22/10/2022, 18.27
CHINA-VATICANO
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Anunciaron la segunda renovación del acuerdo sobre el nombramiento de obispos

de p. Gianni Criveller *

El P. Criveller, misionero y sinólogo del PIME, comenta: "Nuevamente un acuerdo provisional, después de dos años en los que sólo se nombraron dos obispos. Las restricciones a la práctica religiosa se aplicaron con una severidad sin precedentes". Dudas sobre la sinceridad de la parte china en el diálogo en curso.

Roma (AsiaNews) - La Santa Sede oficializó hoy la renovación del acuerdo con China en materia de nombramiento de obispos. Un anuncio acompañado de dos entrevistas en las que también se abordan los elementos críticos del acuerdo.

Al referirse en particular a la presencia de sólo seis obispos, el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, declaró a Vatican News: "Son las primeras, mientras que otros procedimientos están en curso. Al mismo tiempo, somos conscientes de que todavía hay muchas diócesis vacantes y otras que tienen obispos muy mayores. También hay diócesis en las que el camino hacia la reconciliación, tan deseado por el Papa Francisco, está marcando el ritmo. Por último, hay diócesis en las que, a pesar de los esfuerzos y la buena voluntad, no se logra mantener un diálogo fructífero con las autoridades locales. Esperamos vivamente que en los próximos dos años podamos seguir identificando buenos candidatos al episcopado para la Iglesia en China según el procedimiento establecido. Obviamente, no ocultamos las no pocas dificultades que afectan a la vida concreta de las comunidades católicas, sobre las que ponemos nuestra máxima atención, y para cuya buena solución son necesarios nuevos pasos adelante en una relación de colaboración que tiene muchos protagonistas: la Santa Sede, las autoridades centrales, los obispos con sus comunidades, las autoridades locales.".

En diálogo con la agencia Fides, el cardenal Luis Antonio Tagle, del Dicasterio para la Evangelización, también se refirió al significado global del acuerdo: "La Santa Sede nunca ha hablado del acuerdo como la solución a todos los problemas. Siempre se ha percibido y afirmado que el camino es largo, puede ser agotador y que el propio acuerdo podría dar lugar a malentendidos y desorientación. La Santa Sede -continuó el cardenal- no ignora ni minimiza la divergencia de reacciones entre los católicos chinos ante el acuerdo, donde la alegría de muchos se entremezcla con la perplejidad de otros. Forma parte del proceso. Pero siempre hay que ‘ensuciarse las manos’ con la realidad de las cosas tal y como son".

A continuación, la primera parte de un comentario sobre la renovación de este Acuerdo por el P. Gianni Criveller, misionero y sinólogo del PIME:

Como fue anticipado ya en los últimos meses por el Papa Francisco y el Card. Pietro Parolin, el acuerdo entre la Santa Sede y la República Popular China ha sido renovado por otros dos años: así lo anunció hoy la oficina de prensa del Vaticano.

Se trata de una renovación provisoria: es un detalle interesante porque, por lo que sabemos, los planes originales para 2018, año en que se firmó el acuerdo, contemplaban una posible prórroga de dos años (que de hecho ocurrió en 2020) y luego una formalización estable del acuerdo, o su suspensión. Escribimos esto con reservas porque no nos basamos en documentos escritos, pero lo afirmamos en base a la información recibida oportunamente de fuentes autorizadas.

Después de dos años, en el mes de octubre de 2022, el acuerdo no se ha suspendido ni se ha confirmado definitivamente. Se trata de una renovación provisional. Es una clara señal de que, al menos por parte del Vaticano -el único del que tenemos declaraciones públicas al respecto-, existe una voluntad de continuar el diálogo pero también cierta insatisfacción con los resultados obtenidos. Creemos que la Santa Sede no renovó el acuerdo a la ligera, sino con una aguda conciencia de la responsabilidad histórica y de lo mucho que está en juego para la vida de los creyentes, la fe y la evangelización en China.

El cardenal Parolin había dicho el 11 de abril que esperaba que las negociaciones en curso dieran lugar a aclaraciones e incluso a la "revisión de algunos puntos". No sabemos si estos deseos legítimos se han cumplido. Tememos que no.

Por su parte, el propio Papa, en al menos dos ocasiones, el primero de septiembre de 2021 y en una entrevista con Reuters el pasado mes de julio, había afirmado que las cosas marchaban lentamente y que los resultados estaban por debajo de las expectativas. Sin embargo, el Papa también dijo que algo se había hecho, es decir, algunos nombramientos, y que era necesario avanzar en el camino del diálogo. Añadió que hay que tener en cuenta el ritmo de China, que calificó de lento, porque este país tiene una larga perspectiva histórica y no tiene prisa.

