09/12/2014, 00.00
TAILANDIA
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Misionero del Pime en Tailandia: en el adviento reconstruimos el tejido social, a través de la escuela y del Evangelio

de Adriano Pelosin*
El p. Pelosin, desde hace 36 años en el país asiático, cuenta la propia experiencia al servicio de los niños, enfermos y ancianos. En una nación de mayoría budista, marcada por divisiones y conflictos, la Palabra de Dios se vuelve fuente de curación y de aliento, Crece l deseo de misión entre los jóvenes. Para las fiestas natalicias el deseo de experimentar la unión con Dios.

Bangkok (AsiaNews)_ El p. Adriano Pelosin es un sacerdote del Pontificio Instituto para las Misiones extranjeras (PIME), originario de Loreggia (provincia de Padua), está en Tailandia de ahce 36 años. Gastó su vida en las favelas de la periferia de Bangkok, salvando niños de las violencias sexuales, teniéndolos lejos de los traficantes y de la criminalidad organizada. Garantizando a ellos, mientras tanto, la formación escolástica y aliviando su inserción social y de trabajo. La obra caritativa iniciada por el p. Pelosin está caracterizada por 8 casas de familia que hospedan a más de 100 niños. La Casa de los Ángeles, en particular está dedicada a los niños con discapacidades graves. Las casas se encuentran en el distrito de Pak Kret, a unos 30 km de Bangkok. El p. Pelosín, junto a voluntarios, hermanas y educadores, han asistido a uno 800 niños que viven en situación de dificultad o malestar en las favelas.

Desde mayo del año pasado, el arzobispo de Bangkok, mons. Francis Xavier Priengsak Kovithavanij, le confió la parroquia de S. Marcos en Pathumthani. El misionero, con el celo de siempre, empezó esta nueva aventura en el interior  de una pequeña comunidad católica, que habita dentro de una zona habitada por una mayoría budista y musulmana. Él de inmediato empezó a crear lazos de amistad con la población, sobre todo con los no cristianos, en particular con los ancianos y los jóvenes con problemas de delincuencia y toxico-dependencia. La presencia de los católicos en Tailandia tiene un porcentaje realmente bajo, apenas el 0,1% sobre una población de 66,7 millones de habitantes, pero es rica en vitalidad y espíritu de iniciativa, sobre todo en el sector de la salud y la instrucción.

A continuación el testimonio del p. Pelosin para el Adviento

Queridos amigos:

Es de hace tiempo que no nos escuchamos, pero ahora me pongo a escribir, pasan todos ustedes por mi cabeza y agradezco al Señor porque ustedes son importantes para mí y para mi vida. Espero y ruego que esta carta los encuentre a todos con buena salud, serenos, reconciliados con Dios y con las personas que les están cerca. Es también la gracia que pido para mí y para todos ustedes, en ocasión de la festividad del nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo: que estemos en paz con Dios y en paz con todos.

Les resumo brevemente cuánto el Señor ha hecho en mi vida en el año que está concluyendo. El 9 de noviembre pasado he celebrado "en el corazón" y con gratitud el 36° año de misión en Tailandia. Como ya muchos saben, de hace casi dos años fui transferido de la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia (Pak Kret) donde estuve 26 años, a la iglesia de S. Marcos (Pathumthani).

Ya desde hace unos años trabajo en la asistencia de niños abandonados y de las favelas que pasó bajo la dirección de los Padres de la parroquia de Nuestra señora de la Misericordia. Ahora el p. Paolo Salamone, Pime, se ocupa directamente de este trabajo con los niños que un tiempo había tyo recibido, siempre están cerca de mí y hoy 6 de diciembre están todos aquí en S. Marcos vinieron a pescar en el laguito de a parroquia: está el que pesca, el que cocina en la parrilla ekl que come. Aquí hay tanto pescado bueno. Los más grandes, que ya de hace tiempo dejaron nuestras "Casas de la Esperanza", vienen con la compañera o el compañero, con la esposa y el niño recién nacido... me piden que bendiga su amor y sus hijos.

Aquí en Pathumthani, con la cooperación de las hermanas, 3 laicos, y a menudo con varios voluntarios trabajamos en 4 favelas: Wat Sake, Lat Lum Kew, Wat Kok, Wat Prai Fa. En Wat Sake y en Lat Lum Keit hemos reconstruido o reparado 17 casas que fueron arruinadas por el aluvión de hace dos años o dejadas abandonadas por la pobreza material o moral de los inquilinos. En Wat Sake damos el desayuno a 163 niños del jardín de infantes y de la primaria.

