18/11/2022, 14.27
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Mumbai: más de 1.000 casos de sarampión en barrios marginales

A pesar de los progresos de los últimos años, la enfermedad todavía no ha sido derrotada. En los barrios marginales los padres desconfían de las inyecciones. Además de aumentar el número de vacunas, el gobierno debe reducir simultáneamente los niveles de desnutrición infantil.

 

Mumbai (AsiaNews) - El mes pasado comenzó un brote de sarampión en uno de los barrios marginales de Mumbai y ahora se ha difundido en una zona de la periferia denominada Rafi Nagar y otras áreas de la ciudad. En 2020 la capital de Maharashtra había registrado solo 25 casos, que se redujeron a 9 el año pasado. Sin embargo, en esta última semana se informaron más de 1.070 infecciones sospechosas, 68 niños fueron hospitalizados y al menos 5 se encuentran en cuidados intensivos. Hasta ahora murieron 7 niños. Algunos de ellos no estaban vacunados y otros presentaban un cuadro de desnutrición severa.

Parece una paradoja que en la India, uno de los principales productores y exportadores de medicamentos y vacunas, haya niños que no han recibido la vacuna contra el sarampión. Sin embargo, por diversas razones los padres indios, sobre todo en los barrios más pobres, a menudo no llevan a sus hijos a vacunar.

El número de casos está aumentando en todo el mundo y según Unicef ​​y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los primeros meses del año hubo un incremento del 79%. Entre abril y septiembre la India reportó 9.489 contagios, ubicándose en el primer lugar del ranking mundial, por delante de Somalia y Yemen.

Las causas hay que buscarlas en la suspensión de las campañas de vacunación durante la pandemia de Covid-19. Se estima que 23 millones de niños no han recibido las vacunas básicas, la cifra más alta desde 2009 y 3,7 millones más que en 2019.

Si bien en muchos países la suspensión de las campañas de vacunación están relacionadas con conflictos y situaciones de inestabilidad, en el caso de la India los nuevos brotes parecen depender más de situaciones de indigencia severa y bajo nivel educativo. Los padres indios que viven en barrios marginales son jornaleros: quedarse en casa con un niño enfermo con fiebre después de recibir la vacuna significa tener que renunciar a un día de trabajo. Muchas madres aceptan la primera dosis a los 9 meses, pero no la segunda a los 16, porque temen las inyecciones y temen los efectos secundarios.

Según datos del gobierno indio, en el área urbana de Mumbai, que también incluye barrios marginales, el 30% de los niños menores de dos años no ha recibido la primera dosis de la vacuna contra el sarampión, pero los operadores sanitarios consideran que el porcentaje es mucho más elevado. A menudo son los hermanos mayores quienes cuidan a los más pequeños mientras ambos padres se ausentan para trabajar. Y no siempre logran comer todos los días.

El mes pasado el gobierno indio rechazó los resultados publicados en el último Global Hunger Index Report, que ubica a la India en el puesto 107 entre 121 países. En una declaración casi idéntica a la del año anterior, Delhi acusó a las organizaciones Concern Worldwide y Welthungerhilfe, autoras del informe, de realizar investigaciones parciales que no reflejan la compleja realidad india.

En realidad los datos del gobierno también muestran que en los últimos años no ha habido grandes avances en materia de desnutrición infantil. En Uttar Pradesh, el estado más poblado de la Federación, solo el 6,1% de los niños entre 6 y 23 meses reciben una alimentación adecuada. En Bombay, el 9,3% de ellos tiene un peso inferior al normal, que aumenta al 10,5% y al 18% en algunos barrios marginales. Las complicaciones relacionadas con el virus afectan mucho más a los niños desnutridos que a los sanos, pero otros factores también contribuyen a reducir la cantidad de niños vacunados, entre ellos el nivel de educación de los padres -según un estudio, el 92% de los niños no vacunados tienen padres con un nivel básico de educación- y las migraciones después del parto a las aldeas de origen, donde a menudo no hay centros de vacunación.

En 2019 la India estaba logrando excelentes resultados en la erradicación de varias enfermedades, como el tétanos y la poliomielitis, y también se había fijado el objetivo de eliminar el sarampión y la rubéola para 2020. Sin embargo, resulta evidente que la atención del gobierno debería estar enfocada en las zonas marginales y debe actuar sobre varios factores al mismo tiempo: la nutrición, el aumento de los niveles de información y la difusión de los centros de vacunación incluso en las zonas rurales.

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