Entre diálogo y polémicas, el sultán Erdogan recibe al quinto Papa en tierra turca
Tras Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, ahora León XIV visita el país en su primer viaje apostólico al extranjero. Desde la controversia posterior a Ratisbona hasta los ataques por el genocidio armenio, el líder turco y sus predecesores han mantenido una relación (a veces) turbulenta. P. Monge: la unidad que propone el Papa Prevost es "expresión de la diversidad reconciliada por el Espíritu Santo".
Estambul (AsiaNews) - León XIV es el tercer pontífice que el presidente Recep Tayyip Erdogan se prepara para recibir, después de Francisco y Benedicto XVI, los Romanos Pontífices con los que mantuvo una relación marcada por luces y sombras. La condena del genocidio armenio que hizo el Papa Bergoglio y la controversia desencadenada por la intervención de Joseph Ratzinger en la universidad de Regensburg (Ratisbona), que desató feroces polémicas en el mundo islámico, han sido objeto de fuertes críticas y ataques por parte del líder de Ankara. Este viaje a tierra turca por el 1700 aniversario del primer Concilio de Nicea fue un sueño incumplido para el Papa argentino, aunque ya había viajado al país un año después de ascender al solio de Pedro, en 2014. Por otra parte, este país entre Europa y Asia es una encrucijada fundamental de encuentro y diálogo, en un momento tan crucial como complicado de la historia de Oriente Medio.
A pesar de algunos momentos de dificultad, las centenarias relaciones entre Turquía y la Santa Sede (las relaciones diplomáticas se remontan a 1868 con el ex imperio Otomano) se basan en la cordialidad y ya cuatro pontífices antes de León XIV han visitado el país: Pablo VI en 1967, ocasión en la que se recuerda el histórico encuentro con el Patriarca greco-ortodoxo Atenágoras I, y con miembros de las comunidades armenia, musulmana y judía. Juan Pablo II viajó a Turquía en noviembre de 1979, mientras que el viaje apostólico del sucesor Benedicto XVI fue en 2006, con la histórica visita a la célebre Mezquita Azul, el segundo pontífice que entró en el lugar de culto islámico.
Volviendo a la relación entre el presidente turco y los pontífices, se recuerda el durísimo enfrentamiento con Francisco porque el Papa había usado el término "genocidio" al recordar la masacre de los armenios (y caldeos) en 1915 por parte del ex imperio Otomano. El pontífice argentino fue el primero que utilizó abiertamente la palabra "genocidio", lo que provocó la dura reacción de las máximas autoridades políticas y religiosas turcas, siempre sensibles al tema. El líder turco, por su parte, había presentado las "condolencias" de su país por la violencia contra los armenios, pero siempre ha rechazado la definición de genocidio para calificar los hechos ocurridos durante la Primera Guerra Mundial.
Incluso antes, en 2006, la presencia de Benedicto XVI es recordada por la histórica visita a la Mezquita Azul, el segundo Papa en ejercicio que entró en un lugar de culto musulmán y participó en los esfuerzos para reforzar las relaciones islámico-cristianas. Sin embargo, el eco del discurso - distorsionado de manera más o menos consciente - de Benedicto XVI en la universidad alemana tres meses antes, con las feroces polémicas que le siguieron, arrojó más de una sombra sobre el viaje desde su llegada, cuando más de 25 mil nacionalistas participaron en las manifestaciones en la capital. El entonces primer ministro Erdogan capitalizó esa ventaja durante cierto tiempo para reforzar el consenso interno en el frente islámico y conservador. Y posteriormente se sumó otro elemento de controversia entre "pontífice y sultán": la disputa sobre la presunta oposición de Benedicto XVI al ingreso de Turquía en la Unión Europea.
Sobre el viaje apostólico de León XIV a Turquía (y Líbano) también ha hablado el sacerdote dominico Claudio Monge, que lleva 24 años en el país y es director del Centro de Estudios Dostil de Estambul, (acróstico de Dominikan Stadi Institut, que significa "amigo" en turco). En declaraciones a Taccuino Celeste, el podcast de Mondo e Missione, el sacerdote explica que en su primera visita al extranjero el pontífice no se limita a "cumplir un deseo de su predecesor" Francisco. Por el contrario, prosigue, el Papa Prevost le ha dado una "clara impronta personal", vinculando "el recuerdo de la antigua fe de Nicea con un objetivo muy concreto", "reforzar el diálogo sinodal entre las Iglesias". "La unidad que busca - afirma el sacerdote - no es una uniformidad impuesta" al estilo de la Pax Constantiniana, sino una "expresión de la diversidad reconciliada por el Espíritu Santo".
El P. Monge considera que "para superar las barreras de identidad, en definitiva, es necesario volver al corazón del misterio cristiano y dejar de dar vueltas sobre un recuerdo un tanto nostálgico del pasado". En Estambul, recuerda, el Papa León "se encontrará no solo con el Patriarca Bartolomé, sino también con los líderes de las otras Iglesias orientales para compartir momentos de oración en común. Y con la decisión de unir Turquía y Líbano en un único viaje" restituye al mar Mediterráneo "un papel central, el de corazón espiritual y humano de una Europa en dificultades, que lucha por reencontrar su antigua vocación". "Por último, frente a la guerra en Oriente Medio, las migraciones y la crisis climática, el Santo Padre - concluye el religioso - renueva el llamamiento que hizo el día de su elección, que hoy se convierte en un grito aún más sentido. Es hora de desarmar los corazones".
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