El papel de Asia Central en el «nuevo orden» de Tianjin
De los cinco países, solo Turkmenistán no es miembro de la OCS, en consonancia con su tradicional neutralidad internacional, pero el presidente Serdar Berdymukhamedov estuvo presente en el desfile de Pekín. El comercio entre la región y China creció un 5 % el año pasado y pronto superará los 100.000 millones de dólares. Rusia se ve ahora obligada a desempeñar un papel secundario.
Astana (AsiaNews) - El desfile militar celebrado en Pekín el pasado 3 de septiembre mostró al mundo el poderío de la China del nuevo «Mao Zedong-Xi Jinping», rodeado por los líderes de 20 países, tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, que transmitió la idea de un nuevo orden mundial dominado por Pekín contra los enemigos de Occidente. Los presidentes de Asia Central no podían faltar a la cita, en virtud de sus acuerdos políticos, diplomáticos y económicos con los chinos.
El politólogo kazajo Dosym Satpaev comentó en Azattyk Asia este grandioso evento. Los líderes de Asia Central apoyan con entusiasmo la línea de «neutralidad pacífica» de Xi Jinping, como se desprende también de los artículos publicados en China Daily por los presidentes de Kazajistán y Uzbekistán en vísperas de la cumbre, en representación de las dos principales economías de la «región media». Según el kazajo Kasym-Žomart Tokaev, «el impresionante desarrollo de la China actual, bajo la iluminación de su presidente con proyección mundial, aporta notables ventajas a todos, abriendo grandes perspectivas a todos los vecinos». Su colega uzbeko Šavkat Mirziyoyev define a Xi Jinping como «un querido amigo» y su curso político como «coherente y con visión de futuro».
El presidente de Taskent considera que la OCS «no es un desafío a otras estructuras existentes en el mundo, sino una respuesta a las necesidades de un nuevo orden mundial más justo, basado no en la fuerza, sino en el diálogo». De los cinco países, solo Turkmenistán no es miembro de la OCS, en consonancia con su tradicional neutralidad internacional, pero el presidente Serdar Berdymukhamedov ha asegurado que considera a la organización de Shanghái «digna de gran respeto» y muy importante y constructiva en los procesos continentales y globales, honrando de todos modos a los chinos con su presencia en el gran desfile.
Satpaev comenta que la intención de China era precisamente «mostrarse como un poderoso centro político-militar, económico e innovador, en torno al cual todos los vecinos y socios deben unirse cada vez más». El papel de Asia Central en este contexto es muy importante, teniendo en cuenta que la OCS nació como un quinteto entre Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y China, dando prioridad a la seguridad y, por tanto, a los acuerdos económicos, que hoy en día constituyen su prioridad. Entre China y Asia Central, la balanza comercial de 2024 alcanzó los 95.000 millones de dólares, un 5 % más que el año anterior, y para este año se prevé superar ampliamente los 100.000 millones.
China es el principal inversor en la extracción de recursos naturales de la región, desarrollando cada vez más las rutas de transporte hacia Europa, en el ambicioso programa One Belt & One Road. Ya ha comenzado la construcción de la línea ferroviaria de Kirguistán a Uzbekistán, que junto con las vías que atraviesan Kazajistán y Turkmenistán conecta China con el mar Caspio y abre las puertas a las exportaciones chinas a Europa a través del «Corredor Medio». Para la región, China es fundamental como reserva de materias primas, tanto las tradicionales como los nuevos minerales raros y críticos para la economía contemporánea. Rusia, que siempre ha considerado Asia Central como su «patio trasero», se ve obligada a desempeñar un papel secundario con respecto a China en la región, como confirman los documentos de la cumbre de Tianjin, en la que se evitó hablar de Ucrania o de situaciones directamente relacionadas con la Rusia de Putin. Según Satpaev y muchos otros comentaristas, la síntesis más evidente de la política rusa de los últimos años es que «Rusia, al rechazar a Occidente, ha abierto las puertas de China a Occidente y al resto del mundo, pasando por Asia Central».