Elecciones tras el intento de ley marcial: nueva etapa para la democracia coreana
Después de la destitución del presidente conservador Yoon Suk-yeol, el país acude a las urnas el 3 de junio para elegir un nuevo presidente. El favorito Lee Jae-myung gobernará una Corea dividida, en busca de equilibrio entre la justicia social y una creciente polarización. El profesor David C. Kang de la University of Southern California explica que “es una prueba para la estabilidad democrática, pero la sociedad coreana no está en decadencia”.
Milán (AsiaNews) - El panorama político surcoreano busca un nuevo rumbo tras la crisis que desató la ley marcial declarada por el ex presidente Yoon Suk-yeol en diciembre del año pasado. Una medida sin precedentes, rápidamente bloqueada por la Asamblea Nacional y que condujo a la destitución de Yoon, pero que abrió una etapa de intensa agitación política. Por lo tanto, las elecciones presidenciales previstas para el 3 de junio parecen destinadas a redefinir la trayectoria del país. El candidato del Partido Demócrata, Lee Jae-myung, parece no tener competencia en el bando conservador, dividido entre Kim Moon-soo y el reformista Lee Jun-seok, pero no está claro si su victoria será capaz de superar las profundas divisiones en la sociedad surcoreana.
El profesor David C. Kang, experto en relaciones internacionales de la Southern California University de Los Ángeles, considera que la reciente crisis política en Corea del Sur pone claramente en evidencia la polarización de la sociedad. “Derecha e izquierda viven dos mundos separados”, observa el profesor, “y tienen visiones fundamentalmente diferentes sobre las cosas”. La brecha ideológica es similar a la de Estados Unidos, pero con una diferencia: “La sociedad en Corea del Sur es muy estable y no está en decadencia”. Además, los hechos posteriores a la declaración de la ley marcial han “demostrado la solidez de las instituciones democráticas” tras décadas de dominio dictatorial. “Los surcoreanos están atravesando enormes cambios. La generación mayor pasó de tener casas con techos de paja a tener baño dentro de la casa. Han vivido todo tipo de cambios sociales, culturales, políticos y económicos, y están tratando de adaptarse en tiempo real”, comenta Kang.
Kang señala que la postura conservadora de Yoon a menudo se consideraba “aún más a la derecha que la de muchos conservadores”. Esta postura extrema, sumada a su aislamiento de asesores clave y la presunta influencia de elementos externos, contribuyó a la caída. “Sabemos que hay personas en la cúpula del Consejo de Seguridad Nacional, de miembros del gobierno y del ejército, por ejemplo, que le decían que se estaba excediendo con Japón. Pero él los ignoró”. Y no se puede descartar que la influencia de “YouTubers de derecha” y “chamanes” cercanos al expresidente y su esposa hayan contribuido al distanciamiento de Yoon de la realidad del país. “Pero el elemento desencadenante fue la frustración con la Asamblea Nacional, que seguía bloqueando sus planes porque estaba en manos de la oposición (el Partido Demócrata, liderado por Lee).
Lee Jae-myung podría iniciar un cambio hacia el centro político, tanto a nivel nacional como en política exterior. “Lee no es tan de izquierda como otros presidentes progresistas del pasado –continúa Kang–. Incluso un presidente conservador ahora volvería a una política de centro después de los extremos alcanzados por Yoon. Es probable que Lee tampoco tome medidas extremas, y ni siquiera vuelva al punto de partida en política nacional. Corea del Sur está dividida en cuestiones de género o desigualdad económica, como en Estados Unidos, pero no está claro cuál es la solución a estos problemas”.
Lee también heredará una nueva situación en política exterior. “Cualquier decisión podría parecer un gran cambio porque Yoon era particularmente fuera de lo común. Era muy cercano a Estados Unidos y a Japón. El presidente que sea elegido deberá reparar las relaciones con China, pero no significa que se alejará de esta actitud totalmente pro-estadounidense y pro-japonesa, aunque es difícil imaginar el mismo enfoque entusiasta hacia Tokio”. Pero sí es probable una reapertura hacia Corea del Norte: “Los coreanos en general son más favorables a dialogar con el Norte que los estadounidenses”, señala Kang, que sugiere un enfoque pragmático para posibles futuras cumbres.
La pregunta sigue siendo cómo evaluará la estabilidad alcanzada hasta ahora la generación más joven, que no tiene experiencia del pasado autoritario y está cada vez más afectada por los problemas de las economías avanzadas (como la dificultad para ingresar al mundo laboral para los jóvenes con educación). “Sin duda el panorama general indica que será una prueba para la democracia coreana. Es un proceso nacional largo en el que los coreanos deberán comprender a qué deben dar importancia”.
22/02/2022 12:46
08/03/2022 12:07