Las acusaciones racistas por las epidemias en Rusia

de Vladimir Rozanskij

La Academia de Ciencias de Moscú señala a los inmigrantes y a algunos grupos específicos, como los gitanos y los judíos ortodoxos, como responsables del aumento de la propagación de enfermedades infecciosas como el sarampión. La baja cobertura de las campañas de vacunación también se nota en Rusia. El epidemiólogo Poznjakov: «Debería aumentar al menos al 95 % para evitar picos epidémicos».

Moscú (AsiaNews) - La Academia de Ciencias de Rusia ha expresado su temor de que el notable aumento de las enfermedades infecciosas en Rusia en los últimos tiempos, especialmente el sarampión, esté relacionado con el aumento del número de personas no vacunadas entre los migrantes, en particular entre los representantes de las etnias gitanas y una serie de grupos religiosos, incluidos los judíos ortodoxos. Esta opinión de carácter racista fue expresada en una entrevista en la plataforma Rtvi por el catedrático de Epidemiología del Instituto de Medicina Social de la Universidad Sechenov de Moscú, Nikolái Briko.

Según el académico, «el 90 % de los enfermos son personas no vacunadas o que solo han recibido una dosis de la vacuna, lo que ha reducido los niveles de inmunidad colectiva, un fenómeno que no solo afecta a Rusia, sino también a Estados Unidos e Israel». En su opinión, una amenaza adicional proviene precisamente de los casos importados del extranjero, relacionados con la migración laboral, los turistas y las personas trasladadas forzosamente que no estaban vacunadas y se convierten en fuentes de infección para todos aquellos con los que entran en contacto.

Briko insistió en que entre el grupo de personas en riesgo se encuentran los representantes de comunidades religiosas que rechazan sistemáticamente cualquier tipo de vacunación por sus creencias, mencionando en particular a los judíos ortodoxos, los bautistas y los miembros de otras confesiones, además de las comunidades de diferentes variantes de la etnia romaní. En su opinión, estos grupos viven aislados del resto del tejido social y no se prestan fácilmente a los controles de asistencia médica y a las campañas de vacunación.

El jefe de servicio también señaló una serie de problemas relacionados con la organización de las vacunaciones, que provocan un continuo empeoramiento de la situación epidemiológica. Se trata de violaciones de las normas de conservación y transporte de las vacunas vivas, en particular las contra el sarampión, la rubéola y las paperas, por lo que «si estos preparados pierden su actividad debido a un almacenamiento irregular, la vacunación resulta totalmente ineficaz».

Las estadísticas confirman la gravedad de estas preocupaciones, al menos a nivel numérico: el informe de junio de la agencia de control Rospotrebnadzor sobre la situación sanitaria y epidemiológica de 2024 en Rusia muestra un crecimiento exponencial de las enfermedades infecciosas, en comparación con todos los indicadores de los últimos 10 años, a partir de 2012, excluyendo los dos años de la pandemia de Covid-19, 2020-2021. En el último año, las enfermedades por infección hemofílica se multiplicaron por 13,4 (3526 casos), el sarampión por 11 (22 455 casos), la rubéola por 6, la tos ferina 4,5 veces, la parotiditis epidémica 3,5 veces, la fiebre del Nilo occidental 3 veces, la gripe y la neumonía adquirida en la comunidad 2 veces.

El daño económico relacionado con el sarampión se calcula para el año pasado en más de 2000 millones de rublos (20 millones de euros) y, proporcionalmente, las demás enfermedades infecciosas también tienen un gran impacto en los presupuestos sanitarios estatales, teniendo en cuenta también el peligro de muerte al que exponen diversas formas de estas enfermedades, especialmente las hemofílicas que afectan a los órganos respiratorios y las membranas del cerebro. Tanto los niños como los adultos padecen sarampión, con un índice de contagio cercano al 100 % según el Centro de Formación Higiénica de la Población, que provoca fiebre muy alta, inflamación de las mucosas de la cavidad bucal y de las vías respiratorias superiores, conjuntivitis y erupciones cutáneas. No existen tratamientos específicos para el sarampión, que solo se puede prevenir mediante la vacunación.

En toda la región europea, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en 2024 se registraron 127 300 casos de sarampión, la cifra más alta desde 1997. El porcentaje de personas vacunadas no aumenta en toda Europa y, sobre todo, en Rusia, como ha observado el infectólogo Andrej Poznjakov, del centro Invitro-Sibiri, según el cual la vacunación debería afectar al menos al 95 % de la población para evitar picos epidémicos y «no llevar a la población a nuevas formas de restricción y cuarentena, que sin duda nadie desea».