Tokyo triplica la 'tasa de salida' contra el turismo de masas
El gobierno japonés aumentará la tasa que paga cada turista extranjero en el momento de salir del país de mil a 3 mil yenes, con el propósito de contrarrestar el exceso de turismo (overtourism) que se concentra sobre todo en Tokyo, Osaka, Kyoto, Hokkaido y Fukuoka. La nueva medida se propone limitar la sobrepoblación, favorecer las economías regionales y promover un turismo más sostenible. Aunque los ingresos generados por el turismo siguen siendo un pilar de la economía japonesa.
Roma (AsiaNews/Agencias) - La "tasa turística internacional" que deben pagar todos los viajeros que salen de Japón se triplicará en los próximos meses por decisión de la Comisión para la Política Turística del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), encabezado por Sanae Takaichi. De los actuales 1000 yenes (alrededor de 5,56 euros), la cuota subirá a 3 mil yenes (alrededor de 16,7 euros). La medida fue aprobada ayer y podría entrar en vigor cuando comience el próximo año fiscal, en abril de 2026. El objetivo de esta decisión es contrarrestar el turismo masivo que afecta sobre todo a las prefecturas de Tokyo, Osaka, Kyoto, Hokkaido y Fukuoka, donde se concentra el 73% de las pernoctaciones.
La nueva coalición de gobierno podrá incluir el aumento en el borrador de política fiscal a fin de año. La tasa, que no hace distinciones de nacionalidad, generalmente se incluye en los precios de los pasajes de avión y se suma al significativo incremento que ya se introdujo hace dos años en el Japan Rail Pass, el billete que permite viajes ilimitados durante una semana a los turistas extranjeros en trenes y otros medios de transporte. Según datos de la Agencia Japonesa de Turismo, en el año fiscal 2024 la tasa que pagaron los turistas salientes generó ingresos por 52,4 mil millones de yenes (alrededor de 261,6 millones de euros). Ese mismo año se registró el récord histórico de visitantes internacionales - 36,9 millones - lo que supone un aumento del 47,1% respecto a 2023. El crecimiento se había detenido solo en 2020 debido a la pandemia de Covid-19. En marzo del año pasado el ex primer ministro Ishiba anunció un plan para recibir a 60 millones de visitantes para 2030.
El aumento de la "tasa turística internacional" - incrementada a 5000 yenes (alrededor de 27,8 euros) para los pasajeros que viajan en clase business o superior - tiene como objetivo contrarrestar el fenómeno del turismo masivo, que está provocando un creciente malestar en los ciudadanos de las prefecturas más afectadas por un hacinamiento generalizado, en un evidente desequilibrio geográfico.
Sin embargo, Tokyo no puede permitirse poner freno al sector turístico, pilar de la economía nipona. Los ingresos relacionados con el turismo ascendieron a 5,3 billones de yenes (más de 29 mil millones de euros) en 2023. La Comisión de Política Turística mantiene al mismo tiempo sin alteraciones el sistema de exención de impuestos para las compras de los visitantes internacionales que se considera fundamental para estimular el consumo. Incluso algunos miembros del gobierno han pedido protección para los turistas y las empresas del sector.
El exceso de turismo (overtourism) en Japón se registra sobre todo en las prefecturas de Tokyo, Osaka, Kyoto, Hokkaido y Fukuoka, donde los ciudadanos denuncian congestiones y aglomeraciones sin precedentes en las zonas residenciales y lugares de trabajo. Esto ha afectado negativamente la vida cotidiana, sobre todo en el hacinamiento del transporte público - lo que realmente produce molestias a los que viajan diariamente - en la contaminación acústica y en la gestión de residuos. Las repercusiones influyen tanto en la vida de los residentes japoneses como en la posibilidad de que los visitantes internacionales puedan tener una experiencia satisfactoria. Por eso las instituciones, tanto a nivel local como nacional, están adoptando medidas para limitar el fenómeno. La redistribución beneficiaría a las economías regionales y al mismo tiempo mejoraría la calidad de vida local en las prefecturas más turísticas.
Kyoto, por ejemplo, ha introducido un Código de Conducta Turística, con el propósito de lograr un "equilibrio armonioso" entre la vida de los ciudadanos y los turistas. El objetivo central de estas iniciativas es superar el desequilibrio geográfico, principal efecto del turismo masivo. Kyoto, una de las ciudades más visitadas por su encanto histórico y artístico, ha implementado autobuses exprés a los sitios de interés para distribuir el flujo turístico y aliviar la carga del transporte público. Otro ejemplo es el Castillo de Himeji, patrimonio de la humanidad Unesco desde 1993, en la prefectura de Hyōgo, que está considerando un fuerte aumento del precio de las entradas para visitantes extranjeros, a fin de desincentivar las visitas y redirigir el turismo hacia las zonas rurales, prácticamente olvidadas.
También se han implementado otras soluciones. Desde 2024 varias aerolíneas y empresas de turismo japonesas, como Japan Airlines y Hoshino Resorts, colaboran para promover las visitas a regiones menos conocidas. Okinawa ha lanzado la aplicación Okimeguri para optimizar el turismo. El software utiliza la inteligencia artificial para señalar la congestión en los lugares turísticos, mediante el análisis de datos meteorológicos y de tráfico de años anteriores.
El overtourism también es un desafío urgente para el gobierno nacional. En el presupuesto suplementario para el año fiscal 2024 se asignaron 15,82 mil millones de yenes (alrededor de 88 millones de euros) a "Medidas de emergencia para prevenir y mitigar el turismo excesivo y mejorar la acogida de los visitantes extranjeros".
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