La Madre Teresa de Calcuta sigue hablando en Roma a los jóvenes del Jubileo
Desde República Dominicana hasta Nueva Zelanda, cientos de jóvenes visitan en Roma la exposición dedicada a la Santa, canonizada en 2016. También hay visitas guiadas a la habitación que utilizaba cuando estaba en Roma. Su testimonio inspira a las nuevas generaciones, que dicen a AsiaNews: "Mostraba el amor en las cosas pequeñas, no con palabras, sino con hechos".
Roma (AsiaNews) - "No damos entrevistas. Dejemos que hable ella, la Madre Teresa". Esta es la única frase que la hermana Maria Dolores dice a AsiaNews. Con motivo del Jubileo de los Jóvenes, en la Escuela Pontificia Pío IX, en una calle lateral de la Vía della Conciliazione de Roma, las Misioneras de la Caridad — que tienen casas en 130 países dedicadas a ayudar a las personas más vulnerables— se ha organizado una exposición dedicada a la vida de Santa Teresa de Calcuta. Chicas y muchachos de todo el mundo, después de cruzar la Puerta Santa de San Pedro, se detienen para hablar con las numerosas hermanas, contemplan las reliquias y participan en la adoración en la capilla. La Madre Teresa todavía habla, con su desarmante radicalidad, sobre todo a los jóvenes.
"Creo que es mi santa preferida", confiesa a AsiaNews Mariely Rosario, de 37 años, de República Dominicana. Acaba de terminar el recorrido de la exposición, que incluye gráficos con los momentos más significativos de la vida de la fundadora de las Misioneras de la Caridad —la decisión de abandonar la Orden de Loreto, de vestir un simple sari blanco, de acercarse a las personas pobres que "sufren una agonía inimaginable"— y sus decisivos diálogos interiores con Jesús. "La Madre Teresa provocó un impacto en el mundo, no solo en la India", añade. "De ella aprendí que no importa si el bien es solo una gota en el océano. Lo importante es hacerlo. Hago voluntariado con mis amigos, es como ser Jesús en acción. Es hermoso ver a las hermanas con esa sonrisa que nadie puede quitarles".
Mariely Rosario estuvo en Calcuta — en la calle Creek Lane N.14, donde se fue a vivir la Madre Teresa en 1949 y fundó la congregación — el año pasado en Semana Santa. "Fue transformador ver que no solo prestan servicio jóvenes católicos", cuenta. "Hay personas hindúes, agnósticas, incluso algunos que no saben lo que es el catolicismo. Junto con las Misioneras, ayudan a las personas que están muriendo, o que viven en la calle". Lo que más impresiona de la Santa albanesa es la humildad cuando dice "Jesús, no quiero que los demás me vean a mí, quiero que te vean a ti en mí". "Creo que este es el recuerdo más valioso que tengo de esa experiencia. Es lo que rezo cuando recibo la Sagrada Comunión. Que no me vean a mí, sino que vean a Jesús en mí".
En estos días de Jubileo, las Misioneras de la Caridad también organizan visitas guiadas a la habitación donde vivía la Madre Teresa cuando estaba en Roma, en la Piazza San Gregorio al Celio, 2, cerca del Circo Máximo. También aquí acuden continuamente jóvenes de todas partes. Kasius Ackimana, que viene de Zambia, colabora en la organización; tiene 19 años, estudia biomedicina y está viviendo un período de discernimiento en Suecia. "Para mí, la Madre Teresa es caridad. En todas las capillas de las Misioneras de la Caridad, junto al crucifijo está escrita la frase 'Tengo sed'", explica. "Son las palabras que Jesús dijo en la cruz antes de morir. Pero no significa que tuviera sed de agua; según la Madre Teresa, tenía sed de almas. Cuando las hermanas ven a un pobre, esa persona es Jesucristo, pero de incógnito, ¿entiendes? No es una representación de Cristo, sino que es Cristo mismo bajo otra forma".
Betina Claure, de 26 años, viene de Bolivia pero está viviendo en Inglaterra por un proyecto de voluntariado con los Hermanos Lasallanos. Habla con AsiaNews después de visitar la exposición sobre la Santa canonizada por el Papa Francisco en 2016. "Me encanta tomarme un tiempo para hablar con Jesús. Así que agradecí el espacio para rezar. Siempre he admirado a la Madre Teresa, es un gran ejemplo de servicio. Una bendición". Cree que la Santa de Calcuta todavía inspira a los jóvenes, como a todas las personas, a estar presentes para quienes lo necesitan. "Hoy nuestro mundo necesita que todos actúen juntos para crear un impacto, porque esta es la Casa, el lugar que Dios nos ha dado. Es nuestro deber y nuestra responsabilidad cuidarlo. La Madre Teresa hizo un gran trabajo, marcó un punto de partida para inspirarnos y seguir su ejemplo".
Locquahn Tukerangi, de 29 años, ha venido de Nueva Zelanda para el Jubileo de los Jóvenes. Para llegar a Roma, su grupo recorrió a pie 140 km por la Vía Francígena, en siete días, partiendo de Rieti. "Ya conocía a la Madre Teresa, mi suegro siempre habla de ella. Pero profundizar en su historia aquí en Roma es una experiencia increíble", cuenta. "Me impresionó cuánto llevaba a Jesús en el corazón. A pesar de su oscuridad interior". Así llamó la Madre Teresa a la angustia que sentía, un "terrible sentido de abandono", que con el tiempo interpretó como un vínculo con la pasión de Jesús. "Hoy nos inspira porque mostraba amor en las cosas pequeñas, no con palabras, sino con acciones", añade Locquahn Tukerangi. "Y creo que para nosotros, los jóvenes, las acciones hablan más fuerte que las palabras". Una hermana cuenta lo mismo a AsiaNews . Lo que más impresiona a los jóvenes de la vida de la Santa son los hechos. El hecho de salir, para ir al encuentro de los pobres. En la miseria, la alegría.
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