Detenciones y acusaciones de intento de golpe de Estado: enfrentamiento abierto entre el Gobierno y la Iglesia armenia
Dos arzobispos (entre ellos Galstanyan) encarcelados tras una redada policial en el patriarcado de Ečmjadzin. Pašinyan acusa directamente al catolicós Karekin II y pide su destitución, mientras que el clero armenio responde invocando la excomunión del primer ministro. Según el Gobierno, detrás de las «maniobras» de la Iglesia estaría Moscú, pero otras voces denuncian el uso de tachar a toda oposición de «espías del Kremlin». En el fondo, los equilibrios geopolíticos y las negociaciones con Azerbaiyán.
Ereván (AsiaNews) - Armenia está profundamente conmocionada por la denuncia del primer ministro Nikol Pašinyan de un intento de golpe de Estado que habrían estado preparando algunos obispos y sacerdotes de la Iglesia Apostólica Armenia, tradicionalmente muy prorrusa, encabezados por los dos arzobispos Bagrat (Galstanyan) y Mikael (Adžpayan), detenidos junto con otras 15 personas. El grupo del «clero criminal oligárquico», como lo define el primer ministro, habría animado el movimiento de la «Lucha Santa» contra el Gobierno y las instituciones del país, abriendo «un armario lleno de trastos». El primer ministro también acusó al patriarca de los armenios, el catolicós Karekin II, de ser el «primer mafioso» de Armenia, transgrediendo todos los mandamientos «empezando por el de la castidad».
El jefe del Gobierno pidió que se sustituyera al patriarca, y el clero armenio respondió que Pašinyan «debe ser excomulgado y expulsado de la Iglesia junto con su esposa». La polémica alcanzó cotas muy altas con la detención del multimillonario ruso-armenio Samvel Karapetyan, jefe del grupo comercial y constructor Tašir, partidario de Karekin II y detenido acusado de haber lanzado llamamientos para subvertir el orden establecido. A continuación, se llevaron a cabo casi un centenar de registros, deteniendo también a algunos políticos de la oposición, como el diputado del bloque Armenia, Artur Sarkisyan, y uno de los dirigentes del partido Dašnaktsutyun, Igor Sarkisyan, junto con un diputado de la antigua Nagorno Karabaj armenia, David Galstyan.
Las redadas llegaron hasta Santo Ečmjadzin, sede del patriarcado armenio, donde se enfrentaron al propio Karekin II, que intentaba, junto con los sacerdotes reunidos, impedir la detención del arzobispo Adžpayan, mientras que la residencia de este último en Gyumri era registrada por los agentes de seguridad, y él mismo se entregó a la policía. Ahora ha sido encarcelado junto con su hermano Galstanyan, «para espiar sus conversaciones», según las críticas de la oposición.
La polémica ha adquirido tintes surrealistas, con acusaciones a Pašinyan de ser circuncidado, sin saber si judío o musulmán, y el primer ministro ha declarado que está dispuesto a demostrar anatómicamente la falsedad de la afirmación al propio Karekin II, invitándole a su casa para comprobarlo. Posteriormente se publicaron varios planes de golpe de Estado según los registros, con acusaciones al Kremlin de estar detrás de los obispos y sus seguidores para desestabilizar la situación política en Armenia, que con el gobierno de Pašinyan se está acercando cada vez más a Europa, alejándose de Moscú.
Los conspiradores tenían la intención de formar grupos de 25 personas, y los comandantes de estas unidades no debían conocerse entre sí. Las acciones a llevar a cabo eran la interrupción de las conexiones a Internet del sistema bancario, la organización de accidentes de tráfico para paralizar el tráfico alrededor de los cuarteles y las comisarías, y la instigación de protestas callejeras hasta conseguir derrocar al Gobierno. También se publicó la composición del nuevo gobierno que debía tomar el poder tras esta especie de «revolución», compuesto por políticos y empresarios claramente prorrusos y putinistas por razones políticas y económicas.
Las voces críticas, como la de la periodista Aza Babyan, consideran que esta persecución contra la Iglesia armenia y los hombres cercanos a ella es típica de la política de Pašinyan, «que reacciona ante cualquier expresión de la oposición tachándola de espía del Kremlin». El primer ministro estaría preparando las elecciones administrativas del próximo año, que podrían ser decisivas para el futuro de Armenia, sobre todo en las regiones fronterizas con Azerbaiyán, como las de Tavuš y Gyumri, sedes de los dos obispos detenidos. La victoria de la línea del Gobierno de superar los conflictos y dejar de «soñar con la Armenia del pasado» podría finalmente conducir a la conclusión definitiva de la paz con Azerbaiyán, que sigue en suspenso, y abrir un futuro de paz para Armenia y toda la región.
19/12/2022 14:43