Los movimientos independentistas crecen en Kalmukia

de Vladimir Rozanskij

Los que sostienen la independencia, consideran que es una condición indispensable para preservar la lengua y la cultura propias. Los independentistas se oponen a la "absurda centralización y militarización" de Rusia. Los sentimientos separatistas también se extienden entre baskares, erzianos, buriatos y chechenos.

Moscú (AsiaNews) - Los activistas del Congreso de los Oiratos y Calmucos, los pueblos mongoles herederos de los antiguos Zúngaros y Čuulgani, asentados en la región del Bajo Volga, han aprobado y difundido un documento en el que apoyan la causa de su propia y plena independencia, como condición indispensable para preservar la lengua y cultura calmucas. El Congreso se constituyó en 2015 en la capital, Elistá, y en 2021 varios de sus miembros fueron detenidos y encarcelados, pero algunos consiguieron escapar al extranjero.

La "Declaración de Independencia de la República de Kalmukia" ha sido firmada por varios exponentes tanto en el extranjero como en Rusia, entre ellos el ex director del Centro para el Desarrollo de la Lengua Calmuca, Arslang Sandžiev, el líder de la rama local del Partido Liberal "Yabloko" Batyr Boromangaev, y otras figuras políticas bastante conocidas en la región como Vladimir Dovdanov, Erentsen Doljaev y Albert Šarapov.

El texto es un complemento de otra declaración, aprobada por el Soviet Supremo de Kalmukia durante la era soviética, en 1990, antes del fin del régimen. En aquel entonces, los diputados del pueblo votaron a favor de la soberanía jurídica y democrática del Estado Calmuco, basada en el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Los actuales exponentes de la política étnica mongola europea creen que los principios de ese primer documento nunca se concretaron en la república autónoma tras su incorporación a la Federación Rusa y el largo gobierno del primer presidente Kirsan Ilyumžinov. Y mucho menos, tras la elección de Vladimir Putin como presidente de Rusia y la actual administración de Batu Časikov, leal a él.

La declaración enumera los principales reclamos que serán elevados al régimen de Moscú. En primer lugar, poder emanciparse de la "absurda centralización y militarización del país" y de la "total injerencia del Kremlin en la vida cultural y lingüística de los pueblos conquistados por Rusia". Los independentistas calmucos denuncian las "violaciones del derecho internacional" y otros cinco puntos dirigidos contra el carácter autoritario e imperialista de la política rusa.

Según los autores del texto, en la Federación Rusa se ignoran los derechos de los ciudadanos, que son sometidos a una represión constante. La situación actual evoca las deportaciones de los calmucos en tiempos de Stalin y posteriormente, la cuestión de las "tierras expropiadas ilegalmente". Kalmukia, al igual que otras regiones y naciones que en el pasado formaron parte de la Unión Soviética, también presenta reclamaciones territoriales contra sus vecinos. Más concretamente, contra la región limítrofe de Astracán, que se remonta a las particiones estalinistas de 1943. Doljaev, uno de los autores, sostiene desde hace años que toda la zona de Astracán debería formar parte de la Kalmukia independiente, ya que es el territorio histórico de la migración de los calmucos procedentes de Asia Central.

Los Oiratos y los Calmucos exigen la "liberación de la dependencia colonial", y anuncian que están dispuestos a separarse de la república de Rusia, proclamando su propia soberanía. Como telón de fondo, se asiste a un resurgimiento de muchos separatismos étnicos. La independencia es "la condición necesaria para la supervivencia del pueblo calmuco”, expresa el documento, que hace un llamamiento a todos los Estados y gobiernos regionales y mundiales para que apoyen la liberación, bajo el lema "¡que triunfe la justicia para todos los pueblos!

Los independentistas también se refieren a la "Liga de las Naciones Libres" -que se reunió el pasado junio en un encuentro internacional organizado través de la web- y al "Foro de los Pueblos Libres" organizado por figuras tártaras y otras en Varsovia y Praga en mayo y junio. A estos actos también asistieron exponentes baskires, erzianos, kazajos, buriatos, chechenos y de otras nacionalidades que viven en los territorios de la Federación Rusa.