La enfermera condenada a muerte en Yemen y otros 10 mil detenidos indios en todo el mundo
Crecen las presiones para salvar a Nimisha Priya, detenida en Saná a la espera de la ejecución prevista para el 16 de julio por el asesinato de un ciudadano yemení que la habría mantenido prisionera. La Corte Suprema de la India discutirá el 14 de julio una petición para exhortar al gobierno a que intervenga. El caso pone de relieve la situación de miles de ciudadanos indios actualmente en prisión en 86 países de todo el mundo.
Nueva Delhi (AsiaNews) - La condena a muerte en Yemen de la enfermera india Nimisha Priya está en el centro de una intensa movilización diplomática, después de que los medios locales indicaron que se había fijado el 16 de julio como fecha de su ejecución. Originaria del Estado de Kerala, al sur de la India, la mujer fue condenada por el asesinato de un ciudadano yemení que la mantenía prisionera.
La historia de Priya, de 37 años, comienza en 2011 (o quizás en 2008, según algunas fuentes), cuando fue a vivir a Yemen para trabajar como enfermera y ayudar económicamente a sus padres ancianos. Abrió una clínica después de trabajar en varios hospitales y en 2014, a pesar de la intensificación de la guerra civil, decidió quedarse.
Para cumplir con las normativas yemeníes para profesionales médicos extranjeros, Priya inició una colaboración con Talal Abdo Mahdi. Según su testimonio, Mahdi habría falsificado documentos para simular un matrimonio, y la sometió durante años a abusos físicos, explotación económica y amenazas. La enfermera denunció que Mahdi le había retenido el pasaporte y administrado drogas.
Priya afirma que Mahdi le había quitado el pasaporte y le impedía regresar a la India, una práctica bastante extendida en los países del Golfo con los trabajadores extranjeros. Para escapar de Yemen, la enfermera decidió sedar al hombre, pero la dosis resultó fatal.
Fue condenada por asesinato en 2018, la pena de muerte fue confirmada en 2020 por un tribunal yemení, nuevamente confirmada por el Consejo Judicial Supremo Hutí en noviembre de 2023, y ese mismo año el presidente yemení Rashad al-Alimi también dio su aprobación final.
Nimisha Priya se encuentra actualmente detenida en Saná, ciudad controlada por el gobierno hutí, con el que la India no mantiene relaciones diplomáticas formales, lo que hace que las negociaciones sean extremadamente complejas a pesar de que las autoridades indias han declarado estar en contacto constante con las yemeníes.
En un intento desesperado por conseguir su liberación, la madre de Priya, Premakumari, una empleada doméstica de Kochi, viajó el año pasado a Yemen para implorar a la familia de Mahdi que perdonara la vida de su hija. Las autoridades indias han propuesto que se pague un "diyat", el llamado "precio de la sangre", una compensación monetaria y la única alternativa legal a la pena capital en Yemen. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por recaudar los fondos a través de la creación del "Save Nimisha Priya International Action Council", la familia de Mahdi ha rechazado la oferta.
La Corte Suprema de la India ha aceptado escuchar una petición el 14 de julio para ejercer más presión sobre el gobierno a fin de que resuelva la situación antes de que se ejecute la sentencia de muerte.
El caso de Nimisha Priya saca a la luz la cuestión de los ciudadanos indios encarcelados en el exterior. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de la India, hay 10.152 ciudadanos indios actualmente detenidos en 86 países del mundo.
Entre los países con mayor número de prisioneros indios se destacan Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, donde hay más de 2.000 detenidos en cada uno, incluyendo los que están a la espera de juicio. Otros países del Golfo, destino de numerosos trabajadores indios, como Baréin, Kuwait y Qatar, tienen también un número significativo de indios en sus cárceles. En Nepal hay 1.317 indios detenidos, seguido por Malasia con 338 y China con 173. Doce de estos países superan los 100 prisioneros indios.
Muchas de estas personas están a la espera de juicio. La India ha firmado acuerdos para repatriar los condenados con varios países, entre ellos Australia, Baréin, Bangladés, Brasil, Camboya, Francia, Hong Kong, Irán, Israel, Italia, Kazajistán, Kuwait, Rusia, Arabia Saudita, Sri Lanka, Emiratos Árabes Unidos y Reino Unido. Nueve de los doce países con más de cien prisioneros indios ya están cubiertos por estos acuerdos, que permiten que una persona condenada por un delito sea trasladada a su país de origen para cumplir la pena.
A pesar de estos acuerdos, hasta ahora el éxito en el regreso de los prisioneros a la India ha sido limitado. En los últimos tres años (entre 2023 y marzo de 2025), solo ocho prisioneros pudieron volver a la India para cumplir su condena: tres de Irán, tres del Reino Unido y dos de Camboya y Rusia.
El traslado de personas condenadas es, de hecho, un proceso largo que requiere múltiples aprobaciones. El Ministerio del Interior, que es la autoridad de referencia que supervisa estas transferencias, ha declarado que está tramitando numerosos casos y trabaja en la negociación de nuevos acuerdos con otros países.
(colaboró Nirmala Carvalho)
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