03/02/2022, 11.07
RUSIA-UCRANIA
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La histeria bélica tiene un alto costo para Moscú y Kiev

de Vladimir Rozanskij

Ucrania ha perdido 12.000 millones de dólares por la fuga de capitales. Desde principios de año, la Bolsa de Moscú registra una caída del 12%. El peligro de la inflación. El presidente ucraniano pide no exagerar laa situación. Estados Unidos prepara sanciones contra Putin y sus secuaces.

Moscú (AsiaNews) - La escalada de amenazas y sanciones del último mes en torno a Rusia y Ucrania está costando caro a ambos países. Las autoridades de Kiev mencionan pérdidas de más de 12.000 millones de dólares por la fuga de capitales. Los índices bursátiles de Rusia han perdido cerca de un 12% desde principios de año, lo que equivale a 8 billones de rublos. Las dos economías están sufriendo por el continuo aumento de la inflación, la devaluación de la moneda, el colapso de los mercados financieros y la fuga de los extranjeros de los bonos del Estado.

Ambos se preparan para vivir el resto del año en una perpetua histeria pre-bélica, que podría durar varios meses antes de resolverse en un sentido u otro. Rusia puede presumir de una baja deuda pública, amplias reservas financieras y acceso a fuentes de energía. Ucrania, por su parte, sólo puede contar con la ayuda financiera de los países occidentales, pues de lo contrario sufrirá un colapso económico aún más catastrófico que el de Rusia.

El inminente inicio del enfrentamiento bélico, pronosticado sobre todo por los medios de comunicación occidentales, está disparando los precios de las materias primas. Según el índice Bloomberg Commodity Spot, se registró una suba del 0,9%, alcanzando su nivel más alto en 543,21 puntos y desde principios de año, trepó un 8,15%. El índice considera 23 contratos futuros (diferidos a una fecha futura) sobre fuentes de energía, metales y agricultura.

La preocupación de los mercados se centra en la posibilidad de que se interrumpa el suministro de gas ruso a Europa. Se prevén aumentos en los productos alimentarios en todo el mundo, pero lo cierto es que muchas naciones ya están en una situación crítica. Ucrania y Rusia son líderes mundiales en el comercio de trigo, maíz y aceite de girasol, con grandes exportaciones a Asia, África y Oriente Medio. Estas regiones ahora podrían ver comprometido su abastecimiento de pan y carne. El combustible también promete aumentar más y más: en caso de una guerra, el precio del petróleo podría superar los 120 dólares por barril.

Todos los expertos parecen coincidir en que las predicciones son funestas -no solo Bloomberg, sino también JP Morgan y hasta el Fondo Monetario Internacional. Ni siquiera la subida de precios de los artículos de exportación tradicionales beneficia a los dos países en disputa, pues la inflación devora los ahorros de una población cada vez más azotada por la inestabilidad de los precios. El salario medio de los rusos es tres veces superior al de los ucranianos, pero aún así, no garantiza un nivel de vida sostenible.

Los llamamientos del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a no exagerar ante la amenaza rusa también están motivados por un intento de contener la crisis. Según sus recientes declaraciones, "son los medios de comunicación los que difunden la idea de que la guerra está en curso, las tropas se desplazan y la gente está huyendo. En realidad, se esperaba un aumento de las tropas rusas en la frontera, no necesitamos este 'pánico'".

Los rusos también se sienten molestos por la "retórica bélica", y esto fue particularmente evidente en el "martes negro", el 18 de enero, cuando el índice de la Bolsa de Moscú se desplomó un 6% de golpe, perdiendo todo el patrimonio del año anterior. Desde que comenzó el año, los multimillonarios rusos se han "empobrecido" en unos 18.000 millones de dólares. El que más perdió fue el propietario de Novatek (el mayor productor de gas licuado) y el de la empresa petroquímica Sibur, Gennadij Timčenko, cuyo patrimonio se redujo en 2.500 millones. El copropietario de Novatek, Leonid Mikhelson, el hombre más rico de Rusia, también afrontó pérdidas por 1.700 millones de dólares, como tantos otros oligarcas en crisis.

Ahora se espera que el Congreso de Estados Unidos intervenga con las prometidas sanciones contra el Presidente Putin y los miembros de su familia, incluida su pareja no oficial, la campeona olímpica de gimnasia Anna Kabaeva. Las medidas amenazan a otras 35 personalidades del círculo de poder del Kremlin, funcionarios, empresarios y hombres de negocios.

En efecto, la guerra ha comenzado, pero más que las armas, es el dinero el que marca a las víctimas. Y las cuentas aún están lejos de un balance final.

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