Beijing y las milicias Kachin: portavoz niega el arresto del líder, pero continúan las presiones
En los últimos meses otro comandante de las milicias étnicas, que había viajado a China "para recibir tratamiento médico", fue retenido para convencer a los grupos armados del norte de Myanmar de que devuelvan la ciudad de Lashio a la junta birmana. En este caso, el Ejército por la Independencia Kachin lucha desde hace tiempo contra los militares por la conquista de la ciudad de Bhamo, un centro estratégico para el comercio de tierras raras. Mientras tanto, otras milicias acusan a la India de haber bombardeado territorio birmano.
Rangún (AsiaNews) - El portavoz del Ejército por la Independencia Kachin (KIA), el coronel Naw Bu, ha negado que el líder político del movimiento haya sido puesto bajo arresto domiciliario en China. Sin embargo, se trataría de una práctica ya utilizada por Beijing contra otros grupos étnicos con el fin de convencer al KIA de que abandone la ofensiva contra la junta militar en Bhamo, en el Estado de Kachin, en el extremo norte de Myanmar. Naw Bu explicó que el general N’Ban La, jefe de la Kachin Independence Organization (KIO), el brazo político del KIA, “se encuentra en revidsión médica, como hace cada dos meses. Regresará pronto”, declaró.
Según varios informes publicados en los medios internacionales en los últimos días, China también ha amenazado con interrumpir la compra de tierras raras extraídas en las zonas bajo control de la milicia Kachin si la ofensiva continúa. Pero Naw Bu desestimó la noticia, y afirmó que “China siempre ha pedido un alto el fuego y negociaciones, no es nada nuevo. Pero no he oído hablar de presiones relacionadas con el comercio de tierras raras”.
Las tierras raras se extraen principalmente en las zonas de Chipwi y Pangwa, conquistadas por el KIA en octubre de 2023. En particular, Pangwa, en la frontera con China, es un centro estratégico donde los minerales se exportan para ser procesados posteriormente por Beijing. Las relaciones comerciales bilaterales, reiteró Naw Bu, continúan con normalidad. En realidad, cuando el KIA, conquistó las minas, impuso tarifas más altas a China, lo que provocó una caída del 50 % en las exportaciones durante los primeros cinco meses de 2025. Una interrupción del comercio de Bhamo podría provocar un déficit en el mercado global para finales de año, con el consiguiente aumento de los precios incluso más allá de China.
Tampoco sería la primera vez que Beijing, partidario de la junta golpista, pero que también dialoga con los grupos armados que integran la resistencia, retiene a un líder político para ejercer presión. En octubre del año pasado Peng Deren (también conocido como Peng Daxun), jefe del Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar (MNDAA), fue retenido en China para recibir “tratamiento médico”. Cuando fue liberado, el MNDAA cedió el control de la ciudad de Lashio y la devolvió a los militares birmanos, responsables de un golpe de Estado que en 2021 dio inicio al conflicto civil.
Los combates entre el ejército birmano y las fuerzas aliadas con el KIA en los alrededores de la ciudad de Bhamo, que se encuentra a menos de 100 kilómetros de la frontera con China, se han prolongado durante meses. También hay enfrentamientos diarios en la zona de Hpakant, el centro de extracción de jade más grande de Myanmar, donde el ejército está intentando recuperar terreno. China es el principal comprador tanto de tierras raras como de jade.
Diversos observadores consideran que la estrategia de Beijing respecto de las milicias étnicas consiste en ofrecer incentivos económicos en lugar de llevar a cabo una dura represión de manera directa. China, junto con Rusia y en parte la India, es el principal proveedor de armas de la junta birmana.
El ejército también intenta avanzar en otras zonas del país. En el Estado de Shan, los militares han llegado a algunas zonas controladas por el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA), una milicia que ha luchado junto al MNDAA por la conquista de Lashio, pero con la que recientemente también ha entrado en conflicto por la administración de los territorios del norte. El TNLA también había recibido los requerimientos de Beijing de deponer las armas ante la junta, pero se negó y prometió seguir defendiendo la ciudad de Nawnghkio, que se encuentra estratégicamente ubicada sobre la ruta que une Mandalay, una importante ciudad en el centro del país y bajo el control de la junta, con los territorios del norte en la frontera con China en manos de las milicias. El TNLA ha informado que en esta zona se están produciendo intensos enfrentamientos entre sus tropas y el ejército de la junta.
En la frontera opuesta del país, la situación se complica por la intervención de la India. Un grupo separatista conocido como United Liberation Front of Asom-Independent (ULFA-I), que opera sobre todo en el Estado de Assam, en el noreste de la India, denunció ayer un ataque aéreo del ejército indio contra algunos de sus campamentos en Myanmar. El ataque, que se produjo mediante el despliegue de más de 100 drones de fabricación china e israelí, según el grupo, habría causado la muerte de al menos tres altos comandantes y heridas a otras 19 personas. Un segundo comunicado, difundido ayer por la tarde, informó de que mientras se estaba celebrando el funeral de Nayan Asom, uno de los líderes asesinados, se habría producido otro ataque con misiles en la zona que mató a otros dos comandantes.
El ejército indio ha desmentido oficialmente cualquier implicación, pero fuentes reservadas citadas por la prensa india han señalado que el objetivo del ataque no sólo habrían sido los campamentos del ULFA-I, sino también de otros grupos armados proscriptos por el gobierno indio, entre ellos el Consejo Nacional Socialista de Nagaland-Khaplang (NSCN-K) y el People’s Liberation Army (PLA). Delhi sostiene que las selvas birmanas se utilizan desde hace mucho tiempo como bases estratégicas para los rebeldes que operan en Assam y Nagaland, que tienen como objetivo la creación de un Estado independiente en las zonas del noreste de la India.
En mayo, la India fue acusada de matar a 10 hombres pertenecientes a una de las milicias antigolpistas de Myanmar en la frontera con el Estado indio de Manipur, otra región asolada desde hace tiempo por violentos conflictos étnicos. El gobierno indio habló de extremistas armados, pero los residentes locales condenaron las acciones de Delhi, y afirmaron que los combatientes formaban parte de una fuerza de resistencia que tenía la tarea de proteger a la población civil de los ataques armados de la junta.
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