04/03/2023, 13.52
MUNDO RUSO
Enviar a un amigo

Repensar el mundo según el Evangelio

de Stefano Caprio

Todos desean que termine la guerra, pero no puede ser solo una cuestión de rendición o compromiso, identidad y predominio en el campo de batalla. Es una guerra interna, que se desarrolla en las iglesias y en las conciencias, en las universidades y en las escuelas, en las calles y en los hogares de todos los países de Oriente y Occidente.

Según las costumbres rusas, la primavera comienza en marzo, aunque las heladas invernales pueden seguir cubriendo la tierra hasta mayo. Sin embargo, los días se alargan y eso permite empezar a pensar cómo afrontar el nuevo año, que hasta ese momento permanecía oculto en la oscuridad. Y en las circunstancias actuales de la guerra rusa en Ucrania, congelada desde noviembre a orillas del río Dnipro, los ánimos recuperan calor para encontrar sentido a la inmensa destrucción y la pérdida innecesaria de cientos de miles de vidas.

Los grandes de la tierra se encuentran y se sondean en la India, donde parece ser noticia hasta un intercambio de miradas entre el secretario estadounidense Blinken y el ministro ruso Lavrov. La impotencia de las armas, cada vez menos eficaces y cada vez más reprochadas por uno y otro bando, se consuma en el ballet de drones que se lanzan unos a otros entre ataques a la población indefensa y provocaciones para desatar la furia beligerante de quienes quisieran ejecutar de una vez por todas la masacre y aniquilar al enemigo. Putin observa con aprensión desde su búnker el imparable ascenso del "cocinero" Prigozhin, el alma negra de la Rusia mercenaria que fascina incluso a los adolescentes rebeldes.

Al tiempo que están a la expectativa de los movimientos de los ejércitos, los ortodoxos también comienzan los ayunos y oraciones cuaresmales, recitando en las iglesias de Rusia y Ucrania el Gran Canon Penitencial de San Andrés de Creta. El texto patrístico, sumamente popular, está compuesto por nueve cánticos que resumen los relatos bíblicos desde la creación del mundo hasta la Asunción de Nuestro Señor Jesucristo, reescribiendo toda la historia de la humanidad y especialmente la historia de la salvación. Se canta en cuatro partes durante las vísperas de los primeros días de Cuaresma para expresar el dolor causado por los muchos pecados de los hombres: "¿Por qué acto de mi vida me pondré a llorar? / ¿Qué notas escribiré como preludio de mi lamento? / Yo no imité la justicia de Abel / He dilapidado las riquezas de mi vida en el vacío sin fondo / Yo soy el desgraciado a quien los ladrones asaltaron / Y ladrones son mis pensamientos, que me golpean y me hieren”, concluyendo siempre con la invocación “Inclínate sobre mí, Cristo Salvador”.

El Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Su Beatitud Svjatoslav Ševčuk, expresó el deseo de que "todo el mundo cristiano haga una evaluación real de la ideología del Mundo Ruso, porque si esta forma de genocidio fue generada por una Iglesia cristiana, entonces es justo dudar de toda la eclesialidad, de toda la forma histórica del cristianismo”. El patriarca de los uniatos, como recuerdan sus fieles en las liturgias, compara la propaganda bélico-religiosa de los moscovitas con las expresiones del islamismo radical, frente a las cuales "hasta los eruditos musulmanes han encontrado la fuerza para rechazar y condenar esta ideología".

El reclamo de Shevčuk consiste, según sus palabras, en "un desafío del tiempo presente a todo el mundo cristiano", que no se puede descartar apresuradamente como una sumisión de la Iglesia rusa a la voluntad del dictador, sino que debe interpelar a todos sobre la "auténtica fidelidad al Evangelio de Cristo para el hombre del tercer milenio, tarea que va más allá de los límites de las Iglesias individuales”. Debemos buscar juntos "los anticuerpos de la conciencia cristiana", comenzando por escrutar la propia alma con el espíritu penitencial de la Cuaresma. En el Sermón de la Montaña, Jesús amonesta: "Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, recuerdas en ese momento que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda". No dice si le guardas rencor, sino si eres consciente de que tú lo has ofendido.

Sin dejarnos cegar por el polvo de la propaganda de Estado sobre las "provocaciones de la OTAN y Occidente" y "la dominación de los potentados económicos de la globalización", o por los destellos igualmente grotescos de la propaganda patriarcal contra "ceder a la ideología de género" y la "destrucción de los valores tradicionales", es necesario responder con sinceridad al desafío del arzobispo de Kiev, en el espíritu del Evangelio. ¿Qué es lo que enoja tanto al hermano ruso, con respecto al hermano ucraniano o al hermano occidental? ¿Cómo podemos reconciliarnos con él, para evitar que el conflicto se vuelva más trágico?

Condenar al "mundo ruso" sólo consigue su ulterior afirmación, insistiendo en la incompatibilidad entre los cristianos de las dos orillas. La "civilización cristiana tradicional" de Moscú no puede ni debe ser incompatible con la "decadencia" de Europa y Estados Unidos, presas del liberalismo laicista. Es una imagen desdibujada por la violencia del poder y por los delirios de grandeza de las castas intocables de oligarcas y funcionarios de regímenes políticos, o las pretensiones de éxito de los amos de los mercados. No existe una “Rusia sin pecado” contra un “Occidente inmoral”, sino que debemos volver a la admisión de San Andrés de Creta, “ladrones son mis pensamientos”, todos somos igualmente culpables ante Dios.

