El gobierno de Prabowo quiere reescribir los libros de historia
Yakarta ha anunciado un proceso de revisión de los libros de textos escolares con motivo del 80º aniversario de la independencia, que se celebrará en agosto. Se acusa a la iniciativa de querer rehabilitar a Suharto omitiendo algunos hechos polémicos que involucran al actual presidente. Preocupa sobre todo el impacto en las nuevas generaciones, que no tienen una memoria directa de los crímenes del régimen y por eso apoyan a Prabowo.
Yakarta (AsiaNews/Agencias) - Indonesia está por emprender un ambicioso proyecto de revisión de los libros de historia nacional, cuyo lanzamiento se ha anunciado para el 17 de agosto de 2025 con motivo del octogésimo aniversario de la independencia de Indonesia. La iniciativa, promovida por el ministro de Cultura, Fadli Zon, incluye la publicación de diez volúmenes que cubrirán la historia del país desde la prehistoria hasta la época contemporánea. El objetivo declarado es "reescribir correctamente la historia", devolviendo la centralidad a la identidad indonesia. Los críticos consideran que se trata de una operación política destinada a legitimar al actual presidente Prabowo Subianto, en el cargo desde el 20 de octubre de 2024, y a limpiar la memoria política de su exsuegro, el general Suharto, quien llegó al poder con un golpe de Estado en 1965 y se mantuvo hasta 1998. Ambos comparten no solo lazos familiares, sino también un pasado marcado por graves acusaciones de violaciones de los derechos humanos y diversos aspectos de su visión política.
El caso de Indonesia se enmarca en un proceso de revisión histórica que en los últimos años ha involucrado a varios países asiáticos, como India, China y Pakistán. Por eso los críticos del nuevo gobierno están preocupados por una posible reescritura u omisión de los episodios más controvertidos de la historia indonesia, como las masacres de 1965, la represión de los separatistas de Papúa en 1966 y los secuestros de activistas en 1998. Son temas que siguen siendo políticamente candentes e involucran al actual presidente, promotor del proyecto de revisión. En el primer caso, la implicación es indirecta; Prabowo es heredero y cómplice del sistema que legitimó y posibilitó la masacre. Pero en los dos últimos su implicación es directa.
Excolonia holandesa, Indonesia se independizó oficialmente el 17 de agosto de 1945. El líder nacionalista Sokarno fue nombrado presidente y permaneció en el cargo hasta 1967, cuando fue derrocado por un golpe de Estado liderado por el general Suharto. En esos años, a pesar de una primera purga ya en 1948, el Partido Comunista Indonesio (PKI), el más grande del mundo después del chino y el ruso, se arraigó profundamente en la sociedad. El presidente Sukarno no lo obstaculizó, porque ambos compartían una ideología nacionalista moderada y antiimperialista.
Sin embargo, un misterioso golpe de Estado fallido, que se produjo la noche entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1965, marcó el fin del Partido. En efecto Suharto, después de tomar el control del ejército, inició una brutal represión que llevó a la muerte a más de medio millón de personas sospechosas de simpatías comunistas. Lo que realmente sucedió sigue siendo objeto de debate: algunos historiadores plantean que el episodio fue el resultado de una manipulación externa para justificar el ascenso de Suharto a través de la represión de los insurgentes.
Después de la presunta insurrección comunista, Suharto extendió la represión de la disidencia a las periferias del archipiélago. En 1966 Prabowo dirigió una expedición punitiva contra civiles sospechosos de apoyar a los separatistas en la región de Papúa Occidental, donde estaban en curso movimientos de resistencia a la anexión forzada por parte de Indonesia.
En 1998, en cambio, cuando Yakarta se precipitaba en el caos tras el colapso del régimen, Prabowo estuvo involucrado en el secuestro y tortura de estudiantes y activistas prodemocráticos. Por esto fue dado de baja del ejército y se le revocó el permiso de entrada a los Estados Unidos.
Durante los 32 años del "Nuevo Orden" —como el propio Suharto definió los años de su presidencia—, la historia oficial de Indonesia fue adaptada para reforzar la autoridad central y promover una visión unificada de la nación. Esa narrativa fue corregida parcialmente en 2012, pero sin resolver realmente estos delicados nudos históricos. Por eso despierta preocupación impacto que esta nueva revisión podría tener en las nuevas generaciones, que no tienen memoria directa de los crímenes del régimen de Suharto. De hecho, han sido precisamente los jóvenes los que constituyeron el corazón del electorado que llevó a Prabowo a la victoria en 2024, una generación que no vivió directamente los años del régimen militar de Suharto.
Los partidarios de Prabowo, que ha negado toda responsabilidad en las violaciones de los derechos humanos, consideran, por el contrario, que estas iniciativas garantizan la eficiencia del gobierno. El creciente retorno de la centralidad del Ejército dentro del gobierno ya había recibido cíticas del expresidente Susilo: "No dejemos que los militares repitan el pasado que ha sido corregido por la historia", afirmó hace meses.
01/09/2021 15:28