23/01/2022, 16.07
VATICANO
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Papa: la Palabra de Dios revela su rostro y nos lleva al hombre

Este domingo de la Palabra de Dios el Papa Francisco confirió el ministerio de lectores y catequistas a un grupo de laicos, entre ellos dos mujeres de Pakistán y Corea del Sur. En el Ángelus anunció una jornada de oración el 26 de enero por la paz en Ucrania: “La fraternidad debe anteponerse a los intereses de las partes”.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La Palabra revela el verdadero rostro de Dios y al mismo tiempo nos lleva al hombre. Porque “la Sagrada Escritura no nos ha sido dada para entretenernos, para mimarnos en una espiritualidad angélica, sino para salir al encuentro de los demás y acercarnos a sus heridas”. El Papa Francisco entregó hoy a la Iglesia este mensaje, en el domingo en que la liturgia propone el pasaje evangélico del "primer sermón" de Jesús en la sinagoga de Nazaret y desde hace tres años - por voluntad del mismo Papa - se ha convertido en el domingo de la Palabra de Dios.

Francisco presidió la Misa en la Basílica de San Pedro, durante la cual confirió por primera vez los ministerios instituidos de lectores y catequistas a 16 laicos. Entre ellos, dos jóvenes mujeres de Asia: la pakistaní Sweety Iqbal y la coreana Na Young Kim. Al presentar a los nuevos lectores y catequistas, el Papa dijo: “Están llamados a la importante tarea de servir al Evangelio de Jesús, de anunciarlo para que su consuelo, su alegría y su liberación lleguen a todos. Esta es también la misión de cada uno de nosotros: ser anunciadores creíbles, ser profetas de la Palabra en el mundo. Por eso, apasionémonos por la Sagrada Escritura. Dejémonos escrutar interiormente por la Palabra de Dios, que revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarnos”.

Porque la Biblia - explicó Francisco en su homilía - revela quién es Dios realmente: "No es un tirano que se encierra en el cielo - ésa es una fea imagen de Dios - sino un Padre que acompaña nuestros pasos. No es un frío observador indiferente e imperturbable, un Dios “matemático”. Es el "Dios con nosotros", que se apasiona con nuestra vida y se identifica hasta llorar nuestras mismas lágrimas”. La Palabra de Dios "te habla para volver a encender la esperanza en medio de las cenizas de tus miedos, para hacer que vuelvas a encontrar la alegría en los laberintos de tus tristezas, para llenar de esperanza la amargura de tus soledades". Alimenta y renueva la fe porque “derriba los falsos ídolos, desenmascara nuestras proyecciones, destruye las representaciones demasiado humanas de Dios y nos muestra su rostro verdadero, su misericordia”.

Pero Jesús -recordó el pontífice- en la sinagoga de Nazaret también dice que "ha sido enviado para ir al encuentro de los pobres". Porque si la Palabra consuela por un lado, por el otro hace entrar en crisis esas justificaciones nuestras que siempre hacen depender del otro o de los otros lo que no funciona. Cuánto dolor sentimos -añadió- al ver morir en el mar a nuestros hermanos y hermanas porque no los dejan desembarcar. Y esto lo hacen algunos en nombre de Dios. La Palabra de Dios nos invita a salir al descubierto, a no escondernos detrás de la complejidad de los problemas, detrás del “no hay nada que hacer” o del “¿qué puedo hacer yo?” o del “es un problema de ellos o de él”. Nos exhorta a actuar, a unir el culto a Dios y el cuidado del hombre”.

La referencia al hoy como el tiempo de la Palabra de Dios fue también un tema central en las palabras que dirigió a los fieles desde la ventana de la plaza de San Pedro en la oración del Ángelus. Este recordatorio también es válido para la predicación - advirtió Francisco - porque sin la fuerza de este hoy, la predicación corre el riesgo de dejar el campo a "conferencias impecables, discursos bien construidos, pero que no mueven el corazón, y de esa manera todo queda como antes". “Por eso -añadió - quien predica, por favor, es el primero que debe experimentar el hoy de Jesús, para así poder comunicarlo en el hoy de los otros”.

El Papa volvió a sugerir después a los fieles que retomen el Evangelio todos los días, y en este año litúrgico, especialmente el Evangelio de Lucas,  con su anuncio de la misericordia. “Con el tiempo descubriremos que esas palabras están hechas a propósito para nosotros, para nuestra vida. Nos ayudarán a acoger cada día con una mirada mejor, más serena, porque, cuando el Evangelio entra en el hoy, lo llena de Dios”.

Al terminar el Ángelus, Francisco anunció para el miércoles 26 de enero una jornada de oración por la paz en Ucrania ante las nuevas tensiones que cuestionan la seguridad en Europa y en el mundo. “Hago un sentido llamamiento a todas las personas de buena voluntad, para que eleven oraciones a Dios omnipotente, para que cada acción e iniciativa política esté al servicio de la fraternidad humana, antes que a los intereses de las partes". Luego, refiriéndose al decreto del viernes pasado que proclamó a san Ireneo doctor de la Iglesia, Francisco señaló a los fieles que él era un puente de unidad entre Oriente y Occidente y que nos alienta a “trabajar juntos por la unidad plena de los cristianos”.

 

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