Yakarta destina miles de millones a los bancos, lo que según los expertos supone un riesgo de inflación y especulación
El Gobierno, a través del Ministerio de Finanzas, ha dispuesto la asignación de más de 12.000 millones de dólares a cinco entidades de crédito. Se proporcionarán mediante el sistema de «depósito a la vista» y también se aplicarán a las finanzas islámicas. Escepticismo y dudas sobre la eficacia real, la lógica de la medida y el impacto real en la economía.
Yakarta (AsiaNews) - El Gobierno indonesio, a través del Ministerio de Finanzas, ha dispuesto la asignación de fondos estatales por un valor total de 200 billones de rupias (12 200 millones de dólares) a cinco importantes entidades crediticias del país. Una directiva emitida en virtud del decreto ministerial (Kmk) n.º 276/25, para reforzar la liquidez bancaria y estimular el crecimiento económico, aunque no faltan voces críticas de expertos y economistas, según los cuales la decisión corre el riesgo de aumentar la inflación sin beneficios reales. El titular del ministerio, Purbaya Yudhi Sadewa, confirmó la entrega del dinero el pasado 12 de septiembre mediante el sistema de «depósito a la vista» y afecta tanto a los fondos convencionales como a las finanzas islámicas, por un período de seis meses que puede prorrogarse sin mecanismo de subasta.
El dinero se ha repartido según el siguiente esquema: Bank Rakyat Indonesia (Bri), 55 billones; Bank Mandiri, 55 billones; Bank Negara Indonesia (Bni), 55 billones; Bank Tabungan Negara (Btn), 25 billones; Bank Syariah Indonesia (Bsi), 10 billones. Con un tipo de interés del 80,476 % del tipo BI (actualmente al 5 %), el gobierno obtendrá un rendimiento aproximado del 4,02 % anual.
La colocación de los fondos no puede utilizarse para adquirir títulos del Estado (Sbn). Además, los bancos beneficiarios están obligados a presentar informes mensuales a la Dirección General del Tesoro del Ministerio de Finanzas. La mitigación del riesgo está garantizada por un mecanismo de «cargo directo» sobre las reservas obligatorias (GWM) de las entidades en el Banco de Indonesia, en caso de que estas no devuelvan los fondos. También se tienen en cuenta los análisis de mercado, las recomendaciones de las autoridades competentes y la supervisión interna del Gobierno.
En esta primera fase, el mercado ha acogido favorablemente la propuesta del Gobierno. Rully Arya Wisnubroto, director de investigación y economista jefe de Mirae Asset, explicó que «acelerará» la recuperación económica en el tercer y cuarto trimestre de 2025 mediante «una mayor intermediación bancaria y un aumento de los préstamos al sector real». Del mismo modo, Oktavianus Audi, vicepresidente de Equity Retail de Kiwoom Sekuritas Indonesia, señaló que podría tener tres efectos principales: aumento de la liquidez, señales de inflación y crecimiento productivo del crédito.
Sin embargo, no faltan las voces críticas de quienes dudan de la eficacia real de la medida, que, por el contrario, corre el riesgo de agravar los problemas. En una carta a AsiaNews, Wisnu Rosariastoko, operador de un banco privado de Yakarta, explica que la decisión del Ministerio de Finanzas, anunciada como un paquete de estímulos para reactivar el crecimiento económico, ha sido recibida en realidad con escepticismo por economistas y expertos. De hecho, existen dudas sobre su eficacia real, la lógica en la que se basa la medida y su posible impacto en la economía.
El aspecto más sorprendente de esta política es la restricción impuesta a los bancos comerciales que les prohíbe utilizar los fondos depositados para comprar títulos del Estado: Sbn o Sbi. Esta restricción desafía la lógica, ya que los títulos del Estado se consideran una de las opciones de inversión más seguras y líquidas para los bancos. Al impedir que los bancos inviertan en estos títulos, el gobierno los obliga esencialmente a mantener liquidez sin utilizar o a explorar opciones de inversión más arriesgadas.
Esta restricción puede tener varias consecuencias indeseables, entre ellas: la reducción de los préstamos al sector privado, el aumento de la asunción de riesgos y la asignación ineficiente de los recursos. También existen dudas sobre si esta política generará dinero sin utilizar, lo que puede alimentar aún más la inflación si no se gestiona correctamente. Si los bancos mantienen un exceso de liquidez, podrían verse tentados a conceder más préstamos, lo que reforzaría, al menos potencialmente, las presiones inflacionistas.
Además, la restricción de las inversiones en bonos del Estado podría dar lugar a una asignación errónea de los recursos, ya que los bancos podrían verse obligados a mantener liquidez que, en realidad, se utilizaría de forma más rentable si se inyectara en la economía real. Por último, los riesgos potenciales asociados a este enfoque podrían incluir presiones inflacionistas y burbujas especulativas. La atención de la política a la inyección de liquidez en el sector bancario, sin abordar los problemas estructurales subyacentes, solo proporciona un alivio temporal en lugar de una solución sostenible a largo plazo.
06/07/2022 15:43