09/04/2018, 16.36
MALASIA
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Elecciones generales: Mahatir dice ‘No a la venta del país a Beijing’

China es la principal fuente de inversiones extranjeras directas, contribuyendo con un 7% al total, que el año pasado fue de 11,5 millardos. Mahathir será el rival del Primer ministro Najib Razak, el favorito y ex delfín suyo en el pasado, en unos comicios electorales que los analistas pronostican como la votación más reñida desde que se proclamó la independencia del país, en 1957. En los próximos días, se fijará la fecha de las elecciones. La oposición acusa al gobierno de fraude.

Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) – “Hay muchas personas que no tienen estima por las inversiones chinas. No queremos vender este país de a pedazos, [entregándolo] a compañías extranjeras que desarrollarán ciudades enteras”. Es lo que afirma  Mahathir Mohamad, candidato a premier de la oposición, y agrega que, en caso de una victoria de su coalición en las próximas elecciones generales, las autoridades malasias procederán a realizar investigaciones detalladas sobre los proyectos financiados por Beijing.

Mahathir desafiará al Primer ministro Najib Razak, ex delfín suyo, en la que, según los analistas, podría constituir la consulta electoral más reñida desde que se proclamó la independencia del país, en 1957. La Comisión electoral se reunirá en los próximos días para establecer la fecha exacta de las votaciones, previstas para fines de abril o principios de mayo, antes del mes del Ramadán. Hay cerca de 15 millones de electores registrados -sobre una población de 32- que acudirán a las urnas para elegir a 222 parlamentarios y 505 funcionarios de las distintas asambleas estatales.  

El político de 92 años de edad, que se desempeñó como premier entre 1981 y 2003 y constituye el líder más longevo de la historia nacional, declaró el 6 de abril pasado, que las inversiones chinas  sólo son bienvenidas si las compañías están dispuestas a desarrollar operaciones en el territorio, ofreciendo puestos de trabajo a ciudadanos malasios, y aportando al país capitales y tecnología. “Si no ganamos nada con estos proyectos, no los queremos”, reafirmó Mahathir.

Los comentarios del líder del Pakatan Harapan (Pacto por la Esperanza), una coalición que agrupa a cuatro partidos, reflejan las preocupaciones cada vez más generalizadas en relación a la inversiones chinas en Asia, que alimentan las tensiones políticas en países que van desde Australia hasta Sri Lanka. Si bien muchos países están deseosos de obtener beneficios del plan del presidente Xi Jinping –que busca facilitar cientos de millardos de dólares en inversiones de infraestructura en todo el mundo- lo cierto es que al mismo tiempo temen volverse excesivamente dependientes de Beijing.  

En Malasia, las inversiones chinas han hecho surgir preocupaciones en torno a la soberanía y la desigualdad económica. Mahathir ha hecho referencia  a los planes de la empresa Country Garden Holdings Co. Ltd., dispuesta a invertir 100 millardos de dólares estadounidenses en el Estado de Johor, para la construcción de apartamentos valuados en 1 millón de ringgits (258.000 dólares) por unidad. En el año 2016, el ingreso anual promedio en Malasia fue de 62.736 ringgits (poco más de 13.000 euros). “No tenemos suficientes personas que posean la riqueza necesaria para comprar esos apartamentos tan costosos –afirmó  Mahathir –, por ende, se quiere traer extranjeros al país”, dijo Mahathir.

El primer ministro Najib Razak, quien está  en la carrera por su tercer mandato y que, según los observadores, se mantiene como el favorito en los pronósticos, rechaza las preocupaciones de la oposición y las define como “irresponsables alarmismos políticos”. China es la principal fuente de inversiones extranjeras dirigidas a Malasia, contribuyendo con el 7% del total, que ha sido de 54,7 millardos de ringgits (11,5 millardos de euros) a lo largo del año pasado. Beijing participa en varios proyectos en curso en el país, como por ejemplo, del East Coast Rail Link, una red ferroviaria con un trazado de 688 kilómetros, cuyo costo asciende a 55 millardos de ringgits.

Dos días atrás, Najib, al mando del Barisan Nasional (Frente Nacional), presentó su programa electoral. Promete aumentar el importe máximo anual de distribución de dinero destinado a 7 millones de pobres, en su mayor parte, malasios,  que en lugar de 1.200 ringgits (253 euros) pasarán a cobrar 2.000 ringgits (422 euros); cancelará la deuda de los agricultores malasios, sector donde pesca su mayor cantidad de votos, y de los propietarios de tierras vinculados a sociedades estatales; además, dice que creará 3 millones de puestos de trabajo nuevos, para hacer frente al aumento de la desocupación juvenil.   

En tanto, la oposición acusa al Barisan Nasional de manipular el resultado de las elecciones a su favor, incluso antes de haberse iniciado la campaña electoral. Estas acusaciones son alimentadas por la aprobación de ciertas leyes que introducen cambios radicales -favorables al gobierno- en sectores como los colegios electorales, y una polémica ley que busca combatir las denominadas “fake news” (noticias falsas).  

El 5 de abril pasado, el Registro de sociedades había dispuesto la disolución provisoria del Parti Pribumi Bersatu Malaysia (PPBM) de Mahathir, uno de los partidos que componen el bloque de la oposición, a raíz de discrepancias en sus prácticas burocráticas.  Luego de ello, Mahathir declaró que el partido seguiría funcionando y acusó a su rival de “hacer trampa para paralizar a sus adversarios” antes de las elecciones.

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