Nueva Delhi bloquea el comunicado final de la cumbre de la OCS: crece el aislamiento diplomático
Al término de la cumbre de ministros de Defensa de la Organización para la Cooperación de Shanghái, la India se negó a firmar la declaración conjunta, y denunció que no contiene una condena clara del terrorismo transfronterizo apoyado por Pakistán tras el atentado en Cachemira del 22 de abril. El enfrentamiento armado de principios de mayo abrió una nueva fase de acusaciones mutuas, pero por ahora es Islamabad el que está consolidando sus relaciones internacionales.
Nueva Delhi (AsiaNews) – La India se negó a firmar el comunicado conjunto al término de la cumbre de ministros de Defensa de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS) que se llevó a cabo en Qingdao (China), impidiendo así que fuera publicado. El ministro indio Rajnath Singh explicó que la decisión se debe a que el texto no contiene una posición clara y compartida contra el terrorismo transfronterizo, en particular el que es apoyado por Pakistán.
En su intervención, Singh criticó "el uso del terrorismo como instrumento de política exterior" y pidió a los países miembros de la OCS que evitaran "dobles raseros" y condenaran el fenómeno "con unidad y decisión". Se refirió luego explícitamente al atentado del 22 de abril en Pahalgam, en la Cachemira india, atribuido a una rama del grupo terrorista pakistaní Lashkar-e-Taiba (LeT). En respuesta, Nueva Delhi lanzó el 7 de mayo la Operación Sindoor, que posteriormente dejó al descubierto algunas debilidades del ejército indio. Hace pocos días un funcionario militar admitió que las pérdidas de la aviación fueron una consecuencia de la decisión política de no atacar la defensa aérea pakistaní.
El ministro Singh reiteró en la cumbre de la OCS que "la paz no puede coexistir con el terrorismo y con la proliferación de armas de destrucción masiva en manos de actores no estatales".
Los comentarios de Nueva Delhi se enmarcan en una larga serie de acusaciones cruzadas con Pakistán. La India denuncia desde hace años a su vecino como "epicentro mundial del terrorismo", acusándolo de albergar y financiar a grupos como Lashkar-e-Taiba y Jaish-e-Mohammed, responsables de numerosos atentados en Cachemira. Por su parte, Islamabad acusa a la India de financiar organizaciones armadas (como los independentistas baluchis o los talibanes pakistaníes) que diariamente llevan a cabo atentados contra funcionarios y militares.
El ejército pakistaní, por ejemplo, acusó a la inteligencia india de ser responsable de un atentado contra un autobús escolar en Khuzdar el 21 de mayo. Acusaciones similares se habían formulado en marzo por el atentado contra el tren Jaffar Express, que costó la vida a 64 personas. Y ayer mismo la India rechazó la acusación de estar detrás de un atentado que mató al menos a 13 soldados pakistaníes en Waziristán, en la frontera con Afganistán.
La semana pasada se hizo otra acusación contra Pakistán durante una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre la participación de niños en los conflictos armados y el embajador indio Parvathaneni Harish denunció el "uso cínico de las plataformas internacionales" que hace Pakistán para desviar la atención de sus propias violaciones de los derechos humanos y de los bombardeos transfronterizos.
Por su parte Islamabad afirma tener "pruebas irrefutables" de que la India está involucrada en actividades terroristas, como la confesión del ex oficial Kulbhushan Jadhav, arrestado por espionaje en 2016. Según las autoridades pakistaníes, varios expedientes presentados ante el Consejo de Seguridad contienen datos forenses e interceptaciones de supuestos contactos entre militantes y agentes indios. La reclusión de Jadhav, a quien no se le ha concedido acceso consular, como exigen las normas internacionales, sigue siendo uno de los muchos puntos de fricción entre ambos países.
Tras enfrentamiento armado de mayo con la India, Pakistán parece haber salido victorioso a nivel diplomático. El jefe del ejército, Asim Munir, se reunió con el presidente estadounidense Donald Trump, mientras que Delhi sigue repitiendo que no hubo mediación estadounidense que condujera al fin de las hostilidades. Pakistán desempeña también un papel destacado en las Naciones Unidas, donde preside el Comité de Sanciones contra los talibanes y ocupa la vicepresidencia del Comité contra el Terrorismo. El comandante del CENTCOM, el general Michael Kurilla, afirmó a principios de junio que Pakistán es "un socio extraordinario en la lucha contra el terrorismo", citando una serie de acciones contra la rama local del autodenominado Estado Islámico (IS-K).