Si no hay duda sobre los roles del agredido y del agresor, del invasor y del que resiste, además de estas consideraciones militares y geopolíticas la conciencia cristiana requiere sobre todo de la desmitificación de la culpa y la inocencia, lo que el historiador y teólogo inglés Joshua T. Searle llama una "operación teológica especial". Tenemos que preguntarnos si realmente la ortodoxia cristiana, y no sólo la de los rusos, es tan incompatible con el liberalismo occidental, y ésta es una cuestión que no se puede reducir a los ataques bélicos de 2022, sino que requiere una síntesis de la relación entre el cristianismo y el mundo moderno.

Todos desean que termine la guerra, pero eso no puede ser sólo una cuestión de rendición o compromiso, identidad y dominio en el campo de batalla. Se trata de una guerra interior, que se desarrolla en las iglesias y las conciencias, en las universidades y en las escuelas, en las calles y en los hogares de todos los países de Oriente y Occidente. Searle lanza la provocación de que “el humanismo laico de la Europa contemporánea es esencialmente más cristiano que el nacionalismo religioso del Kremlin”, y de muchos otros regímenes teocráticos o “sinfónicos”. El ateísmo latente del laicismo, al que parecen adecuarse protestantes y católicos, choca con el ateísmo sacrílego de quienes supeditan a Dios a un proyecto político y de poder, o tan sólo a una afirmación de sí mismos contra el mundo entero. Como explica el profesor del multiétnico Sturgeon College, “el nacionalismo cristiano no tiene nada que ver con la auténtica doctrina cristiana ortodoxa. Debe su aparición a un resurgimiento de mitos paganos sobre la sangre y la tierra, y desde luego no a la tradición bíblica de la dignidad y la libertad del hombre y del pueblo”.

Muchos han contribuido a alimentar el mito de la "Rusia santa" y del "renacimiento religioso", incluso en Occidente, inspirándose tal vez en las profecías de la Virgen de Fátima. Ha llegado el momento de reconocer también esta culpa, que une a rusos y ucranianos, europeos y americanos: querer reintroducir la religión en el mundo actual como factor de conflicto con otras ideologías y estilos de vida, o bien homologarla con ellos, como si fueran las dos caras de la misma moneda. Las relecturas de la historia antigua y medieval que están en la base de las justificaciones morales de las acciones bélicas, también pueden influir en el presente, incluso admitiendo que con la historia siempre se requiere una confrontación no improvisada. En realidad lo que hace falta es una actitud honesta para interrogarse sobre el presente a partir de la propia condición y de la propia identidad, antes de señalar con el dedo al presunto o inevitable adversario.

La Santa Rusia de Putin es un ideal que atrae y fascina, en diferentes versiones, a muchos sectores conservadores de la Iglesia Católica y comunidades evangélicas, diseminados por todo el planeta. Será posible dialogar con Rusia, más allá de los resultados de la guerra, sólo cuando seamos capaces de confrontarnos sobre estas dimensiones del alma. El famoso predicador estadounidense Pat Buchanan, inspirador de tanta política occidental, tras la anexión de Crimea en 2014 definió a Putin como "un verdadero cruzado cristiano", que había sabido "izar la bandera rusa sobre los principios del cristianismo tradicional", y no se pueden subestimar las corrientes más o menos ocultas de esta mentalidad típica de la "Iglesia militante", que unió a cristianos y comunistas en el siglo pasado.

No es de extrañar que la propaganda de Putin se abra camino con tanta facilidad en las sociedades occidentales, comenzando por los sectores políticos extremos de derecha e izquierda, unidos en la nostalgia de las barricadas estudiantiles y los enfrentamientos callejeros de su juventud. El sustrato religioso-ideológico es igualmente evidente en lo que los rusos llaman despectivamente “propaganda LGBT”, es decir, en las reivindicaciones de derechos entendidos como victorias bélicas, más que como reconocimiento de la realidad personal y comunitaria. El verdadero liberalismo no desprecia ni ofende las tradiciones, el verdadero tradicionalismo no oprime las conciencias y las comunidades, y por lo tanto no invade a los países vecinos.

"MUNDO RUSO" ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A RUSIA

¿QUIERES RECIBIRLO TODOS LOS SÁBADOS EN TU CORREO? SUSCRÍBETE AL BOLETÍN EN ESTE ENLACE

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Poroshenko: sólo el Patriarca Bartolomé puede ayudar a la Iglesia de Ucrania a unirse
30/07/2016 13:00
El patriarca ecuménico Bartolomé condena la invasión de Ucrania
25/02/2022 14:04
Tras el bombardeo de la catedral, 300 sacerdotes ortodoxos piden una ruptura definitiva con Moscú
28/07/2023 11:17
La Iglesia ortodoxa rusa rechaza oficialmente el Concilio de Creta como pan-ortodoxo
18/07/2016 16:12
El Papa Francisco, Bartolomé I y el arzobispo Hieronymos quizás estarán con los migrantes de Lesbos el 14 y 15 de abril.
06/04/2016 10:50


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”