Sri Lanka: el estigma aleja a los médicos de la salud mental, una prioridad de la posguerra
Muchos médicos jóvenes evitan la psiquiatría debido al estigma social y a las presiones familiares. Los mitos culturales y el temor a las consecuencias en las perspectivas matrimoniales desalientan especialmente a las estudiantes mujeres. Sin embargo, la provincia del Norte registra un aumento de suicidios y trastornos, en un contexto marcado por la pobreza y el aislamiento.
Colombo (AsiaNews) - Los médicos que ejercen en el norte de Sri Lanka son reacios a dedicarse a la psiquiatría debido al estigma y a las presiones sociales. Como consecuencia, la zona carece de especialistas locales en salud mental. El estigma que rodea a la psiquiatría y a los trastornos mentales todavía está profundamente arraigado en todos los países del sur de Asia y aunque las actitudes en el sur de Sri Lanka han evolucionado gradualmente, los habitantes del norte, influidos por las culturas tamil e hindú y aislados por treinta años de guerra, lamentablemente se resisten a aceptar los cambios.
Los estudiantes de Jaffna serían los menos interesados en emprender la carrera de Psiquiatría, porque está sumamente difundida la suposición de que los psiquiatras desarrollan enfermedades mentales después de atender pacientes durante cierto tiempo. La presión de los padres, que temen que esto pueda influir en las perspectivas matrimoniales, y las preocupaciones de los futuros suegros (sobre todo en el caso de las estudiantes de medicina) desalientan a los jóvenes médicos.
Actualmente se registra en el Norte un aumento de los suicidios entre los jóvenes de 15 a 24 años, junto con un aumento de los casos de depresión - incluso infantil y posparto - y otros trastornos mentales relacionados. Las necesidades en el campo de la salud mental en esta región, marcada por una grave pobreza, desventajas sociales y la represión basada en las castas, son más urgentes que en otras partes del país. Sin embargo, debido al estigma social, en los últimos años solo unos pocos médicos han decidido prestar este servicio, sobre todo en el Norte, donde más se necesita.
El trágico suicidio del Dr. Arulampalam, psiquiatra jefe del Jaffna Teaching Hospital, y la aparición, hace algunos años, de problemas conductuales y cognitivos en otro psiquiatra del mismo hospital - debido al síndrome del lóbulo frontal - han reforzado aún más esta percepción negativa por parte de la opinión pública, agravando y legitimando el estigma.
Christine Aruliah y Arjun Ravichandararajah, originarios de la provincia de Kilinochchci, en el norte del país, estudiantes de tercer año de medicina en la Universidad de Peradeniya, explicaron a AsiaNews que “la mayoría de los habitantes del norte considera que los psiquiatras terminan desarrollando enfermedades mentales, lo que se suma a ciertos mitos culturales y religiosos profundamente arraigados”. Muchas familias se han opuesto a la decisión de sus hijos de estudiar psiquiatría. “Por eso decidimos ser pediatras”, cuentan. “Aunque esa especialidad sería esencial en una etapa de posguerra. La mayoría de las personas no logra ver películas de acción ni tolera ruidos fuertes, porque los recuerdos de la guerra en el Norte siguen atormentándolas. Una compañera, un poco mayor que nosotros, se encontró en la misma situación y no pudo seguir psiquiatría debido a las presiones de la familia de su futuro marido”.
Lakshmi Sabesan de Alaveddy, Jaffna, había alimentado el sueño de ser médica desde la infancia. Como estudiante del último año de medicina en la Universidad de Jaffna, su creciente fascinación por la psiquiatría, sumado a las dificultades de las personas en el norte, sobre todo por la posguerra, había fortalecido su decisión de dedicarse a curar también sus mentes. Sin embargo, debido a las presiones de su familia, se vio obligada a renunciar.
Los psiquiatras Dinesh Pathamarajah y Archuna Sivagurunathan confiesan que pudieron cumplir su sueño porque asistían a la Universidad de Colombo, lejos de sus familias y de sus parientes. “Después de haber sido testigos de la guerra civil y sus consecuencias, decidimos estudiar psiquiatría, porque nos dimos cuenta de que las heridas psicológicas de la gente del norte estaban siendo descuidadas. Hemos trabajado en diferentes partes del país antes de venir a Jaffna. Aunque nuestras familias viven en Colombo, decidimos trabajar en Jaffna debido a la escasez de especialistas”, explican.
Ellos también consideran que los servicios dedicados a la salud mental son insuficientes y que las autoridades han manejado la situación de forma errónea en la etapa de posguerra, lo que condujo a la crisis actual. Cuando terminó la guerra, las autoridades esperaban que la población volviera a la normalidad sin consecuencias. Estaban muy equivocadas.
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