Colombo: el «mercado del carbono», nueva frontera millonaria para la inversión
Un crecimiento vinculado al aumento de la demanda global, con nuevas oportunidades para que el país monetice sus recursos naturales de manera responsable. Para los ambientalistas, los manglares generan «más de un millón de créditos de carbono al año». Se está desarrollando un marco normativo para distribuir entre las comunidades locales los ingresos derivados del intercambio de cuotas.
Colombo (AsiaNews) - El mercado del carbono, una realidad emergente que está adquiriendo un valor cada vez mayor en Sri Lanka, hasta el punto de convertirse en una «frontera de inversión de primer orden», está atrayendo en los últimos tiempos cientos de millones de dólares en nuevos financiamientos. El llamado «mercado del carbono» es un sistema que permite a las empresas y a los gobiernos comprar y vender créditos de carbono, es decir, permisos para emitir gases de efecto invernadero, con el objetivo de reducir las emisiones globales y mitigar el cambio climático. Detrás de este auge se encuentra un notable aumento paralelo de la demanda mundial de créditos de carbono de alta calidad, lo que crea nuevas oportunidades para el país, que podrá monetizar sus recursos naturales de forma responsable.
Según altos funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente, «gracias a la creciente demanda mundial de créditos de carbono de alta calidad, Sri Lanka puede monetizar sus recursos naturales de forma responsable». Actualmente, los mercados de carbono, continúa la nota, representan «un sector de miles de millones de dólares y Sri Lanka no puede permitirse quedarse al margen. Con un seguimiento creíble y bases científicas, podemos transformar los bosques, los humedales y los proyectos de energía renovable en recursos financieros sostenibles». El objetivo del ministerio, concluye, es «generar entre 250 y 300 millones de dólares al año en una década. Durante los primeros cinco años, más de 500 millones de dólares de inversiones en financiación climática podrían destinarse a proyectos de reforestación, manglares, energías renovables y descarbonización industrial».
Los funcionarios ministeriales están trabajando actualmente en la creación de una arquitectura del mercado del carbono basada en la ciencia y alineada a nivel internacional. Los inversionistas podrán así beneficiarse de directrices claras, a las que se suman una norma de rendición de cuentas y un sistema libre de manipulaciones. Esta es la vía, advierten los expertos, en la que un mercado de este tipo puede funcionar sin obstáculos. Por último, para cumplir con los estándares globales, se está estudiando la creación de un registro nacional, directrices de verificación y metodologías de proyecto.
Consultados por AsiaNews, los ambientalistas Manohari Wijewardana y Udara Dissanayaka explican que «los ecosistemas de manglares de Sri Lanka se encuentran entre los más densos del sur de Asia y cubren unas 16.615 hectáreas; las zonas más extensas se encuentran principalmente en las regiones de Puttalam-Kalpitiya (provincia noroccidental) y Batticaloa (provincia oriental), en asociación con los estuarios» de los cursos de agua. Por lo tanto, advierten los investigadores, se prevé que puedan generar «más de un millón de créditos de carbono al año, mientras se están elaborando nuevos programas de gestión y restauración forestal para la emisión de créditos a largo plazo. Dado que las soluciones basadas en la naturaleza ofrecen ventajas ecológicas y económicas, Sri Lanka, concluyen, está en camino de restaurar 10.000 hectáreas de manglares para 2030.
En febrero de 2024, en el marco de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se puso en marcha una iniciativa a gran escala para la restauración de los ecosistemas. El proyecto, uno de los siete definidos como «piloto» por las Naciones Unidas, tenía como objetivo aumentar la cobertura de manglares en la isla en más del 50 %. Una vez en funcionamiento, este programa dará un nuevo impulso al objetivo de Sri Lanka de alcanzar la «frontera de las inversiones punteras», subrayaron los académicos Manohari y Udara.
Los académicos Sampath Amarakoon y Randesh Mendis creen que «Sri Lanka está emergiendo como mercado de carbono y que el gobierno está desarrollando activamente normativas y un registro nacional para monetizar los recursos naturales, en particular los bosques y los manglares». El objetivo, continúan, es «atraer inversiones extranjeras significativas para generar ingresos anuales que puedan financiar proyectos de reforestación, energías renovables y descarbonización». Para lograr este objetivo, advierten, es necesario establecer un sistema de supervisión creíble, que incluya directrices de verificación, y un registro nacional que garantice que sus créditos de carbono sean aceptados a nivel internacional.
Mientras tanto, los extraordinarios ecosistemas de carbono azul de la nación insular ofrecen una poderosa herramienta para la mitigación y la adaptación climática, proporcionando abundantes beneficios colaterales esenciales para el bienestar de las personas y la naturaleza. Por lo tanto, es fundamental dar prioridad a la equidad social, garantizando una gobernanza sólida. También es necesario gestionar con prudencia los esfuerzos de financiación, centrándose en los intereses de las comunidades locales y los ecosistemas. Por último, se está desarrollando un marco normativo destinado a garantizar que los ingresos derivados del comercio de derechos de emisión se distribuyan entre las comunidades locales que participan en actividades de conservación, como las que protegen los manglares. Es necesario que el país obtenga la certificación de las agencias internacionales antes de comprometerse con el comercio de derechos de emisión.
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