Irán-Israel, cardenal de Teherán: «Los ataques preventivos» no traen la paz. Se necesita diálogo.
El arzobispo de Teherán-Isfahán de los latinos expresa a AsiaNews su preocupación por la escalada de las últimas horas. El cardenal, que participó en el cónclave que eligió a León XIV, fue nombrado por el papa Francisco precisamente para mantener viva «la presencia» cristiana con la tarea de «integrar, incluir y estar en contacto con la nación en sus distintos niveles».
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - «Con pesar observamos en estas últimas horas, una vez más, que se piensa alcanzar la paz con ataques preventivos en lugar de comprometerse a dialogar en la mesa de negociaciones». Este es el mensaje enviado a AsiaNews por el cardenal Dominique Joseph Mathieu, arzobispo latino de Teherán-Isfahán, en referencia al ataque nocturno de Israel contra Irán y la posterior respuesta de Teherán. El Estado hebreo afirma haber atacado instalaciones nucleares iraníes, además de personalidades militares y científicas de primer orden, entre ellas el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, en el marco de la operación «Rising Lion». Teherán ha respondido lanzando un centenar de drones contra el Estado hebreo. «Recemos, por tanto, para que prevalezca la paz dialogada en torno a un consenso», prosigue el cardenal. Que el Espíritu Santo guíe este proceso», mientras parecen fracasar las negociaciones en Omán entre Estados Unidos e Irán para alcanzar un acuerdo sobre el nuclear. Esta mañana, de hecho, Teherán ha comunicado que no participará en la sexta ronda de conversaciones.
La preocupación del cardenal Mathieu es grande en estas horas de gran tensión regional y mundial, porque se estaría materializando la tan temida escalada que amenaza con arrastrar a todo Oriente Medio a un conflicto devastador. AsiaNews se reunió recientemente en Roma con el arzobispo de Teherán-Isfahán de los latinos, tras la elección del nuevo pontífice, primer arzobispo de la capital iraní en participar en el cónclave. Hablando de «cruz y esperanza», el cardenal había subrayado los dos rasgos distintivos de la comunidad cristiana en Irán, que nutría un «fuerte vínculo» con el papa Francisco, cuya muerte representó «un profundo dolor» y que hoy mira con confianza al sucesor León XIV. «Entre los católicos iraníes —continúa— hay una gran esperanza, unida a una increíble expectación». En esta perspectiva se vive también el Año Jubilar en curso, «por lo que podemos decir que estamos llenos de esperanza».
En Irán hay cristianos de diversas confesiones, entre ellos un pequeño número de católicos, sobre un total de casi 82 millones de habitantes, en su gran mayoría musulmanes chiítas (90 %, los suníes son poco más del 5 %). Entre los católicos hay asirios, armenios y fieles de rito latino, a los que se suman los extranjeros que trabajan en la República Islámica. Según la Constitución iraní (art. 13), los suníes, cristianos, zoroastrianos y judíos son libres de practicar su culto «respetando» las leyes islámicas. Además, los cristianos tienen tres representantes en el Parlamento (Majlis), dos para los armenios y uno para los asirios.
El cardenal Mathieu recuerda la importancia del pontificado del papa Francisco, también en las relaciones con el mundo musulmán y las autoridades iraníes, definiéndolo como el pontífice que «ha abierto muchas puertas» y ahora «ha llegado el momento de organizar el espacio detrás de esas puertas». Su sucesor, León XIV, continúa, tiene «esta tarea» y, por la experiencia del cónclave y en los momentos de debate y discusión, incluso anteriores, en las congregaciones, el papa Prevost parece poseer estas características. «En la elección, cuenta el cardenal, el Espíritu Santo nos ha guiado por el buen camino, porque puede ser la persona capaz de hacerlo».
El tema de la puerta, junto con el de la oración, aparece con frecuencia en los pensamientos del arzobispo de Teherán-Isfahán, símbolo de una realidad llena de contradicciones en la que no siempre es fácil profesar la fe o cruzar el umbral de una iglesia. «Lo que los católicos iraníes esperan del Papa —explica— es que sea un hombre de oración» y que sepa «dedicarle tiempo». La realidad del país muestra que «muchas cosas no se podrán resolver en el futuro, si no es a través de la oración», también y sobre todo en una fase tan dramática, en la que parece prevalecer la lógica de las armas sobre el diálogo invocado primero por Francisco y ahora por el papa León XIV.
En una etapa de dificultades y dudas sobre el futuro de la comunidad cristiana en Irán, el cardenal reflexiona sobre la decisión de nombrarlo obispo de la archidiócesis de la capital y luego elevarlo al rango de cardenal. «Un intento de inclusión —explica— aún más amplio, «ad extra», que el propio papa Francisco había expresado el pasado mes de noviembre al reunirse con una delegación de religiosos [musulmanes chiítas] procedentes de Qom» para un simposio sobre el diálogo interreligioso. «A ellos —recuerda el cardenal Mathieu, les dijo que había enviado a un «buen hermano», que no estaba en contra del país, sino que tenía precisamente la tarea de integrar, incluir, estar en contacto con la nación en sus distintos niveles... ¡una expresión de puertas abiertas hacia el exterior!». Porque aunque una puerta esté cerrada, eso no significa que «detrás no haya nadie, al contrario: hay personas que mantienen un vínculo con quienes están fuera, que no pueden entrar pero rezan ante esas puertas cerradas». Rusia, China e Irán son lugares que un papa, por diferentes razones, aún no ha podido visitar, concluye, pero «lo que queda es el deseo de ir al encuentro, preservar lo positivo de la relación con las personas» a pesar de la fe y «reconociendo la riqueza de una cultura» en una perspectiva de paz.
