Con el nuevo frente entre Tel Aviv y Teherán, ¿qué pasará en Gaza?

de Dario Salvi

Antes de que comenzaran los ataques israelíes y la reacción iraní, internet ya se había cortado en Gaza City en los últimos días. Por primera vez desde que comenzó el conflicto, ni siquiera la parroquia latina de la Sagrada Familia puede difundir noticias. Preocupación por la situación humanitaria, que sigue siendo crítica. P. Ibrahim Faltas: "La comunidad internacional debe encontrar una solución para esta situación inhumana. Seguimos rezando".

Milán (AsiaNews) – Y ahora, con los focos del mundo centrados desde ayer en el frente entre Israel e Irán, ¿qué será de Gaza? La situación allí es “terrible, inhumana”, reiteró telefónicamente a AsiaNews hace apenas unas horas – justo antes de que comenzaran los ataques contra Teherán – el P. Ibrahim Faltas, vicario general de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén. La población “ya no tiene nada: mueren de hambre, de sed, de calor, de enfermedades” que en otros países podrían curarse con medicamentos incluso banales, pero en la Franja ahora son una rareza. Y añadió otro dato inquietante: “En los últimos dos, tres días se ha sumado también un bloqueo de las comunicaciones, no funciona internet y no se puede hablar” con las personas que viven dentro de una realidad que, ya en el pasado, se denominaba "cárcel a cielo abierto”.

La guerra que ha comenzado entre Israel e Irán, con la sucesión de ataques aéreos y lanzamientos de misiles, sólo puede empeorar esta situación. El gobierno ha ordenado el cierre de escuelas y oficinas, el aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv ha suspendido los vuelos, las conexiones por tierra están interrumpidas y hay un fuerte temor por lo que esto podría suponer también en la Franja. Israel se encuentra en estado de emergencia; ayer, por primera vez, también se dispuso el cierre de la mezquita de al-Aqsa en el viernes de oración.

“Desde hace días nos cuesta comunicarnos” con Gaza, sobre todo con la parroquia latina de la Sagrada Familia y con el P. Gabriel Romanelli, cuyas llamadas telefónicas y testimonios son una valiosa fuente para comprender la magnitud del drama que se está viviendo. También están paralizadas las redes sociales, a través de las cuales la comunidad católica, incluso en los momentos más difíciles, seguía compartiendo su experiencia con el mundo. “Desde el 2 de marzo - recuerda el P. Ibrahim Faltas - no se permite que entre nada en la Franja, comenzando por alimentos y bienes de primera necesidad. La gente tiene hambre, todos tienen hambre. Lamentablemente las personas están muy mal y, además del hambre, que se está convirtiendo cada vez más en un arma de guerra, también hay una emergencia de sed, porque falta incluso el agua potable”.

En realidad, prosigue el vicario general de la Custodia, “en Gaza falta todo: falta comida, falta agua, falta electricidad, falta internet”, aunque, por el momento, “no sabemos cuál es la causa de la interrupción de las comunicaciones. No podemos hablar y no tenemos idea de cuáles pueden ser las causas de este apagón” o si está relacionado con un bloqueo externo.

En cuanto a la ayuda humanitaria y el suministro de alimentos, hace pocos días se produjo otra tragedia, una masacre de decenas de palestinos asesinados durante una de las distribuciones de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) en Rafah, en el sur de la Franja, que dejó un saldo de al menos 31 personas muertas y muchas otras heridas. Lo ocurrido provocó protestas internacionales y la dura condena de Médicos Sin Fronteras (MSF), una de las ONG con mayor prestigio que opera en situaciones de emergencia o guerra.

Las críticas se dirigen no solo al ejército israelí, sino también a la propia Gaza Humanitarian Foundation, una controvertida organización apoyada por Estados Unidos que opera con la aprobación del gobierno israelí y del primer ministro Benjamín Netanyahu. Según MSF, los operadores de la ONG han implementado un sistema “deshumanizante, peligroso y gravemente ineficaz” que ha fracasado en prestar auxilio y contribuiría de hecho a la muerte de los civiles. Fuentes de la Franja añaden que el ejército israelí- que niega toda acusación - habría abierto fuego contra la multitud, pero no consiguió controlarla. A esto se suman las noticias sobre un clan local palestino que – presionado por el ex ministro Avigdor Lieberman – Netanyahu admitió en los últimos días que había armado en Gaza, en función anti-Hamás.

“No conocemos a la Gaza Humanitarian Foundation y no tengo mucho que decir” sobre su operatividad, los que la respaldan o la financian, afirma el P. Ibrahim, quien vuelve en cambio al tema que más preocupa a la Iglesia de Tierra Santa y que requiere intervenciones inmediatas. “En todas partes hay destrucción - dice -, también a nivel de hospitales; ya no hay ninguno operativo. Por eso muchísima gente muere por falta de atención médica, además de los que yacen bajo los escombros y aquellos de los que no se sabe nada. En Gaza, incluso la enfermedad más trivial, que en otros lugares puede curarse con antibióticos y medicamentos, puede resultar fatal”.

En un panorama de devastación y en coincidencia con el Año Jubilar, es natural preguntarse dónde está, hoy, la esperanza para la población de un Oriente Medio en conflicto perenne. “Una pregunta difícil - señala el vicario general - pero debemos seguir alimentando la esperanza y rezando por la paz. Algún día todo esto terminará, esperemos que lo antes posible, aunque, desde que comenzó esta maldita guerra, las noticias han ido siempre empeorando. No hubo mejoras”, admite, a excepción de la frágil tregua de enero que, durante algunas semanas, alivió parcialmente la presión militar y las muertes. “Recen por nosotros, recen por nosotros”, dice el P. Ibrahim. “Y la comunidad internacional –concluye– debe encontrar una solución, realmente la comunidad internacional debe encontrar una solución humana para una situación inhumana”.