Los observadores y funcionarios del Vaticano sugirieron que la pandemia, que impidió los contactos directos durante más de dos años, habría contribuido en cierta medida al limitado éxito del acuerdo. Sin embargo, como el contenido sigue siendo secreto, es difícil evaluar con precisión los resultados.

En un artículo reciente (ver: (https://www.asianews.it/notizie-it/Accordo-Cina-Vaticano:-i-vescovi-ordinati-e-le-diocesi-vacanti-56227.html ) , AsiaNews hizo un repaso de los nombramientos episcopales tras el acuerdo: sólo son seis, de los cuales al menos dos ya estaban decididos antes del acuerdo. Además, seis obispos tomaron posesión de sus diócesis, tres no oficiales y por tanto reconocidos por el gobierno; y tres oficiales que aún no habían entrado en las diócesis que le fueron asignadas.

Hay que recordar que, antes del acuerdo, junto a los casos reprobables de elecciones ilegítimas (es decir, no reconocidas por la Santa Sede), había casos en los que la Santa Sede y las autoridades chinas convergían en la misma persona, de manera autónoma. O una de las partes, después de un tiempo, reconoció la elección de la otra. Por tanto, el nombramiento consensuado de obispos no debería ser siempre tan difícil.

Sólo hubo dos nombramientos en 2021 y ninguno en 2022. El resultado es muy modesto, y debe compararse con el gran número de diócesis que siguen sin obispo: al menos 36, más de un tercio de las 96 diócesis reconocidas por el gobierno en China.

Esta situación no resuelta demuestra que el acuerdo no es un motor que haya puesto en movimiento la vida eclesiástica en China. Deberían ser los mejores años para nuevos y numerosos nombramientos: no faltan presbíteros en edad episcopal, no faltan candidatos. Aunque a futuro, puede haber una escasez de sacerdotes aptos para el nombramiento, ya que el número de candidatos al presbiterado también disminuye en China y hay cierto número de presbíteros que deja el ministerio.

En las dos décadas anteriores al acuerdo, Liu Bainian, líder histórico de la Asociación Patriótica de Católicos Chinos, justificó el recurso masivo a las ordenaciones ilegítimas de obispos, como la del 6 de enero de 2000, precisamente por la necesidad de dar un obispo a las diócesis en espera. Y acusó al Vaticano de impedir que la grey católica tenga sus propios pastores. Así que incluso las autoridades chinas reconocen que no hay vida católica sin obispo. Sin embargo, la situación, que debilita la práctica de la fe de las comunidades católicas chinas, se prolonga durante mucho tiempo. O tal vez eso es exactamente lo que se quiere.

Esto no es más que un aspecto de las incongruencias que hacen dudar de la sinceridad del gobierno en la consecución del diálogo en curso. La legislación del primero de febrero de 2018 que restringe severamente la práctica religiosa se aplica con una severidad sin precedentes, aunque no de manera uniforme en el tiempo y el territorio. En algunos lugares, es particularmente grave la dureza con la que se aplica la prohibición de que los menores asistan a los servicios religiosos y reciban la doctrina y los sacramentos. Esto pone en grave peligro la transmisión de la fe.

Las ordenaciones episcopales, incluso aquellas acordadas en el esquema del acuerdo, no admiten testigos de la Iglesia universal, como sucedía en el pasado. UcaNews, la agencia de información promovida por las Iglesias asiáticas, solía enviar observadores que asistían a las ordenaciones episcopales. Esto ya no es así. La sección de china de UcaNews no existe más Y las ordenaciones en China se llevan a cabo bajo un control muy estricto de la policía y los funcionarios de política religiosa. Un control que se extiende a los detalles más pequeños, como las filmaciones y las fotografías. El nombramiento papal, aunque está previsto en el acuerdo, no siempre se lee durante el rito.

Los obispos de China no suelen reunirse libremente. Se desaconsejan las reuniones de obispos y presbíteros de distintas provincias. Las actividades dentro de la misma provincia son más factibles, pero algunos obispos y presbíteros se sienten aislados y solos, una soledad que aumenta los posibles casos de mal desempeño en el ejercicio de su autoridad y en la gestión de los recursos. La formación de los obispos, incluso de los nuevos obispos nombrados por el Papa, es casi inexistente. A no ser que se consideren como formación las reuniones de adoctrinamiento político organizadas por las autoridades en las que los obispos están obligados a participar.

 

* Misionero y sinólogo del PIME

(primera parte - la segunda se publicará el lunes 24 de octubre de 2022)

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