agresiones verbales y físicas, son profundamente preocupantes. En un caso, un hombre judío que llevaba una kipá fue insultado por un automovilista que pasaba por allí; en otro, un hombre chino de Singapur que llevaba una gorra similar a la bandera israelí fue víctima de una agresión.
«Todos, independientemente de su origen étnico o religión, deben ser tratados de manera equitativa», afirmó el ministro. «Deben estar protegidos contra la discriminación, el acoso y la violencia. Todos los singapurenses, independientemente de sus sentimientos hacia Palestina o Israel, deben sentirse seguros y respetados aquí», prosiguió el alto funcionario.
El gobierno, subraya, está en contacto con la comunidad judía, que ha expresado una sensación de inseguridad en el clima actual. Por otra parte, episodios similares de tensión también han afectado a cristianos y musulmanes de la ciudad-estado: por ejemplo, una mujer católica denunció haber sido condenada por otros «en nombre de Dios» por no haber tomado posición en el conflicto israelo-palestino.
El propio Shanmugam continuó subrayando que, aunque los ciudadanos de Singapur son libres de expresar sus opiniones, el odio y la incitación a la violencia, tanto en línea como fuera de línea, «no serán tolerados». En concreto, condenó las publicaciones en las redes sociales que incitan a la violencia contra una cena de recaudación de fondos relacionada con Israel, calificándolas de «inaceptables». La «Friends of Israel Annual Aliyah Gala Dinner» recibió todas las autorizaciones necesarias, advierte, con condiciones «muy específicas»: los fondos recaudados no pueden utilizarse para el reasentamiento de judíos en los territorios ocupados ni para fines militares o bélicos.
Shanmugam también reveló que el gobierno desaconsejó a una iglesia local que defendiera públicamente el evento, afirmando que tales acciones corrían el riesgo de convertir un tema delicado en una división entre «cristianos y musulmanes». El ministro recordó a los singapurenses que la armonía de la que disfrutan hoy en día se ha conseguido con esfuerzo. «Los lugares de culto —afirmó— no pueden convertirse en fortalezas». «Los singapurenses de todas las religiones deben poder vivir sus vidas sintiéndose seguros. Este es el tipo de sociedad que ha llevado décadas construir».
El Departamento de Seguridad Interna advirtió que la amenaza terrorista sigue siendo elevada, en parte alimentada por los acontecimientos en Oriente Medio. En los últimos años, Singapur ha detenido a varias personas, entre ellas un joven de 14 años influenciado por ideologías extremistas y un hombre que había planeado atacar a los judíos a la salida de la sinagoga de Waterloo Street. A pesar de estas amenazas, Shanmugam afirmó que la situación sigue bajo control, gracias a la vigilancia, a las leyes estrictas y a una fuerte cooperación interreligiosa. «El mundo online puede ser cruel —dijo—, pero Singapur debe seguir siendo un lugar en el que la fe construya puentes, no muros».
17/12/2016 13:14
18/10/2013
