Heliópolis, reabren las iglesias luego de la cuarentena

de Rafic Greiche*

Desde ayer, las iglesias y lugares de culto están nuevamente abiertos al público, aunque con algunas limitaciones. Pese al sufrimiento que ha significado para los fieles, el confinamiento hizo redescubrir la importancia de la liturgia real y de la comunión sacramental.

El Cairo (AsiaNews) – Desde ayer, las iglesias y todos los lugares de culto están nuevamente abiertos para las celebraciones públicas, luego de un largo período de confinamiento. Cuando comenzó la pandemia del Covid-19, el gobierno decidió cerrar todos los lugares de oración, mezquitas e iglesias. Todos estábamos en contra de esto. Aunque la pandemia sea difícil de sobrellevar, también creemos que es un tiempo de oración, incluso de mayor oración. A pesar de ello, las iglesias se sometieron a la ley y acataron la orden del gobierno, tal como ha sucedido, en mayor o menor medida, en todo el mundo.

Además, la clausura comenzó en Cuaresma, continuó en Semana Santa y se prolongó en las fiestas que siguen a la Pascua, un tiempo muy intenso para la oración y la liturgia. Todas las misas y divinas liturgias se transmitieron on-line desde las distintas iglesias. Sin embargo, la gente no podía entender la comunión espiritual, pese a que intentamos explicarla en muchas oportunidades.

Las personas que suelen participar en la misa regularmente eran las más descontentas. La Iglesia es el lugar donde Dios está cerca de ellos, frente a ellos. Es un lugar donde tienen la posibilidad de expresar su sentimiento religioso. Al cerrar las iglesias, fue como si Dios se hubiese alejado y se hubiese quedado en el cielo.

Los que no solían asistir mucho a la iglesia, comprendieron que habían perdido algo valioso, a lo cual, sin embargo, jamás le habían dado mucha importancia. No es lo mismo rezar en casa y seguir la liturgia en línea. Nos faltó la comunión, la realidad del sacramento.

Finalmente, desde ayer, las iglesias están nuevamente abiertas, pero con la posibilidad de recibir a un número limitado de fieles, para respetar el distanciamiento social y algunas reglas sanitarias, y así prevenir cualquier contagio.

Mis parroquianos recibieron con entusiasmo la decisión de reabrir las iglesias. Sin lugar a dudas, la felicidad todavía no es plena: ellos no pueden ir a la iglesia todo los días porque el número de fieles se ve limitado, y hay que dar la posibilidad de que todos participen. La gente aguarda ansiosamente el día en que podrá ir a la iglesia cuándo y cómo quiera, cuando sean libres de participar en la liturgia en el momento deseado y sin límites de tiempo. Y además, sin tener que seguir reglas incómodas, como usar mascarilla y mantener una distancia con las demás personas.

Estamos muy contentos y esperamos que no haya más cuarentenas ni confinamientos, aún cuando surja otra ola de pandemia.

*Párroco de la St Cyril Church, Heliópolis, El Cairo, Vocero de la Iglesia Católica en Egipto