Wenzhou: fuegos artificiales para celebrar el arresto de cristianos

Cuando faltan pocos días para la Navidad, en una localidad a la que se suele llamar "Jerusalén de Oriente", en Zhejiang, se está llevando a cabo una gigantesca redada de las fuerzas de seguridad contra una comunidad protestante que se negaba a exhibir la bandera de la República Popular China, tras haber luchado durante años contra el retiro de las cruces. China Aid: arrestaron 20 personas, una señal inquietante para todas las iglesias "no oficiales".

Milán (AsiaNews) - Un espectáculo pirotécnico la noche del 15 de diciembre iluminó repentinamente la plaza del gobierno de Yayang, una localidad del condado de Taishun en Wenzhou, en la provincia de Zhejiang. Era un hecho insólito, porque en esa fecha no se celebraba ninguna festividad o celebración oficial y las autoridades locales habían organizado un festejo de un millón de yuanes. El acontecimiento ha planteado bastantes preguntas en las redes sociales, a las cuales cuentas diligentes cercanas al Partido han respondido que se trataría de una «celebración espontánea de las masas por la represión del crimen violento». Y así es como ha conocido la verdad: en los días previos, Yayang ha sido escenario de una nueva y violenta operación de represión contra los cristianos de Wenzhou, la ciudad que precisamente por su larga historia y fidelidad es llamada también la “Jerusalén de Oriente”.

Wenzhou es la ciudad donde incluso el sacerdote “oficial” puesto por las autoridades al frente de la diócesis, el P. Ma Xianshi, hoy está siendo juzgado por acusaciones de “corrupción” debido a la impresión de un libro de cantos religiosos, cosa que los fieles locales consideran totalmente inverosímil, y consideran más probable que le estén haciendo pagar una insuficiente fidelidad a la línea del Partido. La historia de los fuegos artificiales se refiere, en cambio, a la Yayang Assembly, una iglesia protestante local, y ha sido reconstruida detalladamente por China Aid, el sitio con sede en Estados Unidos mejor informado sobre la vida de las comunidades evangélicas clandestinas chinas.

Desde el 13 de diciembre más de mil agentes procedentes de diversas zonas de Zhejiang habrían sido enviados a Yayang para llevar a cabo arrestos masivos. En pocos días, cientos de personas fueron detenidas para ser sometidas a interrogatorio y al menos 20 quedaron arrestadas. Las autoridades han clausurado el acceso a la iglesia, confiscaron bienes personales e impusieron un rígido control de la información online. Incluso los comentarios que vinculaban los fuegos artificiales con los arrestos fueron rápidamente eliminados de las redes sociales chinas y reemplazados por eslóganes políticos que justifican la operación como una campaña contra el crimen organizado.

Uno de los principales objetivos son dos líderes religiosos locales, Lin Enzhao (58 años) y Lin Enci (54 años), acusados de “provocar altercados y problemas”, la definición que se usa en China contra cualquier forma de disenso. En realidad, ambos son conocidos por haber defendido la autonomía de la iglesia de Yayang, oponiéndose en el pasado a la demolición de las cruces. Y hoy habrían hecho frente a la instalación forzada de la bandera nacional china a la entrada de los edificios religiosos.

Según fuentes locales, la operación sería el resultado de tensiones acumuladas a lo largo del tiempo entre la comunidad cristiana y las autoridades, sobre todo en relación con las políticas estatales que apuntan a la “sinización” de la religión, imponiendo símbolos y valores políticos en los espacios de culto.

En los últimos diez años, los cristianos de Yayang se han distinguido por una fuerte resistencia a las restricciones del gobierno, y se han convertido en un caso “sensible” para las autoridades locales. El 18 de diciembre, después de los arrestos, el gobierno organizó una manifestación oficial, mostrando fuerzas armadas y equipamiento para intimidar a la población y justificar la represión como una operación de seguridad pública. Actualmente muchas actividades religiosas han sido suspendidas, la comunicación entre los fieles está obstaculizada y la situación sigue siendo poco clara. Para muchas iglesias no oficiales en China, lo ocurrido en Yayang en esta Navidad es considerado una señal alarmante más de una represión cada vez más sistemática y oculta.