Tailandia: El compromiso de las diócesis con los presos

Los agentes pastorales que ejercen su ministerio en las cárceles se reunieron estos días en Bangkok para su encuentro nacional. Las personas privadas de su libertad es uno de los grupos más marginados de la realidad local. Obispo de Chiang Rai, Mons. Wuthilert Haelom: "Estar con ellos no es solo un servicio social, sino una expresión viva de la misericordia de Dios".

Bangkok (AsiaNews) - La Conferencia sobre la pastoral carcelaria en Tailandia reunió en los últimos días en la casa de los Oblatos de María Inmaculada en Sam Phran a representantes de varias diócesis del país unidos por la misión compartida de ofrecer compasión, esperanza y ayuda espiritual a las personas privadas de su libertad. Este importante encuentro ha puesto de manifiesto el espíritu de colaboración y la dedicación inquebrantable de la Iglesia católica en el servicio a los detenidos, que son una de las comunidades más marginadas de la sociedad tailandesa.

Organizado por el ministerio de pastoral penitenciaria de Cáritas Tailandia, el encuentro se llevó a cabo en colaboración con la Comisión Católica Nacional para las Migraciones (NCCM), Ayuda a la Iglesia que Sufre y Missio. Fue una plataforma dinámica para que los equipos de pastoral penitenciaria de las diferentes diócesis intercambiaran experiencias, compartieran estrategias y abordaran desafíos, profundizando al mismo tiempo la colaboración y el apoyo espiritual.

Entre los participantes también se encontraban miembros del personal del programa de evangelización y desarrollo comunitario de la Saint Martin Foundation de Nonthaburi, uno de los suburbios de Bangkok, quienes participaron junto al P. Joseph Briones, misionero del Pime y director de esta fundación.

En su discurso de apertura, Mons. Joseph Wuthilert Haelom, obispo de Chiang Rai y apasionado defensor del ministerio penitenciario, destacó la profunda vocación cristiana de cuidar de estas personas que a menudo son olvidadas por la sociedad. "Esta obra no es solo un servicio social - dijo - es una expresión viva de la misericordia de Dios. Cuando visitamos a quienes están en prisión, encontramos a Cristo en su forma más herida y abandonada. La Iglesia debe estar presente allí donde hay dolor y aislamiento, para recordar a cada persona su dignidad de hijo de Dios". Su emotivo mensaje marcó el tono espiritual de toda la conferencia, centrando a los participantes en las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo: "Estuve en la cárcel y me visitaste" (Mt. 25,36).

Los presentes — sacerdotes, religiosos y voluntarios laicos activamente involucrados en la pastoral carcelaria — participaron en talleres, testimonios y celebraciones litúrgicas. También visitaron la Cárcel Central de Bang Kwang, una gran estructura que tiene su sede en Nonthaburi. Estas actividades confirmaron el compromiso de la Iglesia con el desarrollo humano integral, la justicia restaurativa y la dignidad intrínseca de cada persona, independientemente de las circunstancias.

La conferencia también señaló el compromiso de la Iglesia para mejorar las condiciones carcelarias, ofrecer atención pastoral y colaborar en los procesos de reinserción, así como en la cercanía a las familias de los detenidos. Las historias de transformación y redención que se compartieron en el encuentro pusieron de manifiesto el poderoso impacto que pueden tener el acompañamiento espiritual constante y la solidaridad humana.

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