Pandemia: el 86% de las vacunas utilizadas en América Latina proviene de Asia

de Silvina Premat

La vacuna más utilizada es Sinovac, producida por Beijing: los médicos brasileños pusieron en duda su eficacia. Le siguen la china Sinopharm y la rusa Sputnik. Los países más ricos, como Brasil, Chile, México y Argentina, son los favoritos para la distribución. Los países más pobres dependen del programa mundial Covax.

Buenos Aires (AsiaNews) - El 86% de las vacunas contra el Covid-19 utilizadas en América Latina y el Caribe son de origen asiático. Aunque los fármacos estadounidenses y europeos también circulan, las vacunas rusas y chinas son las que más se distribuyen en la región, que registra demoras en la campaña de inmunización.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 5 de marzo se habrían entregado unas 12.677.055 dosis en América Latina y el Caribe. De éstas, 5.9 millones corresponden a la vacuna china Sinovac y 1.9 millones a la Sinopharm, otro producto fabricado por Beijing. Poco más de 3 millones corresponden a la vacuna rusa Sputnik; 975.445 dosis, a la Pfizer-BioNTech, de fabricación estadounidense/alemana; y 750.870 a la anglo-suiza AstraZeneca.

Las dificultades en las negociaciones, que no se llevan adelante como bloque sino en forma bilateral, entre los laboratorios o gobiernos propietarios de las vacunas con las autoridades locales, retrasaron el arribo de los fármacos. A esto se suma un mapa de distribución inequitativo. Los países de la región destinatarios del 80% de las dosis arribadas son los más desarrollados: Brasil, Chile, México y Argentina.

El país a la cabeza de las vacunaciones es Chile, que lleva inoculados a unos cuatro millones y medio de ciudadanos, el 20% del total de la población chilena. En el 94% de los casos, lo hizo con la vacuna china. El gobierno de Sebastián Piñera participó del proceso de investigación del fármaco chino, a cambio de que su país fuera priorizado en la posterior distribución de unidades. Hacia fines de marzo, se completarán los envíos a Santiago de Chile, sumando diez millones de dosis de la vacuna Sinovac.

El país latinoamericano con mayor cantidad de muertes por Covid (unas 266.000) es Brasil, donde se producen varias vacunas, entre ellas la Sinovac. Ya se han aplicado unas diez millones de dosis chinas y Brasilia formalizó la compra de unos 30 millones más. Cabe recordar que en el mes de enero, un grupo de científicos brasileños había puesto en duda la eficacia de la vacuna Sinovac.

La Argentina y México cerraron acuerdos con Rusia para la provisión de la vacuna Sputnik V: 24 millones de dosis para los argentinos y 25 millones de dosis para los mexicanos, aunque las fechas de entrega no se precisaron. Ambos países se vieron perjudicados por los lentos y no tan voluminosos envíos desde Moscú o la India, donde también se produce la Sputnik V. Corrida por los compromisos políticos y el avance de la pandemia, la Argentina aceleró la compra de vacunas chinas de las que ya se recibieron unas 900.000 dosis. Algo similar está sucediendo en México.

Los más rezagados son los países más pobres. Colombia, Bolivia, República Dominicana, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua lentamente comienzan a recibir lotes no muy grandes de vacunas provenientes del COVAX. Se trata de la iniciativa de la OMS que se propone entregar dos mil millones de dosis a los países en vías de desarrollo antes de finalizar el 2021.

El contexto que acompaña la dispar distribución de las vacunas en América Latina y el Caribe es un cuadro de creciente pobreza. Es el resultado de la recesión económica provocada por la pandemia, que alcanzó niveles superiores a los registrados hace doce años, en la época de la crisis crediticia de los Estado Unidos. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), actualmente en la región hay 654 millones de personas pobres, es decir, el 33,7% de su población; otros 78 millones de latinoamericanos viven en condiciones de extrema pobreza.