Enfrentamiento político en Ereván por la apertura a Bakú sobre Nagorno Karabaj

de Vladimir Rozanskij

La oposición reaccionó a las declaraciones del primer ministro Nikol Pasinián en relación con el reconocimiento de la soberanía de Azerbaiyán sobre el territorio en disputa, en el contexto de las negociaciones en curso. Los socialistas convocaron protestas en las calles contra la "capitulación". El Gobierno afirmó que protegerá "los verdaderos intereses de Armenia". La próxima ronda de negociaciones oficiales se llevará a cabo en Granada en el mes de octubre.

Ereván (AsiaNews) - Tras las declaraciones del primer ministro Nikol Pasinián sobre el reconocimiento de Nagorno Karabaj como territorio azerbaiyano, el líder de la Federación Socialista Armenia "Dashnaktsutyun", Iskhan Sagatelián, declaró que la oposición "comenzará una nueva etapa de lucha, con el objetivo de reemplazar al actual gobierno”. “Tenemos entre 5 y 6 meses para detener el proceso de entrega de nuestro país” dijo, o sea, antes de que se cierren los acuerdos en octubre, fecha prevista para la próxima ronda de negociaciones oficiales en Granada, España.

Sagatelián recordó la serie de encuentros que tuvieron lugar el año pasado en Moscú, Chişinau y Bruselas, y señaló que Pasinián se fue exponiendo cada vez más a la "cesión" de Artsaj (Karabaj), utilizando mapas y gráficos cronológicos de transferencias territoriales. Considera que la oposición también debe "formular de manera precisa los pasos y acciones de la lucha, en Armenia y en Artsaj, con protestas destinadas a demostrar que todos los documentos firmados en las negociaciones con el enemigo carecen de validez".

Los socialistas quieren "garantizar la máxima unidad nacional para evitar una nueva capitulación", hablando abiertamente de "lucha en las calles" pero sin señalar, por ahora, fechas explícitas para las protestas. El gobierno en general se considera "ilegítimo" y cualquier iniciativa para deshacerse de él "tiene el valor de una revuelta, de un gesto de desobediencia, porque este poder no nos deja otra opción: o rendirnos o luchar por la patria".

El líder socialista afirma que su objetivo no es "fomentar acciones violentas", sino "defender el sagrado derecho de los pueblos a rebelarse contra la esclavitud a la que se ven sometidos". Otro representante de la oposición, el jefe del partido republicano "Tengo el honor", Ajk Mamidzanián, también está de acuerdo con Sagatelián, y considera que "cada segundo perdido supone un nuevo perjuicio para los dos Estados armenios", a saber, el de Ereván y el de de Stepanakert. Confía en que el gobierno "termine presentando la renuncia, bajo la presión de los armenios".

Ya el año pasado la oposición había formado una coordinadora conocida como "Desobediencia", que organizó marchas y manifestaciones callejeras, pero no pudo lograr que Pasinián renunciara. Ahora quieren reanudar la lucha, pero de una manera más organizada y eficaz, aunque el diputado de la mayoría Artur Ovannisián comentó que "dados los precedentes, podemos considerar que la oposición ha agotado sus recursos".

Ovannisián agrega que "nadie impedirá la libre expresión de nadie: solo pedimos a estos círculos que no creen obstáculos con sus acciones para la consecución de los verdaderos intereses de Armenia y Nagorno Karabaj". De lo contrario -añade- el gobierno detendrá las protestas "con firmeza y dentro de los límites de la ley". Confirma que los representantes de los partidos que apoyan al gobierno, empezando por el Partido Acuerdo Civil, también creen que el presidente azerbaiyano Aliev es un "criminal indigno de confianza". Pero con el apoyo internacional "se debe alcanzar lo antes posible un acuerdo de paz a largo plazo, condición necesaria para discutir cualquier aspecto de la relación entre los Estados.

El parlamento de Stepanakert también está presionando contra Pasinián y exige la soberanía sobre Azerbaiyán, como prometió Acuerdo Civil en sus campañas electorales. Ovannisián observa, sin embargo, que "la situación ha cambiado mucho y estamos informando constantemente a la población". En primer lugar -añade- es necesario garantizar el reconocimiento de la soberanía "de los 29.800 kilómetros cuadrados de toda Armenia, con medidas que protejan la seguridad y los derechos de todos los que viven en Artsaj".

El gobierno asegura que "será honesto con el pueblo" y no se firmará ningún documento secreto. En los próximos días habrá nuevas reuniones en Moscú, aunque el acuerdo de paz todavía no se ha definido, con la esperanza de que mientras tanto no degenere el enfrentamiento interno en Armenia.

Foto: Flickr / Clay Gilliland