La crisis del algodón en Tayikistán
El algodón sigue siendo uno de los principales capítulos de las exportaciones del país, pero los ingresos se reducen cada vez más. El problema surge del gran aumento de la producción de algodón en otros países, como Estados Unidos y la India, con reservas en máximos históricos. Además, China, al recurrir a los países que ofrecen la materia prima más barata, contribuye a las tensiones globales sobre los precios.
Dusambé (AsiaNews) - En los últimos meses, los precios de la fibra de algodón han caído al nivel más bajo de los últimos cinco años, lo que constituye un factor muy importante de crisis en todos los países de Asia Central, y en particular en Tayikistán, que está tratando de aumentar cada vez más el volumen de la cosecha, la producción y la exportación de algodón.
Para el año en curso se espera una cosecha de hasta 390 000 toneladas, frente a las 253 000 de 2024, lo que aumentará los ingresos por exportaciones, pero no en la medida esperada, debido al sobrecalentamiento de los mercados mundiales en este sector, con la reducción de la demanda y la inestabilidad de los precios. Sin una transición hacia una transformación profunda y una agricultura sostenible, el país corre el riesgo de seguir siendo un apéndice de las materias primas en una cadena de suministro poco rentable.
El problema surge del gran aumento de la producción de algodón en otros países, como Estados Unidos e India. En América, en la temporada 2024-2025, la cosecha alcanzó los 18,9 millones de fardos de algodón, casi un 6 % más que la anterior, con unas reservas estimadas a niveles récord, más de 10 millones de fardos según los datos del 1 de julio, el máximo desde 2018. En la India, la temporada del monzón comenzó este año el 24 de mayo, una semana antes de lo habitual, lo que supuso una ventaja para los agricultores, ya que aumentó la superficie dedicada al algodón en un 8 %. Brasil, gracias a la debilidad de su moneda nacional, también exportó entre febrero y julio una cantidad récord de fardos de algodón, 12,4 millones, superando incluso a Estados Unidos.
China, el mayor importador mundial de algodón, ha reducido drásticamente sus compras a Estados Unidos tras la pausa temporal en la guerra comercial de los últimos meses, recurriendo a países que ofrecen algodón a precios más baratos, como Brasil y Uzbekistán, lo que ha contribuido a las tensiones globales en los precios de esta materia prima. Las estimaciones sobre las reservas mundiales de algodón apuntan a un uso de alrededor del 68 %, un indicador preocupante que muestra una fuerte desaceleración y una caída de la demanda del mercado.
Tras los años de la pandemia de Covid-19 y la crisis económica mundial que le siguió, la industria textil renuncia cada vez más al algodón natural, orientándose hacia alternativas sintéticas como el poliéster y las fibras artificiales. Son materiales más baratos, más tecnológicos y más sostenibles ante las vacilaciones del mercado, a pesar del mayor daño ecológico que suponen, y son preferidos por las empresas por su conveniencia. El algodón ya no se considera un estándar universal del sector, en el contexto de la gran competencia entre los países en desarrollo.
En Tayikistán, el algodón sigue siendo uno de los principales capítulos de la exportación, pero los ingresos se reducen cada vez más: según los datos entre enero y mayo de 2025, los ingresos alcanzaron los 111,3 millones de dólares, de los cuales el 80 % procedía de la fibra de algodón sin procesar (90 millones), 16,4 millones del hilo, 4,6 millones de los tejidos y el resto de los residuos de algodón. El intento de proponer formas más elaboradas de producción ha dado hasta ahora escasos resultados, lo que ha obligado al país a depender de la exportación de la materia prima, con escasos márgenes de beneficio.
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