Advíncula: una Iglesia 'ad gentes' hacia los pobres, los jóvenes y las periferias
Arzobispo de Manila desde 2021, el cardenal José Fuerte Advincula es uno de los principales partidarios de un magisterio misionero. Con 73 años, está alineado con la visión sinodal del Papa Francisco. Firme promotor de la inclusión, de la escucha de grupos diversos - como mujeres, personas LGBTQ+ y trabajadores -, apoya la educación como camino para la redención social. Y enfrenta los desafíos pastorales del presente, como la propuesta de ley de divorcio en Filipinas.
Manila (AsiaNews) - El cardenal José Fuerte Advincula, de 73 años, arzobispo de Manila, Filipinas, es un firme defensor de la Iglesia “ad gentes” (hacia los pueblos) - término que deriva del decreto del Concilio Vaticano II sobre la actividad misionera - a fin de acercar la Iglesia a las personas que viven en las periferias, como ha auspiciado reiteradamente el Papa Francisco durante sus 12 años de pontificado. Desde sus años como obispo de San Carlos (2001-2011), posteriormente como arzobispo de Capiz (2011-2021) y por último en la cátedra de Manila, Advincula ha creado constantemente centros misioneros con sacerdotes residentes y escuelas católicas en zonas rurales y remotas.
Cuando asumió el cargo de arzobispo en Manila en 2021, se comprometió abiertamente a ayudar a los pobres y a los jóvenes. La arquidiócesis de Manila incluye más de tres millones de católicos y más de 80 parroquias. Advíncula considera que a veces la Iglesia no presta suficiente atención a los pobres y a los jóvenes. “Es mi ardiente deseo escuchar a todos, pero de manera especial a los corderos, que son nuestros jóvenes y las personas de las periferias, debido a la escasa atención que a veces la Iglesia les reserva”, afirmó.
El Papa Francisco lo nombró cardenal el 28 de noviembre de 2020, cuando era arzobispo de Cápiz. En esa oportunidad, Bergoglio lo exhortó a ser humilde y a no olvidar a los pobres. “Espero que esta vocación a la que el Señor te llama te haga crecer en la humildad y en el espíritu de servicio”, le dijo el Papa a Advíncula en una carta. “Es una de las líneas que más me llamó la atención”, comentó el cardenal. “Pero pienso que no está dirigida solo a mí, sino a todos nosotros, los sacerdotes y los obispos”. En general, el enfoque de Advincula pone énfasis en el diálogo, la inclusión y la escucha de muchas perspectivas, ideas y puntos de vista dentro de la Iglesia. Este enfoque lo sitúa en línea con la visión del Papa Francisco de una Iglesia más sinodal.
En su compromiso constante “ad gentes”, el cardenal Advincula ha apoyado los programas del Centro de Acción Social para los pobres, especialmente en los centros misioneros. La arquidiócesis de Capiz tiene algunos colegios misioneros y escuelas profesionales en zonas remotas. En Manila, el purpurado continuó su programa de becas a estudiantes pobres y meritorios para que lleguen a ser profesionales. Hay cientos de becarios que estudian en diversas escuelas, colegios y universidades de Manila y sus alrededores, así como en otros lugares del país.
El cardenal filipino está convencido de la importancia de la educación para las personas de escasos recursos. De esa manera pueden acceder a un trabajo remunerado, mantener a sus familias y contribuir a la construcción del país y del bien común. El cardenal de 73 años también atribuye gran importancia al desafío pastoral. “Todos los filipinos estamos llamados a asumir este desafío en nuestro respectivo ministerio o área de responsabilidad, especialmente nosotros, los líderes de nuestra nación y de nuestra Iglesia”, afirmó.
Advíncula nació el 30 de marzo de 1952 en Dumalag, Capiz. Tras completar los primeros ciclos, cursó Filosofía en el seminario San Pío X de Roxas City. Continuó sus estudios de Teología en la Universidad Santo Tomás de Manila, dirigida por los Dominicos. Recibió la ordenación sacerdotal en la arquidiócesis de Capiz el 14 de abril de 1976, y posteriormente fue director espiritual, profesor y decano de estudios en el seminario San Pío X. Obtuvo luego la licenciatura en Orientación y Asesoramiento en la Universidad La Salle de Manila y la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Santo Tomás de Aquino - Angelicum de Roma. Antes de ser ordenado obispo, fue formador de los seminaristas, y la Licenciatura en Derecho Canónico le permitió desempeñarse como defensor del vínculo, promotor de justicia y vicario judicial en la arquidiócesis de Capiz. En 1999 fue nombrado párroco en Villanueva, Dao.
A nivel nacional, fue miembro de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP), y formó parte de la Comisión para la Doctrina de la Fe y de la Comisión para los Pueblos Indígenas. Desde 2021 es presidente de la Comisión Permanente de la CBCP para los Congresos Eucarísticos Internacionales. En 2020 el Papa Francisco lo nombró miembro del Dicasterio para el Clero y en 2022 miembro del Dicasterio para los Obispos.
Advíncula es también una voz destacada en el tema de la sinodalidad que promovía el Papa Francisco. El cardenal considera que la sinodalidad es una plataforma que permite la escucha, el diálogo y el camino compartido. También ha animado a todos los laicos a participar activamente en el proceso de la sinodalidad. “En la familia de Dios, ustedes tienen una voz y esa voz cuenta”, dijo.
El cardenal ha demostrado su voluntad de escuchar a una amplia variedad de grupos, entre ellos mujeres, niños, ancianos, miembros del sector empresarial, funcionarios gubernamentales, personas LGBTQ+ y trabajadores y trabajadoras comunes. "Queremos escucharlos. Queremos caminar con ustedes. Queremos discernir junto con ustedes la voluntad de Dios", afirmó. La Cámara de Representantes aprobó la ley sobre el divorcio en Filipinas en mayo de 2024, aunque todavía está pendiente en el Senado. El cardenal Advincula considera que la ley es un desafío para la Iglesia católica en su ministerio de cuidar el sacramento del matrimonio, y ha explicado que la propuesta no es una panacea para los problemas de relación que pueden surgir en las uniones.
03/08/2016 13:17
05/06/2022 11:36