El Papa a los peregrinos rusos: sean 'ejemplo de amor, fraternidad, solidaridad y respeto mutuo'
Esta mañana León XIV recibió en el Palacio Apostólico romano a un grupo de católicos rusos que realizan la peregrinación jubilar. Invitó a "encender el fuego del amor" que puede dar calor a los corazones "más endurecidos" en un mundo ensangrentado por las guerras. Con caridad y esperanza, sobre las "ruinas" se puede construir "un mundo nuevo". El ícono de la Salus Populi Romani, "signo del Año Santo".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Que "de sus familias, de sus comunidades parroquiales y diocesanas salga un ejemplo de amor, fraternidad, solidaridad y respeto mutuo para todas las personas con las que ustedes viven, trabajan y estudian. Porque de esa manera se puede encender el fuego del amor cristiano, que es capaz de calentar la frialdad de los corazones, incluso los más endurecidos", dijo el Papa León XIV al grupo de peregrinos católicos rusos que recibió esta mañana en audiencia en el Palacio Apostólico con motivo de la peregrinación jubilar, en la que definió a la ciudad eterna como "un símbolo de la existencia humana". En efecto, en su interior "se entrelazan las «ruinas» de las experiencias pasadas, las angustias, las incertidumbres y las inquietudes, junto con la fe que crece cada día y se hace activa en la caridad, y con la esperanza que no defrauda y nos anima porque, incluso sobre las ruinas y a pesar del pecado y las enemistades, el Señor - advirtió el pontífice - puede construir un mundo nuevo y una vida renovada". Desde esta perspectiva, las basílicas, iglesias y monasterios se convierten en "signos tangibles de la fe viva, arraigada en los corazones de las personas, capaz de transformar las conciencias y motivar al bien".
Son palabras de esperanza, de amor, de fraternidad y solidaridad las que el Papa León ha dirigido a los peregrinos rusos, exhortándolos a "transformar las conciencias", a "motivar al bien", a comprometerse porque "sobre las ruinas" se pueda "construir el mundo nuevo". El pontífice no se refirió directamente al conflicto que el Kremlin comenzó hace ya más de tres años contra Ucrania, aunque sus palabras resonaron como una invitación a la paz, a trabajar por el bien, a redescubrir los "signos tangibles de una fe viva" que es fuente de transformación. Entre los signos se encuentran también "los edificios sagrados de Roma" que "evocan la realidad espiritual", porque a través del sacramento del Bautismo nosotros también "somos utilizados como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Jesucristo» (1 P 2,5)". Reflexiones especialmente actuales en momentos en que la diplomacia está trabajando para concretar un nuevo encuentro entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo estadounidense Donald Trump tras la conversación telefónica de más de dos horas que compartieron ayer. La fecha de esta cumbre todavía es incierta, pero ya se sabe que la sede será Budapest, capital de Hungría, después de la de Alaska del pasado 15 de agosto, que pese a todo no sirvió para poner fin a la guerra de Moscú contra Kiev.
El Pontífice también recordó con los peregrinos rusos las "miles de personas que caminan por las calles de la Ciudad Eterna para cruzar la Puerta Santa, detenerse ante las tumbas de los Apóstoles y los Mártires y llenar sus corazones de esperanza a lo largo de los numerosos senderos de fe que atraviesan Roma". "Su presencia - siguió diciendo - forma parte del camino de tantas generaciones que han querido visitar estos lugares, donde late el corazón del alma cristiana, donde se entrelazan los acontecimientos de la fe". "Cada uno de nosotros es una piedra viva en el edificio de la Iglesia", subrayó, y recordó que "ha pasado casi un año desde que el Papa Francisco bendijo el ícono de la Salus Populi Romani y lo donó a la Iglesia local de ustedes". Y ese regalo, agregó, se ha convertido en "el signo del Año Santo".
"Que la peregrinación de este ícono por las diócesis católicas de Rusia - deseó León XIV - sea motivo de consuelo para ustedes y para sus familias, en particular para las personas enfermas y que sufren. Que sea también una invitación a encontrar esperanza en el encuentro con Dios a través de la oración, la lectura de las Sagradas Escrituras, la ayuda a los necesitados y las palabras de consuelo. Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios y Reina de la Paz, que siempre nos precede en la peregrinación de la fe y la esperanza, los sostenga en el camino de su vocación y de la vida cristiana". "Después de esta peregrinación jubilar - dijo el Prevost, que concluyó el encuentro invitando a los presentes a rezar el Padrenuestro en ruso - ustedes volverán a su tierra y serán llamados a continuar el camino de la vida cristiana, pastores y fieles juntos".
La Iglesia católica tiene una presencia minoritaria en Rusia, y constituye aproximadamente entre el 0.1% y el 0.6% de la población total. Según datos recientes, se calcula que son alrededor de 800 mil fieles, y el 90% del clero (unos 350 sacerdotes) es extranjero. En este momento hay seis circunscripciones eclesiásticas: las cuatro diócesis latinas (arquidiócesis de la Madre de Dios en Moscú, diócesis de San Clemente en Saratov, diócesis de la Transfiguración en Novosibirsk y diócesis de San José en Irkutsk) son las más extensas del mundo en cuanto al territorio y se encuentran, dos en la parte europea y dos en Siberia. Las otras dos sedes, una prefectura apostólica latina y un exarcado apostólico greco-católico, están vacantes desde los años cincuenta del siglo pasado y a cargo de administradores apostólicos. Desde 2007 el arzobispo de Moscú es el italiano Mons. Paolo Pezzi.
(Fotos tomadas de los medios vaticanos)
06/08/2025 11:36
10/05/2025 14:10
03/09/2025 15:10
13/08/2025 19:49