En Lat Lum Kew damos una comida acliente una vez a la semana a unos 30 ancianos. Visitamos con frecuencia a los ancianos abandonados y a sus hijos en la cárcel (por comercio con drogas, robos o violencias físicas). En Wat Sake el 14 de abril el obispo de Bangkok, inauguró un pequeño centro de ayuda a la gente; estaban presentes también las autoridades locales y 9 monjes budistas. El centro se llama "Centro de la Misericordia" y está al lado del monasterio budista. Pagamos 25 euros por año al abad del monasterio. En estos días el abad está en el hospital, enfermo gravemente de tumor; yo voy a menudo a visitarlo, rezo por él y él implora la bendición por mí y por nuestro trabajo con los pobres.

Cada martes en Wat Sake, leemos la Palabra de Dios, con unas 20 personas, sobre todo ancianas. Quisiéramos construir el tejido social a partir de la Palabra iluminante, sanadora y alentadora de Dios. El camino será largo... como los 40 años de los hebreos en el desierto. La semana pasada tuve también un encuentro con los jóvenes de wat sake, que a menudo se pegan hasta morir con otros grupos de jóvenes. La noche misma después del encuentro se volvieron a pegar... paciencia, ¡lo volveremos a intentar!

También en Lat Lum Kew, leemos la Palabra de Dios cada miércoles. Pronto iniciaremos esta importante actividad también en Wat Kok Prai Fa. Recuerden que toda la gente de esta comunidades son de religión budista y que tiene la idea fija en la cabeza que la situación moral y social depende del karma malo (acciones malas de sus vidas en un vida precedente...deben soportar y luego renacer otra vez, probando a mejorarse en la vida sucesiva).

Durante el año escolástico, cada sábado llevamos a los niños de las comunidades de wat Kok, Wat Pray Fa a la iglesia de S. Marcos para actividades formativas. Casi todos los niños de estas comunidades no tienen padres y viven con un abuelo o una abuela. Se pueden imaginar cuánto necesitan afecto y no sólo afecto... En los meses de abril y octubre, cuando las escuelas cierran, hacemos actividades todos los días con los maestros de 2 escuelas católicas y con los alumnos de las escuelas superiores. Durante estas actividades las mujeres católicas de la parroquia de S. Marcos y sus hijos vienen a dar de comer y servir a los niños pobres (no fue nada fácil llegar a estos resultados).

Otro trabajo que la Conferencia episcopal tailandesa me pidió que haga, ya desde hace algunos años es la formación misionera de los curas; hermanas, laicos y seminaristas. Aprovecho de este trabajo para llevar a todos los participantes a las favelas, a las prisiones, a las casas de detención de menores y en los asilos para gente con graves dificultades (ancianos abandonados, madres solteras, mujeres estupradas, minusválidos, ciegos). En este momento hay 8 seminaristas de varias diócesis de Tailandia que están trabajando en las favelas. Por 2 meses y medio. La ocupación principal es enseñar a leer a los niños, que ya en tercer o cuarto grado no saben aún leer su propia lengua thai.

Además de esto, aquí en Bangkok, como del resto en todo el mundo, hay muchísimos prófugos y trabajadores emigrantes de otras naciones, que a menudo encientran dificultad y es necesario encontrar tiempo y espacio para atenderlos y ayudarlos. Otro trabajo es la responsabilidad como superior del Instituto misionero tailandés que ahora está compuesto por 14 curas miembros y 2 curas asociados y 9 hermanas de diversas congregaciones que trabajan con nosotros en las misiones de Camboya y en el Norte de Tailandia con las tribus de las montañas. Tenemos también una decena de jóvenes interesados en hacerse misioneros.

Parte de este trabajo es dar lo necesario a varios centros que tenemos en el Norte de Tailandia, en la provincia de Chiang Rai: WianKen, Chieng saen, Chieng Kong, Mae Chan, Chieng Kan. Cada centro tiene muchos niños que hay que mantener y educar; estos niños son ayudados por varias organizaciones que quiero agradecer con esta carta: "Caritas Children" de Parma, "La oficina Adopciones Pime de Milán". "La Oficina misionera de Udine", "Agrega un lugar en la mesa" de Abbiategrasso, Oficina Misionera Pime Usa. El ayudar a hacer estudiar a lños niños pobres, sobre todo a los de las tribus de las montañas es una obra muy importante. Defendemos a estas criaturas inocentes de la explotación y de la esclavitud.

No puedo terminar esta carta, sin agradecer al Señor con ustedes, que me dio la posibilidad de tener tanta serenidad con  alguna turbulencia cada tanto, me dio una buena salud: nunca me quedé en la cama ni 1 solo día por enfermedad. El Seño me da tanta confianza en Él y no me deja faltar su presencia cada día (casi cada día....) y su amor. Cada día rezo "Señor guíame Tú, has que me deje guiar por ti".

A todos ustedes que leen esta carta y me acompañan con amor, les deseo puedan experimentar en este período de Adviento la unión con Dios que les hará sentir parte de la eternidad, porque el amor de Dios es eterno y no nos deja nunca, El signo de esta verdad es que Él se hizo hombre para hacernos divinos. Recen por mí y continúen ayudándome y ayudarnos como podamos.

(* Misionero del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras en Tailandia).

 

 

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