Invierno sin nieve en el Himalaya: el rostro extremo del cambio climático

Un clima más cálido que las medias estacionales y las escasas precipitaciones de los dos últimos meses han provocado lo que los expertos ya han denominado el "invierno más seco" de toda la región: desde Nepal hasta el norte de Pakistán, pasando por el Tíbet y Bután. La culpa la tiene una combinación de varios fenómenos meteorológicos, entre ellos la crisis climática y El Niño.

Katmandú (AsiaNews/Agencias) - Es pleno invierno en Nepal y en muchos países del Himalaya, pero en cuatro meses no ha caído ni una gota de lluvia ni de nieve. Las pistas de esquí están áridas y en las llanuras los campos se reducen a matorrales secos. El paisaje es desolador, con montañas sin nieve. "El Mukut Himal y muchas montañas no son más que roca desnuda cuando deberían estar blancas de nieve fresca en esta época del año", dice Madan Sigdel, de la Universidad de Tribhuvan. Y añade: "Nepal recibe una media de 60 mm de lluvia durante los tres meses más fríos. Sin embargo, el Departamento de Hidrología y Meteorología sólo ha registrado 1,9 mm de lluvia en lo que va de invierno.

El invierno 2023-24 está resultando ser el más seco de los últimos años. Hay muchas causas para ello, empezando por el calentamiento global que hizo que 2023 fuera el año más cálido de la historia junto con 2022. Luego está la influencia de El Niño, que provoca el calentamiento de las aguas del océano Pacífico y una disminución de los vientos del oeste que arrastran el aire frío y la humedad desde Europa central, según un análisis del Departamento Meteorológico de la India. Bibhuti Pokharel, del Departamento de Hidrología y Meteorología de Nepal, afirma que es demasiado pronto para declarar erróneos los modelos meteorológicos existentes. Y añade: "La nuestra es una previsión a largo plazo, puede que aún no haya llovido, pero puede que llueva más que la media durante el mes y medio de invierno que queda". De hecho, los fenómenos meteorológicos extremos inducidos por la crisis climática pueden no provocar un cambio en los totales de precipitaciones estacionales, pero la lluvia o la nieve podrían caer de golpe con una fuerza destructiva.

El invierno del año pasado fue igualmente seco, con sólo 12,9 mm de lluvia, la precipitación más baja registrada en 15 años. Pero hay más: los datos muestran que 12 de los últimos 18 inviernos han tenido precipitaciones por debajo de la media, y ocho de 12 han sufrido sequías. Según el informe de síntesis 2023 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, la tendencia es que las precipitaciones invernales empujen hacia el final de la estación y luego caigan todas juntas, provocando corrimientos de tierra, aludes y ríos de lodo debido a la sequedad del suelo. También señala que Asia sufrirá los efectos de la variabilidad extrema de las precipitaciones y la sequía tanto a corto como a largo plazo.

Estos fenómenos tienen dos consecuencias principales: por un lado, la disminución de la producción de energía. En Nepal, la producción hidroeléctrica disminuyó un 20% en 2023 y el déficit se cubrió con importaciones de India. La producción de energía ha disminuido drásticamente, y se espera que lo haga aún más, ya que la probabilidad de precipitaciones parece escasa", afirma Prakash Chandra Dulal, de la Asociación de Productores Independientes de Energía de Nepal.

La otra consecuencia es el descenso del turismo de invierno: en 2023 el país registró un aumento de turistas superior al 86%, según datos de la Oficina de Turismo de Nepal, pero en estas condiciones entre 2023 y principios de 2024 el descenso se reúne al 50%, pero es peor en Cachemira, donde las autoridades estiman que el número de turistas ha descendido al menos un 60% en comparación con el mismo periodo del año pasado.