Día del refugiado: 'Los afganos en Irán viven en el miedo y el abandono'
Maryam Marof Arwin, fundadora del Purple Saturdays Movement, denuncia en AsiaNews las condiciones a menudo inhumanas de los refugiados afganos en Irán, agravadas por los recientes bombardeos israelíes, que ya han dejado al menos una víctima afgana. Las vidas de mujeres, niños, disidentes y activistas están en peligro si son repatriados, pero en el exilio también sufren hambre, precariedad y discriminación. "Es necesario que haya colaboración entre los defensores de los derechos humanos y se respete el derecho humanitario", afirma la activista.
Kabul (AsiaNews) - "Incluso antes de los recientes ataques israelíes en territorio iraní, los refugiados afganos, sobre todo mujeres y niños, vivían en condiciones extremadamente difíciles e inhumanas", explica a AsiaNews Maryam Marof Arwin, presidenta de Purple Saturdays Movement, una organización que lucha por los derechos de las mujeres y las minorías perseguidas. "La discriminación sistemática, las privaciones, el miedo constante a la repatriación forzada y la humillación diaria ya eran la norma".
Hoy, 20 de junio, cuando el mundo conmemora el Día Mundial del Refugiado, la atención se centra una vez más en aquelloas personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad. Un joven afgano de 18 años, Abdul Wali, murió ayer en los bombardeos israelíes contra Teherán. Según la información de agencias locales, se había trasladado a Irán seis meses antes en busca de oportunidades laborales.
Tras el regreso al poder de los talibanes en 2021, la situación económica y humanitaria se ha agravado en forma exponencial. Las agencias internacionales estiman que al menos 22,9 millones de personas, casi la mitad de la población total de 46 millones, necesitarán asistencia humanitaria este año. Aproximadamente el 30% de la población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria aguda y alrededor de 3,5 millones de niños sufren desnutrición.
Irán y Pakistán, donde se encuentra el mayor número de refugiados afganos, comenzaron a devolver a los refugiados en 2023, lo que agravó aún más la crisis humanitaria. Se desconoce el número exacto de afganos que viven en Irán: ACNUR y el gobierno iraní consideran que hay entre 3 y 5 millones de afganos en Irán, de los cuales aproximadamente 780.000 son refugiados registrados y el resto son indocumentados o titulares de permisos de residencia temporales.
Los afganos también son la nacionalidad más numerosa en las cárceles iraníes (el 95% de los reclusos extranjeros) donde se encuentran bajo cargos de tráfico de drogas, robo y cruce ilegal de la frontera. Según la Iran Human Rights Organization, en 2024 se ejecutó la pena de muerte a 80 afganos y al menos otros 25 murieron en los primeros meses de este año.
Maryam Marof Arwin - quien en 2017 también fundó la ONG Afghanistan Women’s and Children Strengthen Welfare Organization (AWCSWO) - explica que muchos refugiados se han visto obligados a trasladarse a otras zonas de Irán para huir de los ataques israelíes. Se trata principalmente de defensores de los derechos humanos, mujeres que se oponen al régimen oscurantista de los talibanes, periodistas y ex miembros del ejército afgano con sus respectivas familias. La vida de todos ellos y sus familias estarían en peligro si regresaran a Afganistán. "Estas personas enfrentan las condiciones humanitarias y de seguridad más graves. Muchos ni siquiera tienen acceso a las necesidades más básicas, como agua potable, alimentos, atención médica y un refugio adecuado", denuncia Arwin.
El Purple Saturdays Movement ha brindado una modesta ayuda y ha conseguido reubicar a algunas mujeres afganas de Teherán en otras ciudades como Karaj, tras haber recaudado aproximadamente 2,5 millones de tomanes iraníes (41,60 dólares estadounidenses) para cubrir las necesidades inmediatas. Sin embargo, es sólo un paliativo. "Es una suma pequeña, y la situación general sigue siendo extremadamente crítica y alarmante", afirma Arwin. "Los refugiados afganos en Irán, sobre todo las familias a las que hemos podido ofrecer un apoyo financiero limitado, viven actualmente en un estado de miedo, ansiedad y abandono. Son familias que huyeron de los talibanes con muchas esperanzas y consiguieron encontrar un refugio mínimo en Irán".
El Purple Saturdays Movement nació en Afganistán dos días después de que los talibanes tomaron Kabul, el 17 de agosto de 2021. Maryam Marof Arwin también ha organizado algunas protestas de mujeres contra los talibanes y está convencida de que "la única manera de superar la situación actual, sobre todo para las mujeres, los grupos étnicos vulnerables y las minorías religiosas, es mediante una resistencia estratégica, intelectualmente fundada y organizada, finalizada a debilitar el régimen talibán y su ideología extremista".
Explica el significado del nombre: "el sábado simboliza un nuevo comienzo, mientras que el púrpura, para nosotros, es el color de la esperanza y la fuerza. Por lo tanto, los 'purple saturdays' quieren representar un renovado impulso de esperanza en el momento más crítico de la desesperación". ¿En qué sentido es el momento más crítico de la desesperación? "Después que los talibanes tomaron Afganistán, el país quedó sumido en un profundo clima de desesperación, sobre todo para sus mujeres. Muchas creían que solo tenían dos opciones: huir de Afganistán a cualquier costo, o quedarse y convertirse en ciudadanas obedientes bajo el dominio talibán. Elegimos un tercer camino: no huimos ni nos rendimos. Superamos el momento oscuro de la desesperación y decidimos quedarnos en Afganistán para resistir".
Actualmente el grupo está compuesto por siete comisiones especializadas, entre ellas salud y deporte, liderazgo político de las mujeres, arte y cultura, movilización nacional contra los talibanes y protección de los grupos étnicos vulnerables, las minorías religiosas, los periodistas disidentes y el personal que formaba parte del gobierno afgano anterior. Sus actividades se centran en la protección de niños y refugiados, y de todas las personas que han sido afectadas por las políticas represivas de los talibanes.
"Una mujer afgana en Irán nos dijo que había abandonado su casa para sobrevivir, pero ahora teme morir de hambre y sin un techo. Dijo que su vida se ha vuelto insoportable porque el miedo ha echado raíces por todas partes. Como Purple Saturdays Movement nos estamos esforzando por sensibilizar a la opinión pública sobre esta doble victimización, donde los que huyeron de la guerra y la violencia en Afganistán están padeciendo nuevos sufrimientos en Irán".
Maryam Marof Arwin hace un llamamiento a la paz y la solidaridad dirigido a todos los activistas por los derechos humanos en Afganistán, Irán e Israel, "para que se unan para proteger las vidas de los civiles y de las víctimas de la guerra y el desplazamiento forzado", dice. "Es necesario hacer un esfuerzo colectivo, regional y humano para ayudar a los refugiados afganos en Irán". Y pide a las Naciones Unidas que "atacar a los civiles siga siendo un crimen de guerra según los principios del derecho internacional humanitario".
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