27/12/2017, 15.55
MYANMAR
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Yangon, mensaje de Navidad del Card. Bo

El arzobispo reafirma el mensaje de paz y amor de la visita del Papa Francisco. Heridas económicas, sociales, políticas continúa haciendo sangrar a la nación. Programas de reconciliación en Rakhine, entre los Kachin y en la explotación de los recursos.

Yangon (AsiaNews)- “Si Dios puede reconciliarse con la humanidad a través de Su Hijo, también nosotros podemos reconciliarnos los unos con los otros”. Es cuanto expresa el Card. Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, en su mensaje natalicio, publicado a pocas semanas de la histórica visita del Papa Francisco al país. Citando las palabras de paz pronunciadas por el pontífice en sus pedidos para la reconciliación, el Card. Bo, enfrenta en su mensaje,  importantes temáticas, que recientemente han puesto a Myanmar en el centro de la atención internacional. La condición de los cristianos de etnia Kachin, víctimas de un viejo conflicto con el ejército birmano, la crisis humanitaria en Rakhine y el controvertido dique sobre el Irrawaddy, en el centro de un acuerdo entre China y Myanmar son “heridas” para todo el país. Para curarla, es necesario “realizar un programa de Amor y Paz”. Primer purpurado birmano de la historia, el arzobispo de Yangon es una de las voces más valientes y con autoridad en favor de los derechos humanos, de la libertad religiosa de la armonía interreligiosa y de la paz del país en el país. A continuación el texto de la c arta del Card. Charles Maung Bo (traducción a cargo de Asia News).

Mis queridos connacionales y conciudadanas:

El augurio de una Navidad realmente bendito para todos vosotros. Dejen que todos los hombres sean envueltos por la paz.

El año 2017 fue un año muy importante para los cristianos y el pueblo de Myanmar.

El Papa Francisco, el apóstol del Amor y de la Paz, honró esta nación con su visita pastoral, alcanzando a la Iglesia marginada, llevando gran alegría y fiesta. No obstante todos los desafíos, él visitó a cada componente del país, solicitando a todos en continuar en la peregrinación de la paz.

Dejó a la Iglesia y a la nación una tarea urgente: curar las heridas, buscar una reconciliación completa, repagar el odio con el amor redentor.

En el misterio de la Encarnación, el mensaje central de Navidad es reconciliar a la humanidad herida con Dios y el uno para con el otro. Los ángeles cantaron en la primera Navidad. “Paz a todos los hombres en la tierra”. Nosotros como nación necesitamos curarnos de las heridas conocidas y escondidas. La guerra enfurece en muchas zonas. Miles de Kachin pasarán su séptima Navidad como refugiados en su propia tierra. Las personas que prosperan en los discursos de odio hieren a nuestros hermanos y hermanas con la guerra, la evacuación y la pobreza, haciendo de un país con tantos benditos recursos naturales uno de los más pobres del mundo. Heridas económicas, heridas sociales, heridas políticas continúan haciendo sangrar a nuestra nación. Los recientes eventos han visto a la nación desafiada por la comunidad internacional, ¡debemos realizar un programa de Amor y Paz!  

Podemos superar todo esto. Si Dios puede reconciliarse con la humanidad a través de Su Hijo, también nosotros debemos reconciliarnos los unos con los otros. La paz se debe convertir en la religión común de esta nación. La explotación de las fuerzas externas debe detenerse. El Irrawaddy es un río sagrado para el pueblo de Myanmar. Es una madre para nosotros. Convertirla en una mercadería para vender su mismo vientre como dique está herido, privar a miles de sus hijos e hijas de su fuente de sustentación. Los recursos naturales no pertenecen a las sociedades de las naciones vecinas. Es un patrimonio sagrado de nuestro pueblo. La explotación de los recursos es la causa principal de nuestras heridas, guerras, odio recíproco y desplazamiento. La paz basada en la curación de las heridas es posible.

La verdadera paz está construida sobre el amor. Este es el mensaje de la visita del Papa Francisco. El amor compasivo debe convertirse en la religión común de esta nación. Las religiones deben reunirse por la paz. Aquellos que buscan el odio en nombre de las religiones faltan de amor.

Veamos en modo creativo una nación de esperanza. La Navidad es esa estación de esperanza. Ruego para pedir bendiciones sobre cada uno de nosotros, para que podamos movilizar nuestros instintos hacia la construcción de Myanmar como nación de oportunidad, paz, amor y curación para todos nosotros.

¡Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo!

 

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