Las tensiones entre ortodoxos y musulmanes en Rusia
Algunas palabras hostiles hacia el islam del igumen Gavriil parecen haber dado voz a un descontento muy extendido entre los ortodoxos más intransigentes, que ven como un peligro al «ejército musulmán». Las polémicas muestran una fisura en el curso «euroasiático» de la política estatal y religiosa de la Rusia actual.
Moscú (AsiaNews) - Un caso particular ha puesto de manifiesto en Rusia una tensión entre cristianos y musulmanes que parecía dormida desde hacía tiempo, en la expresión religiosa común del «espíritu patriótico». El skhiigumen Gavriil (Vinogradov-Lakerbaja), miembro de la comunidad del gran monasterio de Valaam, en el norte del país, una figura muy respetada como uno de los starets más importantes del mundo monástico ortodoxo, fue destituido de todos sus cargos hace unos días por afirmar durante una homilía que «los musulmanes serían capaces de cortar la cabeza a los moscovitas si se lo ordenara el mulá», mensaje que luego se difundió también en Telegram. El starets era desde hacía algunos años el superior de la filial de Sochi del monasterio, y ahora está confinado en una celda ermitaña fuera de las estructuras oficiales.
Varios representantes del islam ruso reaccionaron de forma muy agresiva a las palabras del igumen, sobre todo el general Apti Alautdinov, comandante de la brigada chechena Akhmat y figura muy carismática del mundo religioso-militante del Cáucaso y de toda Rusia, que utilizó palabras muy ofensivas hacia el monje. Esto provocó una reacción no menos hostil por parte de los ortodoxos ultratradicionalistas del movimiento «Cuarenta cuarentenas», que pidieron la dimisión del general (que luego se disculpó) y el restablecimiento de Gavriil en su cargo eclesiástico.
Sin embargo, en los últimos años, el patriarcado de Moscú había propuesto «unir el califato, la Santa Rus y la Unión Soviética» en una gran sobornost espiritual, para contrarrestar mejor la degradación de los occidentales, temiendo la pérdida de la fe en Europa mucho más que la difusión del islam. Los sacerdotes ortodoxos suelen citar a los fieles musulmanes como «personas verdaderamente devotas», invitando a sus fieles a seguir su ejemplo, mientras que ahora parece que la fe musulmana se considera «una amenaza para la identidad rusa».
Precisamente el igumen Gavriil parece haber dado voz a un descontento muy extendido entre los ortodoxos más intransigentes, que ven como un peligro «el ejército musulmán», con sus palabras hostiles pronunciadas precisamente en vísperas del Kurban-Bajram, como se llama en Rusia la fiesta del Eid-al-ahda que concluye el período de peregrinación canónica a La Meca. Gavriil también quiso precisar que el islam es «una fe falsa», obteniendo muchos apoyos en las respuestas en las redes sociales a su discurso.
Desde el patriarcado de Moscú llegaron los comentarios del arzobispo ruso-francés Savva (Tutunov), cada vez más protagonista en la escena religiosa e ideológica en los últimos tiempos, director del departamento misionero, que tachó el sermón del padre Gavriil de «un montón de tonterías», pero se declaró de acuerdo con él en la cuestión de la «fe verdadera y falsa». Savva criticó «las interpretaciones sincréticas de las relaciones recíprocas entre el islam y el cristianismo», como las del general Alautdinov, reiterando que no se puede poner en duda «el significado histórico y cultural primario de la ortodoxia para nuestra patria».
Estas polémicas se agudizaron aún más con un vídeo difundido en las redes sociales por un soldado musulmán del ejército ruso, que dispara con un lanzagranadas en dirección a una iglesia ortodoxa en la zona de Sudža, ciudad disputada con los ucranianos en la región de Kursk. Estas y otras formas de expresión conflictiva entre el islam y la ortodoxia ponen en crisis el curso «euroasiático» de la política estatal y religiosa de la Rusia actual, basada en gran medida en el diálogo con los musulmanes a través de las actividades del Consejo Interreligioso de la Presidencia de Rusia. Tutunov recuerda también que, en cualquier caso, los musulmanes no superan el 7 % de la población, frente a casi el 70 % de ortodoxos, al menos según las declaraciones formales de pertenencia, y que la brecha entre las dos «religiones tradicionales» parece destinada a ampliarse cada vez más en un futuro próximo, ante el gran crecimiento del nacionalismo ruso.
28/07/2023 11:17
25/02/2022 14:04