Cuatro meses después del terremoto, la economía de Myanmar sigue de rodillas
El Banco Mundial ha previsto una contracción del PIB del 2,5%, mientras que se estiman daños directos por 11 mil millones de dólares. Los grupos religiosos continúan brindando asistencia a la población, pero sigue creciendo la pobreza, que ya superaba el 30% antes del sismo. El testimonio de los que perdieron su casa y todavía están viviendo en tiendas de campaña.
Rangún (AsiaNews) - El terremoto que a fines de marzo arrasó Myanmar ha agravado aún más la crisis económica del país. El último informe del Banco Mundial muestra que la economía nacional está destinada a contraerse un 2,5% en el año fiscal 2025/26, principalmente debido a las consecuencias del sismo.
El temblor, de magnitud 7,7, causó daños directos estimados en 11 mil millones de dólares, equivalentes a aproximadamente el 14% del PIB del país. Se calcula que más de 17 millones de personas resultaron afectadas en las regiones de Mandalay, Sagaing, Bago, Naypyidaw y Magway, y de estas, nueve millones sufrieron consecuencias graves. El número de víctimas asciende a 3.700 personas, según lo que ha comunicado la junta militar en el poder, pero con toda probabilidad la cifra real es mucho más elevada e imposible de determinar, porque los generales birmanos han limitado el ingreso de equipos de rescate del extranjero.
En Mandalay, miles de viviendas, iglesias y monasterios han quedado destruidos o gravemente dañados. Muchas religiosas también se quedaron sin vivienda. Sin embargo, ellas siguen ofreciendo ayuda a los demás. Diversos grupos religiosos han organizado equipos de respuesta rápida para proporcionar alimentos, refugio y asistencia, llenando los vacíos que dejan las autoridades.
"Perdimos nuestra casa en el terremoto y ahora vivimos en una pequeña tienda de campaña", relata Nu Jan, una mujer católica de Mandalay. "Mi esposo perdió su trabajo porque la fábrica cerró, y los precios en el mercado siguen subiendo. Rezo todos los días para encontrar fuerzas. Las religiosas nos traen comida y agua, pero necesitamos esperanza para el futuro. Intentamos mantenernos fuertes por nuestros hijos, aunque es muy difícil".
"El terremoto ha causado graves pérdidas de vidas humanas y desplazamientos, lo que ha empeorado aún más las condiciones económicas, ya difíciles. Los trabajos de reconstrucción son esenciales para ayudar a las poblaciones más vulnerables", declaró Melinda Good, directora de la división del Banco Mundial para Tailandia y Myanmar.
Diversos sectores han registrado daños en sus fábricas e infraestructuras. En las regiones de Mandalay y Naypyidaw se podría perder un tercio de la producción hasta septiembre, aunque las actividades de reconstrucción podrían llevar a una recuperación parcial en la segunda mitad del año. A nivel nacional, la producción será aproximadamente 2 mil millones de dólares inferior a las previstas antes del terremoto.
El terremoto sacudió un país ya afectado por estrictos controles comerciales y monetarios, así como una grave escasez de energía. En abril de este año la inflación había subido al 34,1% interanual, ejerciendo aún más presión sobre los ahorros de las familias. La tasa de pobreza, que era del 31% antes del sismo, podría aumentar otros 2,8 puntos porcentuales, según los expertos.
"La acumulación de crisis en Myanmar está poniendo a prueba la capacidad de supervivencia de la población", explicó el economista Kim Edwards. "Como resultado, cada vez más trabajadores aceptan ocupaciones de bajo valor agregado y también está afectando la educación de los niños, lo que constituye un grave riesgo para el futuro del país".
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